A río revuelto… normalistas en pie de guerra

La nueva escuela mexicana… El legado de la CNTE

Si desde el inicio del derrumbe político del PRI, poco antes de arrancar el Siglo XXI, el sindicalismo mexicano fue a la baja, principalmente, con la desaparición del poder absoluto de la CTM y su perenne dirigente, Fidel Velázquez, con la Cuarta Transformación, la crisis de estas agrupaciones casi toca fondo.

El de los maestros sufrió una sacudida después de la detención de la maestra Elba Esther Gordillo iniciando el sexenio de Enrique Peña Nieto. Al de Luz y Fuerza del Centro lo derrumbó Felipe Calderón. El de los ferrocarrileros se lo comió el tiempo y la modernidad, aunque su dirigente, Víctor Flores, continuó cobrando cuotas.

Hace tres semanas renunció al PRI Joel Ayala Almeida, uno de los dirigentes más conocidos, al frente de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado.

En las últimas semanas se ha visto una campaña contra el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, uno de los más disciplinados y fieles, institucionalmente, a la empresa que representan, como lo es Pemex.

En días pasados, su dirigente nacional, Carlos Romero Deschamps, renunció al cargo para dar paso a una nueva elección.

Hablo, por supuesto, de gremios ligados, de alguna forma, a instituciones, organismos o dependencias públicas.

Otro de los grandes gremios es el de Teléfonos de México, que pasó de público a privado.

Después de esto cabe, ahora sí, la mención que rompe todos los estándares de la política hasta la administración de Peña Nieto.

Hoy, la mayor fuerza y la más cercana al gobierno de Andrés Manuel López Obrador se llama Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Un gremio que, hasta ahora, representa, si acaso, la quinta parte de lo que es el SNTE.

La diferencia es que es una agrupación de Izquierda, cercana a los lineamientos del gobierno de López Obrador. De hecho cuenta con todas las consideraciones del Presidente luego de que fue el único gremio que lo acompañó si no en todas sus batallas por llegar a Palacio Nacional, sí al menos en las dos últimas, es decir, del 2006 a la fecha.

La CNTE es la única fuerza, también, que ha logrado, en apenas el primer año de administración morenista, es decir, dentro de la “Cuarta Transformación”, sostener, cuando menos, cinco reuniones privadas con el Presidente en Palacio Nacional.

Por la esencia de su perfil, ligado a la Educación, a los maestros, la CNTE podría ser el único gremio, junto con el SNTE, de contar con una extensión de poder fáctico en la existencia de las escuelas Normales, sobre todo aquellas que profesan su misma ideología.

Sobre todo después de que la disidencia magisterial tiene todo el apoyo gubernamental.

UNA TAREA DELEGADA

El razonamiento de ser condescendiente con el Gobierno Federal, de tener las puertas abiertas de Palacio Nacional, lleva a la Coordinadora a mantener una postura de imparcialidad y no ser protagonista de hechos que hagan quedar mal al Ejecutivo, aunque se les quemen las manos por hacerlo.

Es ahí en donde entran en juego las escuelas normales. En el país debe haber decenas, sin embargo, no todas comulgan con los ideales del magisterio disidente, cuyos conceptos y preceptos rayan, como sus propios dirigentes lo han recomendado hasta para los niños y jóvenes, la “desobediencia”.

Tampoco en todos los estados de la República se da este tipo de adoctrinamiento; básicamente en entidades en donde tiene influencia la CNTE, como Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Estado de México, Ciudad de México y Guerrero (Ceteg).

Entidades, sobre todo, del sur, sureste y centro del país, donde, por décadas, se ha concentrado la pobreza y la generación de recursos es bastante limitada. Zonas en las que no sólo ha prosperado la idea de la rebelión, sino que ha motivado la creación y aparición de grupos armados, como guerrilla y otros que han derivado en delincuencia.

Por ello, aunque la CNTE se mantenga al margen, ahora vemos un movimiento político-social más abierto y continuo de parte de varias escuelas normales, sobre todo rurales, con formas de actuar calcadas de la Coordinadora.

En Michoacán, por ejemplo, el caso es bastante preciso para identificarlo. A principios de año, la Coordinadora exigió que el gobierno local, de Silvano Aureoles, y el Federal cumplieran un extenso pliego petitorio presionando con el bloqueo de vías de ferrocarril que duró más de un mes y que provocó pérdidas económicas irreparables a decenas de empresas, al estado y al país.

