Sabia virtud de conocer el tiempo

Es de sabios reconocer el tiempo. Una de las grandes angustias de quienes fueron lo que fueron es la falta de control sobre el tiempo. Renato Leduc, a quien Carlos Monsiváis describió como “nuestro gran poeta popular”, escribió el soneto “Tiempo”, en el que poetizó: “Sabía virtud de conocer el tiempo; A tiempo amar y desatarse a tiempo; Como dice el refrán: dar tiempo al tiempo…Que de amor y dolor alivia el tiempo”.

El tiempo no rima con nada…Es tiempo, se agota, se acaba. Pero hay tiempo, sí, para dejar huella, antecedentes de grandeza o sembrar desgracias.

Es importante destacar que la Universidad Autónoma de Sinaloa está orgullosa de sus jubilados bien habidos. Les reconoce su esfuerzo y la vida que entregaron en aras de la educación de los sinaloenses. La Rotonda de los Universitarios Ilustres da cuenta de los aportes de hombres ejemplares que facilitaron su tiempo y espacio al crecimiento de la UAS.

No son los únicos, por supuesto. Hay más, universitarios por decenas, a quienes se les debe gratitud. Respeto. Son conocidos por ser jubilados ejemplares. Ex universitarios brillantes que reconocen su tiempo y ceden el paso a las generaciones presentes y futuras para que tomen decisiones. Son hombres sabios que saben escrutar en el tiempo. Y lo que fue su tiempo.

Los estudiosos de las generaciones han hecho su marcaje. Con sus respectivas características clasifican a los Baby Boomers (nacidos entre 1945 y 1964), la Generación X (nacidos entre 1965 y 1981), Generación Y o Millennials (nacidos entre 1982 y 1994) y la Generación Z o Centennials (nacidos a partir de 1995 y hasta el presente).

La asignación en el alma mater es sencilla: universitarios en activo y no activos o jubilados. En los primeros recae la responsabilidad de conducir la Universidad; los segundos, ya se fueron, tuvieron su tiempo. La brecha generacional es muy marcada.

En el tiempo presente, los de adentro, los universitarios en activo, responsables de la conducción del alma mater, levantaron una atalaya contra quienes no quieren reconocer que el tiempo los rebasó y que pese a que entienden que ninguna reforma a la Universidad puede venir de afuera, hipnotizados por una suerte de retrógrada imantación negativamente mágica o autogestionada, pretenden constituirse en una rancia rosca enquistada para conculcar cualquier viso de progreso o desarrollo de la Universidad.

¿Qué pasó con su tiempo? Se les fue. Ya no regresará, pero eso sí, elucubran con “transformar” a la Universidad Autonomía de Sinaloa en un sitio aislado, inhóspito, progresivamente decadente, administrada por la gerontocracia, defenestrando a quienes, desde dentro, defienden la institución y su autonomía.

No es posible que estos desvaríos, continúen perpetuándose, son pena de “paralizar” el tiempo, frenando los avances de la academia, el progreso de las ciencias, la tecnología, la cultura y el arte. Los sinaloenses lo saben: el tiempo de estos personajes se les agotó….

El Tiempo

Sabia virtud de conocer el tiempo; a tiempo amar y desatarse a tiempo;como dice el refrán: dar tiempo al tiempo… que de amor y dolor alivia el tiempo.

Aquel amor a quien amé a destiempo martirizóme tanto y tanto tiempo que no sentí jamás correr el tiempo, tan acremente como en ese tiempo.

Amar queriendo como en otro tiempo—ignoraba yo aún que el tiempo es oro—cuánto tiempo perdí —ay— cuánto tiempo.

Y hoy que de amores ya no tengo tiempo, amor de aquellos tiempos, cómo añoro la dicha inicua de perder el tiempo…

RENATO LEDUC

Wilfrido Ibarra Escobar

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