Dirección general del Conacyt no admite contrapesos: Lazcano

“Yo no estoy contratado por Conacyt, yo fui elegido por los miembros de la comunidad de investigadores”.

Una serie de bajas en el ecosistema científico ha encendido las alarmas y se vive un ambiente de preocupación.

En el mes de febrero, a la doctora Beatriz Xoconostle, a cargo del Centro de Investigación Científica de Yucatán, se le informó por parte de las autoridades del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) que era sujeto de una supuesta investigación por parte de la Secretaría de la Función Pública (SFP), por lo que se le exhortaba a la renuncia.

El mismo caso se dio el pasado 13 de septiembre con el doctor Leopoldo Altamirano, exdirector del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, al ser avisado nuevamente por Conacyt, de cinco presuntas denuncias. Él mismo, publicaba a través de sus redes sociales, que a petición de la directora de Conacyt, presentaba su renuncia. Cabe mencionar que ninguno de los dos casos ha trascendido en acciones por parte de la SFP.

Concentración de poder

Ahora tocó el turno del doctor Antonio Lazcano, científico mexicano emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), especializado en biología evolutiva, divulgador de la ciencia y miembro de El Colegio de México, quien el pasado viernes 20 de septiembre fue destituido de la Comisión Dictaminadora del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Conacyt, luego de las críticas que ha manifestado tanto a la directora general del Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla, como al director del SNI, Mario de Leo Winkler.

En entrevista con El Economista, el doctor Lazcano asegura que los desencuentros básicos han sido de la dirección general del Conacyt con los grupos que de manera natural serían un contrapeso crítico para las decisiones académicas o políticas.

“De ahí el empeño de la doctora Álvarez-Buylla (directora de Conacyt) de acabar también con el Foro Consultivo Científico y Tecnológico y la creación de algunas propuestas de ley, donde hay una concentración de poder en las decisiones finales”. El problema es que el mundo académico y la ciencia en general funcionan con las evaluaciones de pares, dice el científico.

Destitución irregular, por correo electrónico

El anuncio de su destitución fue a través de un correo electrónico proveniente de la dirección del Sistema Nacional de Investigadores, “por dejar de asistir sin causa justificada a reuniones plenarias”, de acuerdo con el artículo 13, inciso d.

El investigador asegura que las faltas están justificadas por actividades académicas que tenía previamente comprometidas con instituciones en el extranjero y lo sustenta con documentos.

Además explica, “yo no estoy contratado por Conacyt, yo fui elegido por los miembros de la comunidad de investigadores del SNI, ellos votaron por mí de una lista de candidatos.

Hay una legislación, una serie de reglas que definen la conducta y exactitud de los procedimientos en las comisiones dictaminadoras y las conclusiones transversales. Él (De Leo-Winkler, director del SNI) y sus jefes apelan a eso para retirarme el nombramiento, pero no es tan trivial el tema”.

Dijo que el asunto parece risible, desde la manera en que fue avisado, en un documento sin firma y en un limbo legal, que incluso, de acuerdo con sus colegas, viola algunas partes de la Constitución.

El doctor Lazcano aún no se considera fuera de la comisión, “hay tantas irregularidades en el proceso que yo sigo siendo parte de esa comisión, la ciencia no puede funcionar con dictámenes unilaterales (…) yo no acepto ninguna autoridad académica de él (De Leo-Winkler) sobre mí, sería preguntar su opinión a la comisión, para saber si efectivamente dejé de cumplir con mis funciones o no”.

El departamento del que presuntamente fue destituido tiene por función revisar los informes de los científicos miembros del SNI, para que continúen sus apoyos. El reconocido investigador asegura que la ciencia no es democrática, pero sí participativa.

“No se puede votar para ver si hay ley de gravedad o si los vectores como mosquitos transmiten dengue, ésa es una realidad, pero lo que sí estamos obligados a discutir es sobre la mejor política para enfrentar el desarrollo de una población de vectores que transmiten alguna enfermedad, por ejemplo”, destacó.

