Crean sonda para salvar vidas en partos

Es de bajo costo

De 25 mil 500 mujeres que atendió el Hospital General de enero de 2015 al junio de 2019, mil 700 sufrieron hemorragia post parto.

Por encima del promedio de tres a cinco por ciento de mujeres que tras un parto enfrentan una hemorragia, la incidencia en el Hospital General «Doctor Aurelio Valdivieso» es de entre el siete y diez por ciento.

En ese momento del postparto donde las mujeres tienen un alto riesgo de perder la vida, el equipo ginecobstetra ha demostrado que la sonda o balón de compresión tipo foley es una alternativa para contener el sangrado y permitir que las pacientes conserven su útero.

Así lo documentó la ginecobstetra Soledad Susana Arenas Gómez, quien con su proyecto «Balón compresivo Foley: Eficacia en hemorragia postparto e impacto en morbimortalidad materna», ganó esta semana el segundo lugar del Premio Estatal de Investigación en Salud 2019, en la modalidad de Investigación Clínica.

La egresada de la Facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) se formó en el Hospital General «Doctor Aurelio Valdivieso», donde labora desde el año 2000.

Eso le permite saber que la incidencia de hemorragia postparto es un poco más alta que la que se señala en la literatura nacional y mundial.

De los 25 mil 500 mujeres que, mediante parto o cesárea, fueron atendidas en ese hospital de enero de 2015 al 30 de junio de 2019, mil 700 se enfrentaron a una hemorragia post parto.

La especialista Susana Arenas revisó cada uno de los expedientes y documentó que en 178 pacientes se utilizó un balón compresivo, pero de éstos 74 fueron tipo Foley y en ningún caso la mujer perdió la vida.

Salvo un estudio que en 2015 dio cuenta que este tipo de sondas se emplea en pacientes con embarazos menores a las 20 semanas, Arenas tiene la seguridad que en ningún otro estado del país se utiliza este tipo de técnica en mujeres con embarazos a término, lo que ha demostrado su efectividad y bajo costo.

El balón compresivo de Foley es en sí una sonda que se introduce al interior de la matriz, se infla con agua o solución fisiológica y permite comprimir los vasos cruentos o sangrantes de donde se desprendió la placenta.

Poco utilizado

El primer balón compresivo fue utilizado en 1996. “Es una técnica relativamente vieja que ha sido desplazada, pero es asequible, de bajo costo y con una curva de fácil aprendizaje que se debería implementar en el segundo y primer nivel de atención”, consideró.

Como en su inicio las sondas de Foley fueron usadas para pacientes no embarazadas “no le dieron mucha importancia” y “lo usan como una primera alternativa de hemorragias postparto”, siendo el hospital Valdivieso el único que lo hace.

Más que promover el uso de este tipo de sondas en otras entidades del país, lo que la ginecobstetra Arenas busca es que se utilicen en unidades de primer nivel, como centros de salud de comunidades indígenas, ya que su costo es de entre 25 a 30 pesos.

Esta medida contribuiría a disminuir la problemática de muerte materna, cuyo origen es multifactorial. “No podemos atribuir a la mala atención y que mueran por un factor, todos tenemos algo que ver en una muerte materna: los familiares, la paciente, el traslado y la infraestructura médica”.

Nadia Altamirano

NVI NOTICIAS

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