Contra el hostigamiento en la escuela

El bullying afecta a niños de escuelas, públicas y privadas.

Aunque padecía de “mecanicismo”, la teoría de la reproducción de las estructuras sociales en las escuelas tenía asideros empíricos importantes. El sistema escolar no sólo reproduce la estructura jerárquica del capitalismo, sino también rasgos de la cultura preponderante. No puede esperarse que en las escuelas reinen la armonía y la paz cuando en el medio ambiente circundante —y en el seno de muchas familias— señorea la violencia.

Según estudios que han realizado colegas y estudiantes de posgrado, el bullying —u hostigamiento— escolar va en aumento; empezó a crecer en los años 80, justo cuando se desató la violencia criminal. Hoy es un fenómeno que afecta a niños de casi todas las escuelas, públicas y privadas. Y parece que no hay forma de parar ese cauce, por más que cada vez haya más abono para educar para la paz.

No acostumbro a elogiar proyectos, aunque es cierto que a veces celebro alguna política, pero hasta que veo resultados. Sin embargo, hoy voy contra mi usanza y aplaudo que la Secretaría de Educación Pública y Facebook hayan tejido una alianza para echar a andar un programa educativo que emplea herramientas de la realidad virtual y tecnología web, Misión Paz Escolar.

La noticia de la firma del acuerdo tuvo poca difusión a pesar de su importancia. Sí, ya sé, Facebook —que por cierto cultivo poco— tiene el sello del neoliberalismo, pero es popular entre niños y jóvenes, es una herramienta de chismes y cotorreo, pero también de difusión y, como lo presumen los abogados de ese proyecto, también sirve para educar e inculcar habilidades socioemocionales.

El programa no nació ayer, pasó ya por pruebas piloto y se extenderá hasta apoyar a 30 mil chamacos en las escuelas de la Ciudad de México. Los propósitos (que se condensan en los contenidos) son loables: 1) Prevención del acoso escolar, 2) Seguridad en línea, 3) Crear conciencia, 4) Tú decides qué compartir y 5) Elige con quién chateas.

Héctor Faya, director de Programas de Políticas Públicas en América Latina para Facebook, apuntó que: “La tecnología es una herramienta que, utilizada con responsabilidad, tiene el poder de hacer el bien. Queremos que Misión Paz Escolar contribuya a mejorar las relaciones entre los alumnos y su entorno”.

No echo las campanas a vuelo. La persistencia cultural, como arguyen antropólogos institucionalistas, se despliega con naturalidad en las relaciones sociales y en las prácticas pedagógicas. La violencia no nace en las escuelas, al menos no en la intensidad con que se observa en este siglo. Pero sí se reproduce en su seno.

No obstante, la reproducción de las relaciones violentas no es inevitable, el trabajo de los maestros, en primer lugar, puede disminuir sus efectos —si cuenta con buenas herramientas— eliminarlos es casi imposible.

No creo que sea la panacea, pero Misión Paz Escolar puede representar un respiro y apoyar a los docentes y al sistema en su conjunto a lidiar con un problema acuciante.

¡Bienvenida la buena noticia!

CARLOS ORNELAS

EXCELSIOR

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