SINALOA ENTRE LA INSEGURIDAD Y EL COLAPSO POLÍTICO

Alfonso Carlos Ontiveros Salas

El fenómeno delictivo ha sido una desagradable asignatura que los gobiernos se han empecinado en desdeñarla maliciosamente para no incumplir con los compromisos contraídos con el poder de facto.

El discurso semanero dice que la incidencia delictiva en Sinaloa ha disminuido considerablemente en comparación de otros años. Que la estrategia implementada por las autoridades policiales y de procuración de justicia han sido más eficaces que en otras administraciones gubernamentales.

La voz del gobierno no precisa cual ha sido la estrategia implementada para reducir esos índices delictivos que se mencionan, porque la inseguridad es una percepción que la arrastra cada ciudadano porque está atemorizado de lo que ocurre en su entorno social y familiar.

Para evidenciar que sigue siendo una falsedad el discurso oficial, basta tener acceso a la información que aporta el Consejo Estatal de Seguridad Pública de Sinaloa a través del Coordinador General Miguel Calderón, quien manifiesta que de catorce delitos que fueron analizados el 2023 en comparación del 2022, trece de ellos registraron incrementos con excepción de uno que fue el robo bancario.

La estadística mostrada puede ser cuestionada por lo siguiente: la estadística de la Fiscalía estatal no es confiable ya que, para evitar cifras escandalosas en la criminalidad estatal, recurren a los guardaditos o sea que no registran la totalidad de los delitos que se cometen.

Como ejemplo se puede opinar que el número de personas que han sido localizadas en fosas clandestinas son hechos que la fiscalía estatal no registra como homicidio doloso, motivo por el que la estadística tampoco puede ser confiable.

En la información de la semanera se ha sostenido que el homicidio doloso en Sinaloa en 2023 disminuyó en comparación del 2022, sin embargo, las cifras que recientemente dio a conocer la Coordinación General del Consejo Estatal de Seguridad Pública de Sinaloa, dijeron otra cosa, o sea que el 2022 se registraron 476 homicidios dolosos y el 2023 hubo 532 lo que representó un incremento en ese delito del 12%.

Tampoco el feminicidio bajó el 2023, ya que en comparación al 2022 ese delito registro un incremento del 43%, lo que desdice lo que se ha afirmado en la propia semanera y por la titular de la Secretaría de las Mujeres.

En el robo de vehículo se quedaron muy lejos en la reducción de ese indicador delictivo, que ha propiciado un temor general en la población porque las autoridades han sido incapaces de frenarlo. El 2022 se cometieron 3,258 despojos violentos en tanto que el 2023 registró una cifra escandalosa de 3,744 lo que hizo que el porcentaje de inseguridad en este hecho creciera el 15%.

Pero un dato que llama la atención es el rubro que se maneja como privación (se refieren seguramente a la desaparición forzada de personas) en el comparativo se dice que en 2022 se registraron 818 privaciones y el 2023 925, lo que significó en ese hecho un incremento del 13%

Pero hay un dato que no puede pasar desapercibido, maliciosamente la estadística desglosa delitos que pueden causar una alarma general y arraigar mucho más temor del que ya se tiene. La cifra mensual de privaciones (levantones y desaparecidos) es de poco más de 77 personas, una cifra terriblemente alta que sumado al homicidio doloso y al feminicidio las muertes dolosas son una constante peligrosa en Sinaloa.

La estadística oculta lo que no hace la Fiscalía en sus quehaceres obligatorios como es la de abatir la impunidad y no llenarse los escritorios de homicidios, desaparecidos, feminicidios, robos de vehículos y muchos más que quedan sin investigar y que mucho daño producen a la seguridad colectiva estatal.

La persecución política en contra del Rector y otras autoridades de la Universidad Autónoma de Sinaloa es lo que tiene ocupados a las autoridades estatales, la tranquilidad de los sinaloenses no interesa. Lo que los llena de rencor es que la defensa Rosalina les pega no solo en la frente sino en el corazón de la soberbia política que los identifica. Toda la basura reunida en las carpetas de investigación y en los procesos penales contra el Rector y demás autoridades uaseñas se irán al horno de los desperdicios. El proceso electoral en curso, será el colapso político del gobierno en Sinaloa.

La UAS no se toca, la autonomía universitaria se respeta.

¿Usted qué opina?

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