Ana Luz Ruelas y la estrategia de Mario Zamora

Qué información tienen los electores sobre el “efecto ventrílocuo” en los medios de comunicación; que entienden sobre metaperiodismo (ver metaperiodismo y confrontación electoral) y qué saben en torno a la “Operación Coppel”. 

Sostenemos que opinar diferente, ubicarnos en el contexto periodístico como una distinta alternativa de comunicación, es un oficio de alto riesgo, porque altera o trastoca los proyectos de comunicación de quienes están al servicio del Poder.  

No es nuevo que ventrílocuos y “alterados” criminalicen a los periodistas de Proyecto 3 porque somos diferentes. No es una novedad que chillen, pataleen y griten “¡son difamadores!, ya que, para ellos, los tradicionales dueños de la Verdad, quien opine distinto, es un criminal que merecen la pena de muerte. 

La nueva embestida contra Proyecto 3 ha provocado, aparte de sonoras carcajadas, una exclamación en nuestro equipo de colaboradores: “estamos vivos”. No cabe duda de que nuestro modesto semanario hace roncha y que, de nueva cuenta, los Todopoderosos de la Comunicación intentan callarnos, regalándonos una publicidad inusitada. Gracias.  

Proyecto 3 es un proyecto humilde. Modesto. Imposible comparar la estructura del semanario con la que cuenta El DEBATE o NOROESTE, pero, por fortuna, dos que tres personajes que ahí colaboran nos han convertido en su “competencia”. 

Nuestra línea editorial es precisa; en nuestro quehacer periodístico nos hemos topado con “ventrílocuos” adheridos como lapa al Poder que participan u orientan conspiraciones informativas en tiempos electorales. 

Al exhibirlos, al opinar diferente, al no encajar en su plan de comunicación político-electoral, nos han atacado con saña. La respuesta de Proyecto 3 es responder esas difamaciones y calumnias, continuar con nuestra línea editorial, defender nuestros puntos de vista y practicar el metaperiodismo, ese tipo de periodismo que enloquece a quienes se llaman Dueños de la Verdad.  

“¡Estamos vivos!”, gracias, gracias, gracias… 

Periodismo de repetición o clonación 

Cuando Proyecto 3 nació rompió el “efecto ventrílocuo, ese periodismo que consiste en repetir lo que otros plantean como cierto. Es decir: clonar o escribir hasta el cansancio lo que otros escriben. 

En este proceso, el PRI diseñó, para apoyar la campaña de comunicación de Mario Zamora Gastélum, candidato del PRI-PAN-PRD, la “estrategia payaso” o “estrategia ventrílocuo”, convirtiendo en arlequines a comunicadores opositores al proyecto de la Cuarta Transformación del candidato de Morena-PAS, Rubén Rocha Moya.  

Los estrategas del PRI crearon un escenario para criminalizar, llamar difamadores y calumniadores, a quienes, según ellos, son “enemigos” del PRI o de la candidatura de Mario Zamora. El olor a derrota los ha enloquecido pues ven “fantasmas” y opositores por todos lados, a los que hay que aplastar o “borrar del mapa”. 

La estrategia de comunicación electoral Sinaloa-2021 en la que participan los dueños de la Libertad de Expresión es convertir a los periodistas en “muñecos ventrílocuos”, para que repitan, como bocas de ganso, el mensaje político priista y para sirvan para construir falsos escenarios.  

La “estrategia payaso” o “estrategia ventrílocuo” derivó de la fallida estrategia Operación Coppel”, con la que se buscaba descarrilar el proyecto político electoral de Rubén Rocha Moya e impedir el aterrizamiento de la Cuarta Transformación en Sinaloa. 

La “pureza” de los difamadores 

Arlequín al servicio del proyecto PRI-PAN-PRD, Ana Luz Ruelas Mojardín, entró al espectáculo, para repetir, lo que en otros procesos electorales han difundido los aparentes Dueños de la Verdad enojados porque en Proyecto 3 se opina diferente. 

