México y Chile iniciarán proyecto de vigilancia genómica

Carolina Gómez Mena

Los organismos internacionales de salud prevén que en 2050, la resistencia antibacteriana generará mayor mortalidad que el cáncer, planteó el doctor Alberto Cedro Tanda, investigador en Ciencias Médicas del Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen), quien anunció el comienzo de un proyecto conjunto en Mexico y Chile, de vigilancia genómica de dicho patógeno.

La resistencia a los fármacos antimicrobianos es la capacidad adquirida que tienen las bacterias para desarrollar mecanismos que evitan la acción de los antibióticos.

El proyecto Fortalecimiento de la vigilancia genómica de Acinetobacter baumannii, se desarrollará entre el Inmegen, el Hospital Juárez de México y la Universidad de Santiago de Chile (Usach).

En la prestación del programa, expertos mexicanos y chilenos coincidieron en que la genómica proporciona herramientas esenciales para identificar los patrones de resistencia a fármacos.

Acinetobacter baumannii es un patógeno que infecta principalmente a pacientes críticamente enfermos, y es considerado uno de los principales microorganismos presente en las unidades de cuidados intensivos.

“En México este microorganismo se identifica hasta en 90 por ciento de las infecciones nosocomiales, y de asocia a una mortalidad cruda de entre 63.5 y 70.3 por ciento”, destacó el Inmegen.

Cedro Tanda, quien junto con la doctora Laura Gómez Romero, investigadora en Ciencias Médicas del Inmegen, son líderes del proyecto en México, señaló a La Jornada que Acinetobacter baumannii
es una bacteria multirresistente.

Detalló que en ocasiones, de una batería de 24 antibióticos, es resistente a casi todos y hasta a todos. Cuando eso ocurre, “los pacientes ya no tienen opción de tratamiento” y recordó que esta bacteria genera infecciones respiratorias y gastrointestinales.

Juan Manuel Bello López, investigador en Ciencias Médicas del Hospital Juárez de México, refirió que “la tasa de incidencia de infecciones nosocomiales por bacterias va a depender del entorno hospitalario, es decir de las prácticas que lleva a cabo el personal de salud”.

Agregó que las prácticas clínicas que deben observarse son la limpieza y desinfección de superficies, lavado de manos y aislamiento de pacientes que cuenten con alguna infección”.

Subrayó que “si no hay apego a estas prácticas clínicas sube la tasa de infección” y destacó que nunca la posibilidad de contraer una infección intrahospitalaria es de cero.

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