Defender la ciencia es necesario

El doctor Lazcano comparte que aunque no está seguro, cada vez se manifiesta más la posibilidad de que se trata de un intento por callar voces independientes, “yo he sido muy audible y supongo que a enojo de muchos lo que se hace es castigar ese protagonismo, que lo único que pretende es reflejar lo que muchos están sintiendo”.

Dijo que en términos cuantitativos, la mayor parte de los colegas están sorprendidos con las actitudes, inactividad y el silencio del Conacyt para enfrentar algunos problemas.

“La cultura y la ciencia se tienen que defender en muchos tipos de foros, hablando con los representantes y el pueblo de México, usando los espacios que nos dan los periódicos, en conferencias, mesas redondas, con los alumnos, etcétera”, añadió.

Pero agregó que hay una serie de problemas que vuelven perfectamente visible el papel de la ciencia en la sociedad contemporánea.

“Un ejemplo es la manifestación que organizaron un grupo de adolescentes hace unos días a favor del medio ambiente, lo que está mostrando es que las generaciones jóvenes se están percatando de un problema que sólo puede ser resuelto tomando decisiones políticas apoyadas en una visión de la economía, sociología, climatología y muchas otras disciplinas académicas (…) La ciencia en realidad está trabajando siempre para la gente que sigue”.

El investigador concluye: “Me parece muy lamentable que no tengamos ni un año y haya tensiones tan terribles, pero sí creo que estamos a tiempo de que se reconozca la riqueza, solidez y diversidad de instituciones y grupos de investigación.

“Yo creo que cuando uno asume un puesto de responsabilidad, uno está obligado a hacer a un lado sus prejuicios para ver críticamente, y con oídos atentos, escuchar a los que opinan diferente”.

Agrega, “la sociedad no puede ser democrática sin una comunidad científica real, vibrante, apoyada y creativa, eso es algo muy importante de entender”.

Destitución del doctor Lazcano, un acto de represión: Bolfy Cottom

Luego de la destitución del biólogo Antonio Lazcano Araujo de la Comisión Dictaminadora del Sistema Nacional de Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), académicos de otras instituciones públicas señalaron posibles actos de represión.

El historiador Bolfy Cottom, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), dijo en entrevista que la salida del doctor Lazcano es un tema de revancha de parte de las autoridades del Conacyt, encabezado por la bióloga María Elena Álvarez-Buylla, por no aceptar la crítica.

“Entonces, estamos frente a una situación de represión”. Destacó que quienes están en la dinámica de defender el trabajo especializado en la ciencia y el conocimiento, en instituciones científicas y culturales, “seguiremos el mismo derrotero”.

Sobre el investigador Antonio Lazcano, dijo que “es un personaje reconocido, no sólo en el ámbito de la ciencia. Es una persona muy apreciada por su calidad ética, por su integridad. Y desde el inicio de esta administración ha venido siendo crítico de la manera en que se ha tratado a la ciencia y la tecnología”.

Antonio Lazcano fue destituido mediante una carta que le fue enviada por correo electrónico, con procedencia de la dirección del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), bajo el argumento de “dejar de asistir sin causa justificada a reuniones plenarias”.

Bolfy Cottom también argumentó que, ante los señalamientos que hizo en su momento Lazcano, lo que se vislumbra es un impedimento para ser críticos con las instituciones culturales y científicas. “Es una señal muy grave, porque además de padecer el desprecio de instituciones no puede haber crítica, porque vendrá un ajuste de cuentas, en el sentido de hacer ejercicio del poder de quienes están al frente”, comentó.

Antonio Lazcano publicó hace unas semanas un artículo en la revista Science, en el que destacó las intenciones del propio Conacyt de hacer una casa de brujas con los investigadores. También mencionó el presupuesto a la baja que fue aprobado en esta administración para la ciencia y la tecnología, que tuvo un recorte de 50%, al menos en su foro consultivo, con 16 millones 422,965 de pesos.

Nelly Toche

Con información de Samanta Nolasco

EL ECONOMISTA

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