El PRI habilitó como su ventrílocua a Ruelas Mojardín y la colocó en el centro del circo mediático para que clonara ataques contra periodistas a los que en el “cuartel de guerra” del PRI-PAN-PRD consideran un peligro electoral. 

Pero el show de la bufona es casi igual al montado en la elección estatal del 2016 y en los comicios del 2018, solo con el agregado de la invención de la “red criminal”, que hace la delicia del respetable y desata la carcajada en Proyecto 3 y en Morena y las dirigencias de otros partidos. Caray: ¡qué buena payasa es la Ruelas! 

Así, son parte de la “red criminal” y ofensiva, bajo la guadaña arlequinesca de Ruelas: Marcial Pompa Guillén, Álvaro Aragón Ayala, Eduardo Sánchez Encinas, Richard Lizárraga, etc., etc. Aplausos. 

Es el mismo show circense que se montó contra Proyecto 3 cuando los periodistas refractarios a la crítica, al análisis del análisis, se la jugaron en el proyecto del priista Quirino Ordaz Coppel en el 2016 y en el 2018 con Manuel Clouthier, candidato independiente al Senado de la República. 

Son los mismos payasos o ventrículos del 2016 y el 2018 los que el PRI lanza ahora contra los directivos y colaboradores Proyecto 3, semanario que ahora ligan al proyecto Morena-PAS. Son los mismos ventrílocuos que difaman y se llaman difamados, que se purifican con el agua priista, quienes, en aras de su Libertad de Expresión atentan contra la Libertad de Expresión de Proyecto 3. 

Ruelas tomó nada más lo que se escribió contra Proyecto 3 en el 2016 y en el 2018 en NOROESTE y lo vació en El DEBATE en su colaboración semanal.  

Para cerrar su espectáculo, la ventrílocua Ana Luz Ruelas repitió: “Están llegando demasiado lejos….” y a pie… 

Opinar diferente, es un crimen 

En materia de periodismo Sinaloa ya no vive en la época de las cavernas, pero hay quienes, metidos de lleno en el proceso electoral, súper-definidos a favor del proyecto PRI-PAN-PRD, no entienden que ya se extinguieron las “vacas sagradas” de la comunicación y no saben defender con argumentos lo que ellos mismos escriben. 

Ajenos, distantes al ejercicio del metaperiodismo (ver metaperiodismo y confrontación electoral), no debaten, no aportan nada a la discusión periodística democrática, sino que se acuerpan y acuerpan al Poder para criminalizar o santanizar a quienes disienten y que consideran que sus artículos o análisis carecen de solidez o de fundamentos. 

En la agenda informativa, al periodismo sobre el periodismo, se le llama metaperiodismo: es el periodismo sobre periodismo y al análisis de la información sobre la información. 

Hablar o escribir sobre periodismo no es tema nuevo, sino que remonta mucho tiempo atrás: Editor & Publisher (E&P), que se presenta como “la publicación más antigua de Estados Unidos cubriendo la industria de la prensa”, tiene su origen en 1884. 

Si partimos de la exigencia de la sociedad de “vigilar al vigilante”, es natural que surjan periodistas que informen sobre los que informan. 

Si una de las de las funciones principales del periodismo es ser el perro guardián de las instituciones (llámense Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, Policía, Iglesia, empresas, etc.), el metaperiodismo ayuda a controlar a ese vigilante y pone la lupa sobre su accionar.  

La práctica del periodismo sobre periodismo, sirve para elevar la conciencia de la sociedad, del público, sobre la profesión y, juntamente con ello, las expectativas que los ciudadanos pueden tener.  

El metaperiodismo no comulga con la “estrategia payaso” o “estrategia ventrílocuo” 

ÁLVARO ARAGÓN AYALA

PROYECTO 3

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