Compromiso por la Paz

Yuriria Sierra.

  • Más allá de las divergencias políticas e ideológicas, la pacificación del país y su reconciliación deben ser objetivos compartidos por todos los sectores de la sociedad mexicana.

La firma del Compromiso por la Paz por parte de los tres candidatos a la Presidencia de México —Claudia SheinbaumXóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez— marca un hito significativo en el proceso electoral de 2024. Al adherirse a este documento propuesto por la Conferencia del Episcopado Mexicano, los aspirantes presidenciales asumen un compromiso público de promover la pacificación en el país.

Más allá de las creencias religiosas individuales y colectivas de la sociedad, más allá también de los muchos y terribles pecados de sus miembros (y de la institución misma) a través del tiempo y de la historia, lo que es innegable es que la Iglesia católica ha desempeñado un papel relevante en los procesos de pacificación en diversas naciones del mundo occidental en distintos momentos. A lo largo de los siglos, ha servido como mediadora y agente neutral de última instancia, llamando a la concordia y al diálogo en momentos de tenso conflicto, guerra, confrontación y violencia.

A lo largo de los siglos, la Iglesia ha sido convocada una y otra vez para intervenir en conflictos enquistados, aprovechando su influencia moral, sus principios humanistas y su presencia multinacional. Desde la Paz de Westfalia, que puso fin a la Guerra de los Treinta Años en 1648, pasando por su decisiva contribución al fin del régimen de segregación racial en Estados Unidos, hasta su labor de reconciliación en países desgarrados por guerras civiles, como El Salvador, la Santa Sede ha ejercido un ministerio de pacificación inigualable.

En el caso de México, la Iglesia católica ha sido testigo de los altibajos de la nación, desde la época colonial hasta nuestros días. Ha sido partícipe en diversos esfuerzos por alcanzar la paz y la reconciliación nacionales, ofreciendo un espacio de encuentro y reflexión para las partes en disputa.

La firma de este documento por parte de los candidatos presidenciales adquiere una relevancia especial en el contexto actual de México, donde la violencia, la inseguridad y las divisiones sociales amenazan la estabilidad del país. Al comprometerse con los principios de paz y concordia, los aspirantes presidenciales reconocen la necesidad urgente de abordar estos desafíos desde una perspectiva inclusiva y conciliadora.

Más allá de las divergencias políticas e ideológicas, la pacificación del país y su reconciliación deben ser objetivos compartidos por todos los sectores de la sociedad mexicana. La Iglesia católica, con su larga trayectoria como facilitadora de diálogos y promotora de la paz, ofrece un espacio neutral y respetado para este propósito.

En resumen, la firma del Compromiso por la Paz por parte de los candidatos presidenciales es un gesto simbólico, pero poderoso, que reconoce un clima de violencia y la importancia de la Iglesia en la facilitación de procesos para la pacificación y su capacidad para convocar a la unidad y la concordia en momentos cruciales.

  • La firma de este documento es una muestra de gran madurez política de los tres candidatos a la Presidencia y de su compromiso para buscar los consensos y los puentes que el país deba construir para disminuir los índices y deseablemente terminar con la atroz violencia que, desde hace décadas, ha azotado tantas regiones de nuestro país.

Excelsior

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