Contaminación lumínica: hay tantas historias en el cielo que no podemos ver

La contaminación lumínica que afecta a diferentes áreas como la astronomía, ecología, medioambiente, salud y eficiencia energética, es ya un problema tan serio que la Unesco incluyó este tema en su Agenda Hábitat 2030, resaltó Fernando Ávila Castro.

El responsable de la Oficina de la Ley del cielo en el Observatorio Astronómico Nacional del Instituto de Astronomía de la UNAM, en Ensenada, Baja California, agregó que esta agenda es una serie de guías y metas para que las ciudades se enfoquen hacia ello y puedan acceder a recursos, fideicomisos y apoyos.

El egresado del Doctorado en Física de la Universidad de Sonora destacó que Unesco también ayudó a organizar hace cuatro años un congreso en la Ciudad de México que tuvo como resultado la publicación del libro Derecho a los cielos oscuros, donde colaboró con un capítulo y en las conclusiones, mismo que se encuentra disponible en un PDF gratuito que está en línea.

El ganador del premio Defensor de los cielos oscuros 2016, por impulsar la renovación del alumbrado público para preservar los cielos oscuros en los municipios de Ensenada y Mexicali, en Baja California, ofreció en el auditorio del Centro de las Artes de la alma mater la conferencia Contaminación lumínica y la Ley del cielo.

Dijo que los astrónomos son los primeros en preocuparse por la contaminación lumínica, y que las legislaciones nacieron durante los 90 en grandes observatorios, como el de Arizona, Chile y Canarias, y que en Baja California empezaron a hacerlo desde el Observatorio Astronómico Nacional y ahora se busca que Sonora se sume a esto.

“La idea es introducir el tema de la contaminación lumínica, con miras a que próximamente vamos a tener un Foro Regional de Cielos Oscuros, donde trabajaremos Baja California, Arizona y Sonora, para preservar este patrimonio no tangible de la humanidad”, compartió.

El representante en México de la Asociación de Cielos Oscuros promovió una iniciativa para modificar la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente y generar un alumbrado responsable; además, ha colaborado con Tijuana y Puerto Peñasco para elaborar su propio reglamento.

“Empezamos a trabajar en Baja California con una serie de reglamentos municipales, leyes estatales que en conjunto se les conoce de manera popular como la Ley del cielo”, mencionó.

El divulgador también comentó que a nivel federal este día se cumple un año desde que se aprobó en la Cámara de Diputados federal la modificación a la Ley de Equilibrio Ecológico, y que están trabajando con los senadores para que se ratifique y se publique en el Diario Oficial de la Federación. Explicó que de ahí sigue armonizar la Ley de Asentamientos Urbanos.

“Algo que tienen los reglamentos municipales, y es donde la Unison va a colaborar por su relación con la sociedad civil, es el Consejo técnico asesor, que establece qué tipo de luminarias se van a instalar, tanto en vialidades como en parques se va a hablar de zonificaciones porque son diferentes y tiene que haber promoción y divulgación sobre los efectos de la contaminación lumínica.

“El Consejo técnico asesor estará integrado por el municipio, un instituto astronómico de cabecera, que en este caso puede ser el Área de Astronomía de la Universidad, y distintos representantes, comunidad astronómica, centros de investigación y tecnología, colegios, vinculación con medios de comunicación y sociedades ambientalistas”, informó.

Ávila Castro apuntó que una de las primeras concepciones a las que se tienen que enfrentar es que cuando se trata de reducir la iluminación exterior se tienen ciudades completamente oscuras, lo cual no es cierto, pues lo que se busca es sólo un equilibrio y tener contemplada la seguridad.

Con imágenes y videos ofreció ejemplos y percepciones de lo que significa tener un cielo oscuro, sobre todo cuando se trabaja con la iluminación exterior; mostró imágenes satelitales de cómo las partes oscuras del planeta han disminuido y se encuentran básicamente en lagos, desiertos y bosques, y que para los grandes observatorios esto se vuelve un problema a la hora de realizar ciertas búsquedas.

“Hay impactos no tangibles de la contaminación lumínica, en especial puede afectar nuestra capacidad de asombrarnos e inspirarnos por un cielo nocturno, por un cielo lleno de estrellas que siempre nos ha acompañado históricamente, pero que hoy, cuatro de cada cinco personas no lo pueden ver.

“Hay tantas historias en el cielo, y nosotros con los ojos cerrados”, expresó.

Al inicio de la conferencia, Ramón Enrique Robles Zepeda, director de Investigación y Posgrado, dio la bienvenida al expositor y destacó el compromiso de la Universidad de Sonora en el tema y en sumarse a estas acciones; asimismo, el académico Julio Saucedo Morales, del Departamento de Investigación en Física, habló de la trayectoria de Ávila Castro y sus contribuciones a la ciencia.

Aleyda Gutiérrez Guerrero

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