Deuda y escaso espacio fiscal limitan avance hacia ODS en América Latina: Cepal

Silvia Rodríguez

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) reafirmó su propuesta de transformación económica y social para acelerar la implementación de la Agenda 2030, pero reconoció que, en lo que respecta al financiamiento, los elevados niveles de deuda, servicio de la deuda y espacios fiscales limitados a los que se enfrentan muchos países de la región dificultan el avance hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

“En América Latina y el Caribe varios países están empleando hasta 5 puntos de su PIB para pagar los intereses de su deuda. Los países no deberían tener que elegir entre el servicio de la deuda y la respuesta a las prioridades urgentes de desarrollo. Hemos llamado a esta incómoda disyuntiva ‘restricciones al desarrollo’ (development distress)”, dijo.

Durante el Foro Político de Alto Nivel sobre el Desarrollo Sostenible, que se celebra en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, el secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs, reafirmó su propuesta de transformación económica y social para acelerar la implementación de la Agenda 2030, compuesta por seis transiciones clave que pueden tener efectos catalizadores y multiplicadores en los ODS y un impacto determinante para su alcance.

Las seis transiciones, o puntos de entrada transformadores, son: sistemas alimentarios; acceso a la energía y asequibilidad; conectividad digital; educación; empleo y protección social; y cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación.

José Manuel Salazar-Xirinachs explicó que para cada transición se identificaron tres áreas de implementación: estrategias, políticas, planes y programas observados en los países para impulsar cada transición; arreglos institucionales utilizados para impulsar y coordinar la implementación, y las necesidades de inversión y financiamiento.

“Estos tres elementos deben ser sólidos y estar bien alineados. El financiamiento es clave, pero no es lo único que importa; también lo es el tipo de políticas y programas que tienen los países, así como la cuestión de qué acuerdos institucionales y capacidades poseen para gestionar la transición”, afirmó.

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