Diabetes, la epidemia que en México es la tercer causa de muerte anticipada, y ocasiona el mayor número de años de vida saludable perdidos

La tasa de mortalidad por diabetes en 2020 en nuestro país fue de 11.95 personas por cada 10 mil habitantes, la cifra más alta en los últimos 10 años

Gracias a los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) sobre el gravísimo problema que representa la creciente incidencia en nuestro país de la diabetes mellitus, sabemos que durante el transcurso del 2021, esta enfermedad crónica se posicionó como la tercera causa de muerte en México, superada únicamente por las enfermedades del corazón, y la COVID-19, por lo que eventualmente regresará a ocupar el segundo puesto.

“La diabetes es una enfermedad metabólica crónica caracterizada por niveles elevados de glucosa en sangre (o azúcar en sangre), que con el tiempo conduce a daños graves en el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y los nervios. De todas ellas, la más común es la diabetes tipo 2, que se presenta generalmente en adultos, y ocurre cuando el cuerpo se vuelve resistente a la insulina, o no la produce en suficiente cantidad. En las últimas tres décadas, la prevalencia de la diabetes tipo 2 ha aumentado drásticamente en todos los países sin importar su nivel de ingresos. La diabetes tipo 1, una vez conocida como diabetes juvenil o diabetes insulinodependiente, es una afección crónica en la que el páncreas produce poca o ninguna insulina por sí mismo.” Organización Mundial de la Salud.

Por otra parte, y como lo aseguran los resultados del estudio “Global burden of type 2 diabetes in adolescents and young adults, 1990-2019: systematic analysis of the Global Burden of Disease Study 2019”, sabemos que la diabetes tipo 2 de inicio temprano en adolescentes y adultos jóvenes (entre 15 a 39 años) va en aumento, particularmente en los países con un índice sociodemográfico medio-bajo y medio como el nuestro, cuando lo habitual era que ese trastorno metabólico se presentará, casi exclusivamente, en personas de mediana edad y mayores.

Un dato que de alguna manera da sentido al fuerte crecimiento de las tasas de sobrepeso y obesidad, enfermedades por sí mismas, pero también destacados factores de riesgo para el desarrollo de la diabetes mellitus, es que la difícil situación económica impide a las familias acceder a insumos alimenticios de mejor calidad nutricional, y que el consumo de bebidas con excesivos contenidos de azúcar se duplicó en nuestro país en tan solo 7 años (1999- 2006) en el grupo etario de 12 a 18 años, lo que sumado a los malos hábitos alimenticios, y el sedentarismo, actúan como detonantes.

Sin embargo, el número de fallecimientos no es el único dato alarmante, ya que la pérdida irreparable en la expectativa de vida con calidad, provocada por la insuficiencia renal, la debilidad visual y la ceguera, la impotencia, y las amputaciones de miembros inferiores, acarrea paralelamente profundos daños emocionales en los pacientes y sus familiares.

Algunos datos clave sobre este problema

  • Se estima que 62 millones de personas en las Américas viven con Diabetes Mellitus (DM) tipo 2. Este número se ha triplicado en la Región desde 1980, y se estima que llegará a 109 millones para el 2040, de acuerdo con el Diabetes Atlas (novena edición).
  • La Región de las Américas muestra el mayor número de años de vida saludable perdidos (ya sea por discapacidad o muerte prematura) debido a la diabetes, en comparación con el resto del mundo. 
  • La prevalencia de la Diabetes Mellitus tipo 2 aumenta más rápidamente en los países de ingresos bajos y medianos, que en los países de ingresos altos.
  • De acuerdo con una nueva investigación de la Federación Internacional de Diabetes (FID), en nuestro país la prevalencia de la diabetes es del 16.9%, es decir, una de cada seis personas ha desarrollado la enfermedad, aunque no todas han sido diagnosticadas, ni todas siguen un tratamiento adecuado.
  • La diabetes es una de las principales causas de ceguera, insuficiencia renal, ataques cardíacos, derrames cerebrales, y amputación de miembros inferiores.
  • La diabetes mal controlada aumenta las posibilidades de sufrir las complicaciones antes mencionadas, y morir prematuramente.
  • Las personas con diabetes tienen mayores riesgos para desarrollar enfermedades cardiovasculares y tuberculosis, particularmente las que tienen un mal control glucémico.
  • A nivel mundial, entre 2000 y 2016, hubo un aumento del 5% en la mortalidad prematura por diabetes.
  • En las Américas, en 2019, la diabetes fue la sexta causa principal de muerte, con un estimado de 244 mil 84 muertes causadas directamente por la la enfermedad.
  • La diabetes es la segunda causa principal de Años de vida ajustados por discapacidad (AVAD), lo que refleja las complicaciones limitantes que sufren las personas con diabetes a lo largo de su vida.
  • El sobrepeso / obesidad, y la inactividad física son los principales factores de riesgo de diabetes tipo 2. La prevalencia del sobrepeso en las Américas fue casi el doble de la observada en todo el mundo. 
  • El 80.7 % de los adolescentes en las Américas, son insuficientemente activos.
  • Una dieta saludable, actividad física regular, mantener un peso corporal normal y evitar el consumo de tabaco, son formas de prevenir o retrasar la aparición de la diabetes tipo 2.

Los tres tipos de diabetes:

Aparece con mayor frecuencia en la juventud, afectando directamente al páncreas al producir poca o nada de insulina.

¿Se puede prevenir la diabetes?

Lamentablemente, y hasta el momento, la diabetes tipo 1 no se puede prevenir, pero hay acciones eficaces que ayudan, tanto a disminuir los riesgos para desarrollar diabetes tipo 2, como prevenir las complicaciones y la muerte prematura ocasionadas por cualquier tipo de diabetes, y las mismas incluyen la práctica regular de ejercicio, evitar los alimentos y bebidas (chatarra), alimentarse de manera saludable, evitar el consumo de tabaco y alcohol, y mantener la presión arterial en los rangos adecuados.

Como en cualquier otro padecimiento, el diagnóstico temprano, y el apego irrestricto a las indicaciones del médico, disminuyen los riesgos de daños colaterales, y mejoran sustancialmente el pronóstico de la enfermedad.

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