Sinaloa: La FGR va sobre los autores intelectuales del homicidio de Cuén Ojeda

ÁLVARO ARAGÓN AYALA 

El cogobierno Rubén Rocha Moya-Enrique Inzunza Cazarez provocó el empoderamiento de una estructura criminal en la Fiscalía General de Justicia de Sinaloa especializada en el montaje de falsos escenarios delictivos. El andamiaje fue descubierto y exhibido por la Fiscalía General de la República a raíz de las investigaciones del asesinato de Héctor Melesio Cuén Ojeda. 

Esa estructura perversa se tambalea. La probabilidad y posibilidad de que la ex Fiscal Sara Bruna Quiñónez y otros funcionarios de la dependencia vayan a parar a la cárcel por su participación en grado de encubrimiento en el crimen del ex Rector de la UAS, fundador del PAS y diputado federal electo, generó pánico entre las piezas claves de ese engranaje delincuencial.

LA CONFESION DE SARA BRUNA

La Fiscalía Federal espera la confesión de Sara Bruna para identificar al autor intelectual del homicidio. Se requiere establecer el nombre y la posición en el Gobierno de Sinaloa de la persona que dio la orden de tergiversar la investigación y realizar un montaje para publicitar que Cuén Ojeda fue atacado a balazos en una gasolinera en un fallido despojo de la camioneta en la que era transportado.  

Quiñónez Estrada es quien tiene el nombre de ese funcionario público y también lo poseen Dámaso Castro Zaavedra, vicefiscal general, y Claudia Zulema Sánchez Kondo, actual Fiscal General, quien el día del asesinato y en la “fase” del montaje fungía como Vicefiscal Zona Centro, pero con enlace directo con su “padrino” del Palacio de Gobierno.

ENRIQUE INZUNZA CONTROLA LA FISCALÍA

Los empleados de la Fiscalía Estatal que declararon en la FGR coincidieron en que Sara Bruna Quiñonez y todos los funcionarios de primer nivel recibían órdenes directas del entonces secretario general de Gobierno, Enrique Inzunza Cázarez, hoy Senador de la República, quien es, además, de hecho, el que controla todavía la dependencia estatal con el permiso y la tolerancia del gobernador Rubén Rocha.

Si la Fiscalía General de la República logra establecer que fue Enrique Inzunza quien giró la orden para desviar el curso de la investigación del crimen del ex rector de la UAS, el Senador podría enfrentar un procedimiento de desafuero para poder llevarlo ante los tribunales federales. Si a la investigación se le suman otras indagatorias, Inzunza podría ser considerado como uno de los presuntos autores intelectuales del asesinato.

LA VIGILANCIA SOBRE CUÉN

La Fiscalía Federal corroboró que sobre Cuén Ojeda se fraguó una conspiración para matarlo. En junio del 2023, Cuén denunció que agentes de la Ministerial (Fiscalía Estatal) le habían colocado un GPS en su camioneta para rastrearlo y ubicarlo en tiempo real. El 7 de junio del 2024, dijo que los agentes lo “atoraron” a él y sus acompañantes cuando se dirigían al informe del Rector de la UAS.

En sus podcasts, denunció también que agentes policiacos en camionetas y automóviles que incluso usaban drones, lo vigilaban por tierra y aire y le tenían intervenido su teléfono y acusó a Rubén Rocha y a Enrique Inzunza si algo le pasaba a él o a alguien de su familia. La FGR tiene en su poder todas las grabaciones del fundador del PAS.     

LA TRAMA DEL ASESINATO

El periodista Osvaldo Villaseñor González, en su columna Transición dijo que a Cuén “lo mató el narco ¿Por petición de quién? ¿Para beneficiar a quién?”, interrogantes que obligan a la FGR a investigar a aquellos que ordenaron que se desatara sobre él y su familia una furiosa persecución política y judicial y un proceso diario de deshonra pública y de criminalización con el propósito de justificar el atentado criminal.

Es obvio de que a Cuén Ojeda se le tendió una emboscada fríamente calculada para matarlo y vincularlo al crimen organizado. En la sábana de su teléfono celular no hay registros de llamadas con Ismael -El Mayo -Zambada y si con funcionarios allegados al gobernador que lo habrían invitado a un encuentro con el gobernador, más no con El Mayo. Es infantil creer que el ex Rector aceptaría una reunión con un narco dejando testigos y rastros telefónicos de por medio. Cuén iba a una reunión con Rubén Rocha y cayó en la trampa.

¿QUIEN ORDENÓ EL CRIMEN?

En su reportaje “La 4T da la espalda a Rocha Moya; investigan al gobernador aliado de Adán Augusto” publicado por PROCESO, el periodista Aaron Ibarra, con documentos del Centro Nacional de Inteligencia y de los servicios de inteligencia militar, da cuenta de personajes que, según su investigación, están relacionados con un grupo delictivo y señala que el gobernador “se encuentra bajo el escrutinio de los órganos de inteligencia del gobierno federal mexicano”.

Entre otros nombres de personas vigiladas por el CNI y la Sección II de la Sedena menciona al titular del Servicio de Administración Tributaria de Sinaloa (SATES), José Carlos Cárdenas Mellado, y al ex secretario general de Gobierno y actual Senador Enrique Inzunza Cázarez, el cual -dice- “se encuentra en constante vigilancia”.

EL EXTERMINO POLÍTICO

Enrique Inzunza le apostaba al exterminio del ex Rector y promovía la desaparición del Partido Sinaloense y llamaba a los militantes y dirigentes de este partido “lacras” y “enemigos de Estado”. El Senador de la República proyecta convertirse en candidato de Morena a la gubernatura de Sinaloa en el 2027 y consideraba un serio rival político a Héctor Melesio Cuén Ojeda.

La investigación del crimen apunta al “móvil político”. Cuén Ojeda era considerado un estorbo para los planes políticos de Enrique Inzunza y también para el gobernador Rubén Rocha Moya en su proyecto de tomar por asalto la Universidad Autónoma de Sinaloa. Les molestaba el liderazgo natural y dinamismo político del fundador del PAS.

Héctor Melesio Cuén, en sus podcasts, denunció que el verdadero crimen organizado no estaba en las calles, sino que operaba en el Tercer Piso del Gobierno Estatal. A su vez, furiosos, Inzunza Cázarez y Rocha Moya acusaban de ser el autor de las revelaciones de corrupción y nepotismo que aparecen todavía en el portal cartelrocharuiz.com

El ex Rector también interpuesto en la Fiscalía General de la República y la Auditoría Superior de la Federación, desatando la ira del mandatario estatal, varias denuncias sobre el tráfico de obras públicas en el gobierno del Estado que calificó como “carrusel de obras”, que consistía en la triangulación de pagos en las que aparece la constructora Chocosa, propiedad de los hijos del gobernador. 

Enrique Inzunza, quien amenazó con desaparecer el Partido Sinaloense, acusaba a Cuén Ojeda de ser el responsable de la difusión de un video en el que se observa, al Senador, masturbándose, y también le echaba la culpa de que se hayan divulgado, en plena campaña electoral, las denuncias por delitos sexuales que le interpuso la Jueza de Control Ana Karina Aragón Cutiño. Las querellas están vivas.

PRESIONAN DESDE EL SENADO PARA CERRAR EL “CASO CUÉN”

PROYECTO 3

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