Los principales municipios michoacanos conectan a uno de los puertos de más envergadura del país, el de Lázaro Cárdenas.

Pues esa misma táctica utilizan ahora los alumnos de la escuela Normal Rural “Vasco de Quiroga”.

En una semana bloquearon dos puntos importantísimos, Morelia-Lázaro Cárdenas; después Arteaga-Lázaro Cárdenas.

Esta semana, la Asociación de Industriales de Michoacán expresó que los bloqueos provocaron que más de 1 mil 700 contenedores permanecieran varados, sin mover, desde el puerto de Lázaro Cárdenas.

Estos contenedores, afirmó la agrupación, transportan cargas desde químicos, insumos de la industria acerera, automotriz; de la agroindustria; para tiendas de autoservicio y departamentales, así como del sector marítimo intermodal.

Pero la CNTE no descuida a sus “cachorros”. Sobre otro conflicto paralelo, pero en la Normal Rural “Carmen Serdán” de Teteles, Puebla, Jorge Cabrera, representante de la Coordinadora en ese estado, dijo que estas escuelas están organizadas.

“Son 15 o 16 normales; cuando una tiene problemas tienen el apoyo de las demás”.

El juego está claro. Antes, normalistas y CNTE eran lo mismo. Donde se manifestaba uno se manifestaba el otro. Hoy, la alianza de la segunda con el gobierno de López Obrador impide la dualidad, pero no la dicotomía.

Es el legado.

BROTES EN LA REGIÓN

Lo que antes era el poder de los profesores de la CNTE ahora es el poder de los normalistas adheridos a ella.

Un común denominador confirma lo anterior. Las entidades donde la CNTE siempre mostró poder son las que ahora utilizan los normalistas. Exactamente los mismos estados.

La semana pasada fue de muestra para ver cómo crece la actividad de las escuelas normales rurales.

El jueves y viernes, estudiantes de la Normal de Ayotzinapa tomaron casetas y bloquearon la Autopista del Sol para exigir castigo a los responsables del desalojo que sufrieron sus compañeros de Mactumatzá, Chiapas.

Durante tres días, los normalistas chiapanecos sostuvieron enfrentamientos con la Policía, tomaron casetas y quemaron vehículos..

¿Qué exigen? Más recursos económicos, pagos a docentes y que se reactive el sistema de internado.

Otro punto de confrontación se da en el Estado de México con estudiantes de la Normal Rural “Lázaro Cárdenas del Río” de Tenería, en Tenancingo.

Como el resto de los normalistas de otras entidades, toman casetas y secuestran vehículos. Hace un mes mantuvieron en su poder casi un centenar de autobuses con todo y choferes.

¿Qué piden? Ochenta y cuatro plazas para los egresados de la generación 2015-2019; que no haya hostigamiento a los estudiantes ni campañas en su contra en medios de comunicación. ¿Qué obtuvieron? Plazas, becas, pasto sintético para su cancha de futbol y hasta el compromiso de que no haya sobrevuelos de vigilancia sobre su plantel.

En Michoacán demandan mil plazas para egresados de la generación 2019, plazas automáticas de maestros y la no imposición de nuevos directivos.

Otro, el de Puebla, es un caso especial. En ella, los manifestantes son mujeres de la escuela exclusiva para su género, la Normal Rural “Carmen Serdán”, en Teteles.

¿Qué demandan? La renuncia del director Rafael Castillo Rojas y del subdirector académico, Wilfrido Viveros González. Además, atender las deficiencias de la escuela, como la falta de aulas, y la construcción de un polideportivo, así como un mayor presupuesto para alimentación.

Este es un panorama “grosso modo” que está en ascenso. De él están enterados los gobernadores de los respectivos estados, la Fiscalía General de la República y el Gobierno Federal, en la persona del Secretario de Educación, Esteban Moctezuma.

La última palabra siempre la tendrá la CNTE… y el Gobierno Federal. Tal vez no falte mucho para que los normalistas conozcan también, de cerca, la recámara donde durmió Benito Juárez.

Por: Roberto Cruz

IMPACTO.MX

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