Culpables de la crisis, agitan a estudiantes para ocultar la realidad universitaria

Primero fue el Fideicomiso de la Jubilación Dinámica: lo reventaron para generar una crisis en las finanzas de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Fue un complot friamente calculado.

La UAS destina mil 750 millones de pesos anuales en el pago de esta prestación, la cual no es reconocida por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. La SHyCP y la SEP consideran “un privilegio” el pago de la jubilación dinámica.

Después fue la presentación de iniciativas “de ley”, individuales, para “reformar”, dicen, la Ley Orgánica de la UAS, que, por ser personales, por venir de donde vienen, violan la autonomía de la Universidad Autónoma de Sinaloa y atentan contra las facultades del Consejo Universitario.

Por su contenido, esas iniciativas individuales, retorcidas pretenden regresar a la institución educativa al pasado plagado de desmadres.

En el presente, como si ya se hubiera regresado al pretérito, los enemigos de la Universidad agitan a estudiantes para ocultar que la UAS atraviesa por una aguda crisis económica por la falta de un presupuesto federal adecuado que de curso al proyecto académico, atienda el pago de maestros y administrativos, mantenga y haga crecer la infraestructura física, etc., y sirva para pagar la prestación dinámica a alrededor de 5 mil jubilados.

Un reducido grupo de estudiantes cayó en las garras de los agitadores profesionales que los “encapsularon en una burbuja”. Los alumnos fueron usados para desviar la atención del estado actual de cosas provocados por quienes tienen ya más de una década intentando desestabilizar y tomar por asalto a la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Fueron “pequeñas voces”, de dos o tres aulas, empleadas por los alborotadores para intentar ocultar el desastre financiero que ellos han ocasionado en la UAS.

Pero tapar la realidad de la Universidad es imposible: quienes promovieron la desaparición del Fideicomiso de la Jubilación Dinámica colapsaron las finanzas de la institución y pusieron en riesgo el pago de la prestación de 5 mil ex empleados.

Quienes son los causantes de la crisis universitaria orillan ahora al paro Universitario y a la movilización en busca de recursos para pagar la jubilación dinámica y otras necesidades institucionales como la gratuidad y la obligatoriedad de la educación superior.

Que no vengan con el cuento de que los estudiantes, manipulados, de dos o tres aulas, demandan “democratizar” a la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Lo de la democratización es una “cobija muy miada”, cuento chino, un argumento muy trillado por los agitadores, por los rucos que no aceptan el relevo generacional, por quienes se oponen al crecimiento de la universidad, por aquellos a quienes les daña el ego el funcionamiento de una universidad de excelencia.

La elección de 49 directores de preparatorias, escuelas y facultades fue tomada como pretexto para lanzar a un pequeño grupo de estudiantes a la descalificación del procedimiento que utiliza el alma mater para elegir a sus autoridades.

El griterío de la muchachada se encapsuló en dos o tres aulas, no más, bajo la génesis del insulto y el atropello, al viejo estilo uaseño. La bulla no creció. Quedó reducida. Quedó reducida a “voces pequeñas” orientadas por la agitación.

Con toda y la falla de la agitación, los alborotadores vaticinaron “el regreso del grito ensordecedor por una casa de estudios democrática, libre y tolerante”. Enojados, se le fueron a la yugular al rector Juan Eulogio Guerra Liera.

No es la democratización lo que interesa a los agitadores de siempre. Tampoco el procedimiento para elegir a las autoridades universitarias. Lo que les importa ocultar la realidad de la UAS: su crecimiento, su excelencia, su estabilidad y la crisis en la que la metieron al desaparecer el Fideicomiso de la Jubilación Dinámica.

En el diagnóstico, la UAS cuenta con un método de elección de sus autoridades con mayor apertura y participación universitaria que el de la UNAM, el IPN, la Universidad Autónoma de Occidente y la Universidad Autónoma Intercultural de Sinaloa (antes UAIM).

Calificarlo de obsoleto, cuando es de avanzada y modernista, es una estupidez, es encajonarse en la vieja consigna.

Los agitadores ya no prenden, no convencen al interior de la UAS; en el pasado reciente jugaron con los sentimientos y frustraciones de un sector universitario importante, encendiendo un infierno que culminó con la desaparición de la Jubilación Dinámica que puso en riesgo el beneficio de esa prestación a 5 mil empleados retirados y a los trabajadores en activo que sueñan con gozar de esa jubilación.

El gobierno federal no otorga presupuesto para pagar jubilaciones dinámicas, no incluye este rubro en el subsidio que otorga a la Universidad Autónoma de Sinaloa. El Fideicomiso fue creado para sostener económicamente la prestación de retiro, para ayudar con esa carga financiera a la institución.

Sin la aportación de los trabajadores a ese Fideicomiso los agitadores condenaron a la UAS a usar recursos destinados a la educación y otros rubros prioritarios al pago de la jubilación y a demandar del gobierno federal una partida especial, que incluya en el presupuesto universitario recursos para el pago de esa prestación.

Ahí es donde entra la distracción, la agitación de estudiantes, el griterío para ocultar la realidad.

El SUNTUAS académico, administrativo y de intendencia, el Rector y el Consejo Universitario alzan su voz exigiendo más recursos, la inclusión de dinero para pagar la jubilación dinámica, para compensar el retiro del pago de la matrícula –en la mecánica de la obligatoriedad y gratuidad de la educación-, para cumplir con las alzas salariales, costos de la investigación universitaria, etc.

Al paro de labores exigiendo mayor presupuesto para la UAS hay quienes lo ven, en la perspectiva de la agitación, como un plan para el derroche bajo la tesis de que la Jubilación dinámica no tiene razón de ser, dicen, porque los jubilados ya cuentan con su pensión del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Los agitadores consideran la cancelación de la jubilación dinámica como una necesidad para “el saneamiento y ordenamiento de las universidades financiadas por el Estado”.

La reducida y encapsulada agitación estudiantil en dos o tres aulas, con todo y su parafernalia propagandística, fue una llamarada de petate, de quienes por medio del alboroto intentan tapar la crisis financiera de la UAS, crisis que provocaron en su desmedida ambición de tomar por asalto al alma mater.

Hay voces pequeñas y hay voces perversas, intransigentes,y voces digitalizadas, que pretenden sepultar en la ignomía al alma mater; y quieren esconder la realidad universitaria: sin fideicomiso no hay apoyo federal para pagar la jubilación dinámica. Esta es la verdad que a toda costa intentan callar, esconder, los agitadores de estudiantes.

El costo de las jubilaciones dinámicas representa en la UAS mil 750 millones de pesos anuales. Esta es la realidad.

José de Jesús Aragón Fonseca

Por Tierra

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