¡De horror el fin de año! 

Catalina Noriega.

Murió Pelé, el Papa Emérito Benedicto y la sátrapa de Yazmín Esquivel nos quiso ver la cara a los aztecas. En mis largos años de periodista, jamás vi un acto más deshonesto y cínico que su autodefensa -al inicio de la sesión para nominar a presidente de la Suprema Corte de Justicia-, de lo que la indeseable personaja calificó como un “complot” en su contra.

La 4T ha transformado a este país en el territorio de la mentira. AMLO arroja la inaudita cifra de 101 mil 155 afirmaciones falsas, a lo largo de sus mañaneras y por desgracia ha contagiado a sus lacayos, los que utilizan la misma estrategia para comunicarse con un “pueblo” al que le ven la cara, un día sí y otro también.

La verdad se ha vuelto más escasa que los pelos de un pescado y desde la tribuna máxima del Poder Judicial, una leguleya, sin derecho a ocupar ese cargo, se atreve a defender lo indefendible, con una aparente seguridad, que ya la quisiera cualquier académico a la hora de debatir una hipótesis.

Le pareció poco, a la doña de Marras, el que apareciera el verdadero autor de la tesis -que la indecente presentó como propia para recibirse de abogada- y que olímpicamente se fusiló, como ha quedado a todas luces comprobado. Desde luego, si viviéramos en una República con un Estado de Derecho, lo primero sería investigar a la “maestra” Martha Rodríguez, la que presuntamente se la dirigió y ha reproducido este trabajo en innumerables ocasiones.

En cualquier enclave del orbe la interfecta tendría que haber renunciado de inmediato al cargo y lo que extraña es que el resto de ministros no se lo hayan exigido. Es un manchón para la Suprema Corte, el que alguien con esa desvergüenza para sostener una mentira, ocupe un sitial. Lo peor es que haya obtenido dos boletas en las votaciones para presidente, sufragios que con seguridad salieron de la pluma de Loretta Ortíz -tan indigna y lacaya como su cuatita- y de ella misma.

Llega a sustituir a Arturo Zaldívar, Norma Lucía Piña Hernández, ministra que, hasta ahora, demostró independencia absoluta y cero acercamientos con el que echa a perder lo que toca: el emperador de palacio.

La actuación de Zaldívar, de quien se esperaba una actitud apegada a la Constitución y alejada de toda la parafernalia politiquera, fue desastrosa. Se le vio servil y a las órdenes de quien ha lastimado a profundidad la división de poderes -AMLO-, desatino en perjuicio de su trayectoria que quedará manchada por esta sumisión.

La señora Esquivel tendría que ir a proceso, por los varios delitos que cometió. Puso a temblar a nuestra máxima casa de estudios, la que si no hubiera sido por el manifiesto del Rector Graue habría sufrido un descalabro; mintió en cada una de las argumentaciones que esgrimió para defenderse y en la presunta declaración del autor de la llevada y traída tesis. El Abogado, al que “Eje Central” logró entrevistar, convalece de una neumonía y una operación de un ojo y negó rotundamente haber prestado ninguna declaración. A la par, la exoneradora con licencia oficial y pseudo procuradora capitalina, Ernestina Godoy, también tendría que entregar cuentas, por la sentencia a favor de la -también pseudo- ministra.

La UNAM, por su parte, debe iniciar las pesquisas contra la polifacética directora de tantas tesis y anular aquellas provenientes de un fusil.

La 4T se revela en toda su podredumbre y confirma que solo sabe encumbrar delincuentes y decir mentiras.

catalinanq@hotmail.com

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