Agitan con una “iniciativa” quienes reventaron la jubilación dinámica

En los carriles de la agitación, un grupúsculo de jubilados y de “activistas sindicales”, responsables de que el gobierno federal se niegue a seguir apoyando la jubilación dinámica, la cual le genera a la Universidad Autónoma de Sinaloa un déficit financiero de mil 500 millones de pesos anuales, regresó a los reflectores mediáticos con una iniciativa de ley que pretende reformar la Ley Orgánica de la UAS para zambullirla de nuevo en los viejos esquemas del saqueo y el caos.

El grupo al que le han puesto un sinúmero de nombres y al que hoy le llaman Frente Universitario por la Democratización, es encabezado Marco Antonio Medrano Palazuelos, identificado como “el cristiano”, a quien se le rescindió el contrato laboral en la UAS por oponerse a regresar a su centro de trabajo después de que éste perdió en junio del 2010 las elecciones en el Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad, sección administrativos.

Desde aquel año, desde el rechazo de los trabajadores a que él dirigiera los destinos del Suntuas-administrativos, apoyados por agitadores externos y políticos enemigos de la educación pública superior, Medrando ha encauzado una serie de acciones contra la máxima casa de estudios, intentando generar caos y desestabilización.

El golpe más “demoledor” se lo asestaron a los universitarios en activo y jubilados cuando junto con un grupo de agitadores-entre ellos dos conocidos prestamistas- logró, con base en una serie de engaños y difamaciones, presentando datos falsos, la cancelación del fideicomiso que daba soporte financiero a la jubilación dinámica que beneficia aún a alrededor de 5 mil ex empleados universitarios. Aquel movimiento de Medrano contó también con el apoyo de abogados y agitadores profesionales.

De acuerdo al diagnóstico de la UAS que obra en poder del presidente Andrés Manuel López Obrador, administrativos y académicos que cumplen con su estancia o ejercicio laboral en la institución tienen derecho al pago de la jubilación dinámica. Pese a que la prestación parte de un Contrato Colectivo de Trabajo no es reconocida por la SHyCP ni por la SEP pero tradicionalmente ha sido apoyada por un programa anual creado para el rescate de los problemas estructurales de las universidades.

Sexenio tras sexenio, año con año, la SHyCP y la SEP exigen a las Universidades Públicas no tomar recursos destinados a la educación para el pago de las jubilaciones y les demandan la creación de financiamientos alternos o programas de apoyo económico que permitan darle viabilidad al pago de esas jubilaciones sin dañar las finanzas de las casas de estudio.

Años atrás, la Universidad Autónoma de Sinaloa creó así el fideicomiso de la jubilación dinámica, el cual garantizaba el pago de esa prestación por un término de 20 años. El esquema se basó en las aportaciones de los trabajadores en activo y los jubilados.

Sin embargo, el fideicomiso “reventó” por la agitación interna y externa del grupo encabezado por Marco Antonio Medrano y un grupúsculo de jubilados, que llevaron a los tribunales la negativa de un reducido segmento de universitarios a apoyar económicamente el sistema de soporte financiero de la jubilación dinámica.

El problema “estalló” en diciembre del 2018 y tiene sus repercusiones este 2019, en el que está por definirse el presupuesto que le corresponde a la UAS: el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se niega a apoyar financieramente el pago de la jubilación porque no tiene un soporte económico alternativo en el que participen los beneficiados.

La Auditoría Superior de la Federación entregó un reporte al presidente Andrés Manuel López Obrador en el que le señala que la SHyCP y la SEP tienen más de 10 años que está apoyando a las universidades con sus problemas financieros para pagar pensiones y jubilaciones sin tener un plan para que se vuelvan autosuficientes.

En el informe se indica que la UAS ingresó de nuevo a la lista de instituciones de educación superior que enfrentan otra vez problemas económicos para pagar las jubilaciones dinámicas a raíz de la agitación provocado por un grupúsculo de jubilados, apoyados agitadores externos y abogados, que llevaron el caso a los tribunales, en los cuales algunos universitarios y jubilados se negaron a aportar para el fideicomiso.

En la última revisión de la Cuenta Pública del 2017 -la del 2018 está en curso- la Auditoría Superior de la Federación (ASF) precisó que ya no es posible que el gobierno federal siga sosteniendo el programa de rescate financiero de las universidades públicas de los estados que no pueden pagar sus jubilaciones y pensiones y que no contribuyen solucionar estos problemas y que además carecen de un plan para determinar por cuántos años será necesario que las apoyen hasta que las instituciones sean autosuficientes.

El fideicomiso de la jubilación dinámica de la UAS “reventado” por Marco Antonio Medrano y los agitadores -según el propio reporte de la SHyCP y de la SEP dado al presidente Obrador- le daba soporte económico a la institución para pagar esta prestación por un tiempo-espacio mínimo de 20 años.

Hoy por indicaciones del presidente Andrés Manuel López Obrador aquellas universidades que requieran apoyo para la jubilación dinámica, no solo deberán presentar ante la SHyCP y la SEP un programa de austeridad, sino un proyecto que incluya fuentes alternativas de ingresos para que el pago de la jubilación dinámica sea viable sin cargo total para el gobierno federal ni las Universidades.

Entre las universidades que requieren de inmediata restructuración en su sistema de jubilaciones están las Autónomas de Guerrero, San Luis Potosí, Yucatán, Zacatecas, del Estado de México, Chiapas, Nuevo León, Sinaloa y de Morelos. También la Universidad de Colima, de Guadalajara, de Guanajuato, de Sonora, la Universidad Michoacana, la Veracruzana y el Instituto Tecnológico de Sonora.

Ahora, el grupúsculo que encabeza Marco Antonio Medrano y que “reventó” el fideicomiso de la jubilación dinámica mediante la agitación y el engaño a trabajadores en activo y jubilados, regresó con la estafeta de un Frente Universitario por la Democratización, que no es frente, sino reversa, con una iniciativa para reformar la Ley Orgánica de la UAS, para exigir, dice, “democracia y transparencia”.

Medrano, el “cristiano”, quien carece de representatividad y consenso en el Consejo Universitario, que fue expulsado de la UAS por negarse a trabajar, exige la participación, uno por uno, aula por aula, de alumnos, maestros y administrativos en la elección de directores y del rector, método que se usó anteriormente y que mantenía a la Universidad en constantes elecciones y en permanente caos y enfrentamiento.

La iniciativa de Medrano es respaldada por el tradicional grupito de jubilados que se dedica a otorgar préstamos a los ex trabajadores de la UAS y que en varias ocasiones ha presionado a las autoridades de la institución para que le facilite su sistema contable-administrativo, para que sea la tesorería universitaria la que les descuente de la nómina los préstamos que otorgan este grupo de particulares agiotistas.

La UAS no ha cedido ni tolerado este tipo de presiones. (Sacado de Proyecto 3)…

Richard Lizárraga Peiro

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