“Caso Cuén”: vienen aprehensiones; Rubén Rocha, “sacrificable”. Imelda vs Feliciano

ÁLVARO ARAGÓN AYALA 

Ciudad de México. – ¿Y ahora que va a pasar? El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, anclado en la sospecha colectiva por los sucesos ocurridos el 25 de Julio en Huertos del Pedregal en Culiacán, quedó ubicado en una nueva situación de alto riesgo: su padrino y protector, el presidente Andrés Manuel López Obrador, fue acusado por el ex secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna, personaje que conoce las entretelas de los aparatos de inteligencia mexicana, de estar relacionado con el narcotráfico, en tanto que la candidata presidencial demócrata, la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris, advirtió que perseguirá con todo el peso de la ley a los cárteles de la droga en México.

Rocha alcanzará el estatus de huérfano político y se ubicará en una posición fácil de ser traicionado, desechado, pues López Obrador ya no será presidente de la República el 1 de octubre y Claudia Sheinbaum Pardo tomará el mando y aunque hay quienes opinan que será manipulada por AMLO, se ve muy difícil, remoto, que cargue con pecados y compromisos ajenos que pongan en peligro su imagen y la de la República. Tendrá forzosamente que dar un golpe de timón y desvincularse del hombre de Macuspana y los gobernadores sobre quienes recaen sospechas o pruebas de estar relacionado con el narco ya que sólo así evitará que se le endilgue el estigma de narco presidenta y que el gobierno de los Estados Unidos no rompa relaciones con México.

Si la cuerda se rompe por lo más delgado, el todavía presidente de la nación, quien obviamente negará las acusaciones de García Luna, preso en Estados Unidos, seguramente allá en una Corte de los Estados Unidos, cuyos jueces forzosamente lo llamará a comparecer, podría considerarse traicionado por los gobernadores de la 4T que están en la lista de la DEA y el Departamento de Justicia y entregar a las autoridades a uno o dos de ellos que conocen sus incursiones y sus “secretos de Estado” tejidos en sus estancias y querencias en Sinaloa que levantan toda clase de leyendas negras.

En este escenario, Rubén Rocha sería uno de los “sacrificable” para salvar la honra del todavía presidente López Obrador. Otro sería Quirino Ordaz Coppel, a quien AMLO llamó corrupto, pero con quien después se apareó hasta llegar a convertirlo en Embajador de México en España, pese a que saqueó las finanzas del gobierno estatal y a que se le comprobó que le robó más de 2 mil millones de pesos al SAT, dinero que aún paga el gobierno rochista en vez de meterlo a la cárcel. La designación diplomática de Ordaz Coppel se enmarca en las complicidades de las redes del Poder con los poderes fácticos armados.

CASI COMPLETA LA INVESTIGACIÓN DEL “CASO CUEN OJEDA”

Es definitivo: La Fiscalía General de la República ya determinó que el asesinato de Héctor Melesio Cuén Ojeda es un crimen de Estado, una ejecución política. El contenido de la carpeta de investigación involucra a la ex Fiscal General de Justicia de Sinaloa, Sara Bruna Quiñónez Estrada, y a otros personajes de alto calado de la Cuarta Transformación. Es probable que la semana entrante la FGR turne el caso a un Juez de Distrito pidiéndole que libere varias órdenes de aprehensión.

Los investigadores de la Fiscalía Federal se concentraron en el móvil político luego de examinar decenas de videos en los que Cuén Ojeda denunciaba la persecución política y el acoso judicial, y revelaba que se le había retirado su escolta de seguridad y acusaba, incluso, a personajes de la vida pública-política de Sinaloa si algo le llegara a pasar. Los detectives consideraron viable esa línea de investigación porque después de ser asesinado, “alguien” ordenó criminalizarlo post mortem para intentar desviar el curso de la indagatoria policial.

El proditorio homicidio de Cuén Ojeda no es producto entonces de la casualidad, sino de la causalidad, de una conspiración criminal fríamente planeada. El crimen fue perpetrado tras una serie de confrontaciones con el gobernador Rubén Rocha Moya y su secretario general de Gobierno, Enrique Inzunza Cazarez, diputados locales de Morena y Sara Bruna Quiñónez. Hoy, el gobernador quedó en el centro de un enfrentamiento entre los poderes fácticos armados, Inzunza es Senador de la República y Sara Bruna ya no es Fiscal y se desconoce su paradero.

La ex Fiscal aparece en la carpeta de investigación como indiciada ya que debido a su colusión, dependencia e interdependencia de Rubén Rocha e Inzunza Cázarez, intentó montar una carpeta de investigación falsa y tratar de cerrar la indagatoria de inmediato inventando que el crimen de Cuén Ojeda había ocurrido por un asalto e intento de despojo de una camioneta en una gasolinera de la periferia de Culiacán. La propia Sara Bruna, de acuerdo a las testimoniales, participó en el discurso de odio y la campaña de linchamiento público contra Cuén que derivó en el homicidio.

Los crímenes de Estado son conspiraciones armadas por los gobiernos. Se perpetran con la persecución y eliminación del enemigo a través de judicializaciones, estigmatizaciones y acciones de exterminio. Son asesinatos planeados, actos sistemáticos que se realizan de acuerdo a un plan o política preconcebida, lo que permite la realización de dichos actos violentos e inhumanos. Son cometidos por las autoridades de un Estado o por particulares por motivos políticos, económicos, sociales, religiosos raciales o culturales con respaldo de dichas autoridades, con su tolerancia o complicidad.

El PLEITO POR LA SECRETARIA GENERAL DE GOBIERNO DE SINALOA

El jueves pasado, en medio del fragor de la fallida consulta universitaria, la todavía diputada Gloria Himelda Félix Niebla invitó a comer, con recursos del Congreso Local de Sinaloa, a sus compañeras Celia Jáuregui Ibarra y a Verónica Batiz. En una discreta esquina del restaurante Ricos’s Café de Mazatlán las damas conjuraron contra el jefe de la bancada de Morena y presidente de la JUCOPO, Feliciano Castro Meléndrez, desnudando su obscuro pasado.

Gloria Himelda les pidió el apoyo a sus colegas legisladoras, para que, usando su acercamiento con el gobernador Rubén Rocha, la propusieran a ella como secretaria general de Gobierno, cargo que permanece “vacío” desde que lo dejó, hipotéticamente, Enrique Inzunza Cázarez, que sigue mandando ahí. La diputada ofreció que, si recibe el codiciado nombramiento, a una la designará Subsecretaria y a la otra la colocará en la Dirección del Registro Civil.

En la reunión también se abordó el destino incierto de Rubén Rocha y la necesidad de que las mujeres formen un bloque para estar listas en caso de que el gobernador caiga, frente que les permitiría no ser desplazadas por quien pudiera ocupar la silla del Poder Ejecutivo Estatal. Las damas sienten la lumbre en los aparejos porque el 30 de septiembre ya no será diputadas y dejarán de percibir sus “dietas” y las “mochadas” de la nómina secreta gubernamental.

PROYECTO 3

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