CRIMEN E IMPUNIDAD TIENE ENLUTADO AL PERIODISMO SINALOENSE
Alfonso Carlos Ontiveros Salas
Las autoridades gubernamentales han sido incapaces para resolver los homicidios que empañan la libertad periodística y la seguridad del ejercicio profesional del periodismo.
Muchos han sido los homicidios que se ha registrado en perjuicio de conocidos comunicadores y las autoridades han permanecido incapaces de resolver a plenitud esos hechos. Las conexiones conducen a sospechar que los autores tienen vínculos con la estructura gubernamental.
La información filtrada en todos los casos ha sido que la actividad que desarrollaban los periodistas asesinados los exponía continuamente porque sus notas implicaban a miembros de la delincuencia organizada y que en represalia a sus comentarios las cobraron con la vida de sus autores.
Esa es la versión que de inmediato sueltan las autoridades para tratar de desvirtuar toda sospecha a posibles implicados refugiados en la estructura protectora del gobierno como pueden ser las áreas de policía o de procuración de justicia.
Oscar Rivera, Humberto Millán, Javier Valdez, Luis Enrique Ramírez, por citar a algunos profesionales del periodismo, han caído brutalmente por las balas asesinas disparadas cobardemente y las autoridades han permanecido calladas sin responden en el esclarecimiento de los hechos.
Los periodistas asesinados ocasionaron reacciones de coraje en el momento en que ocurrieron los hechos, pero pasaron los días y ese coraje lo guardaron en la mochila de los recuerdos y escuchándose a veces y de manera aislada algunas voces o notas de protesta por esos homicidios.
En ese estado de malestar afirmaron que en la página principal del diario donde escriben o en la caricatura donde difunden sus mensajes aparecería un moño negro como cratón luctuoso en tanto no fuese esclarecido el homicidio. La suma de muertes en perjuicio de periodistas sigue en suspenso ya que en cualquier momento puede ocurrir otra noticia de muerte en perjuicio de algún periodista. La inseguridad ronda en más de alguno que se ha atrevido a cuestionar a un gobierno intolerante y autoritario que tenemos en Sinaloa.
La prensa y las asociaciones de periodistas deberían tener como misión no solo la de buscar fortalecer a su gremio sino también proporcionar las condiciones más seguras para ejercer la labor periodística. Las condiciones de inseguridad que prevalecen en Sinaloa y en todo el País exigen que se fijen medidas de protección a quien se considere que está dentro de un nivel de riesgo mayor que otros en su misma profesión.
La Fiscalía Estatal tiene un rezago impresionante de delitos cometidos sin resolver entre los que se encuentran precisamente los relacionados con los periodistas mencionados. Seguro que el periodismo seguirá destacándose por la valentía de quienes lo ejercen, pero los riesgos habría que valorarse cuando se encuentran en un ambiente de inseguridad y con un alto porcentaje de peligro a su seguridad personal. La protesta debería ser una bandera que no se baje porque el castigo al homicida debe ser la obligada consecuencia.
En Sinaloa los ciudadanos tenemos un gobierno intolerante, autoritario y revanchista. Utiliza las instituciones del gobierno para reprimir a la Universidad Autónoma de Sinaloa, como cortina de humo al no poder resolver el problema grave de inseguridad y de impunidad que padecemos los sinaloenses.
La confrontación y la persecución política en contra de las autoridades rosalinas es impertinente y odiosa, que ya colma la paciencia de los Padres de Familia ante la falsedad y la intriga que sale del gobierno en perjuicio de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Ya basta de infundios y mentiras. Ya basta de información politizada y falsa. Basta del uso faccioso de algunos medios de comunicación masiva para denostar a la Casa Rosalina. Basta de la persecución política en contra del Rector y las autoridades de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Están por llegar tiempos de cambio.
La UAS no se toca, la autonomía universitaria se respeta.
¿Usted qué opina?
