El legado de la pandemia en México y la irresponsabilidad del gobierno

Rebeca Dosal y David Ordaz

En 2020 la aparición del coronavirus (COVID-19) provocó una de las peores pandemias en la historia que dejó repercusiones en todos los sectores a nivel mundial. La crisis en los sistemas de salud pública, en la economía y la pérdida de millones de personas alrededor del planeta, fueron solo algunas consecuencias. Sin embargo, algunos países fueron más afectados dado al mal manejo del gobierno y la falta de recursos para atender esta crisis.

Hace unos días, la Comisión Independiente de Investigación Sobre la Pandemia en México afirmó que más de 800,000 personas murieron en la pandemia de COVID-19 en nuestro país, de los cuales casi 300,000 fueron por la pésima y tardía actuación del gobierno federal. Incluso, el comisionado Antonio Lazcano, señaló que las autoridades de salud decidieron aplicar la ivermectina, un medicamento que no tenía ningún efecto contra el COVID-19 pero aún así, se decidió aplicarlo.

A nivel global, México ocupa el cuarto lugar con más muertes con 333,336 pérdidas humanas entre 2020 y 2023 según datos oficiales (que no las reales). Además, miles de empleos no han sido recuperados tras 4 años desde el inicio de la pandemia, lo cual tuvo consecuencias como el crecimiento en la pobreza y pobreza extrema. Cabe destacar que actualmente 56.1 millones de personas en nuestro país se encuentran en pobreza, ya que la recuperación ha sido bastante lenta, aumentando la desigualdad de manera exponencial.

En medio de la tremenda crisis, Andrés Manuel López Obrador delegó la estrategia para hacerle frente al subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, un sujeto sin experiencia como funcionario público, técnico, que se ganó la empatía de muchos por su estilo de hablar, más no por su capacidad (hoy a todas luces deficiente y hasta criminal).

Con López Gatell a la cabeza y un equipo que no supo como enfrentar la pandemia, México tuvo una de la peores políticas para abordar esta crisis, empezando por la falta de transparencia que había en los datos de contagios, defunciones y en recuperación, así como la falta de disponibilidad y accesibilidad a los hospitales y pruebas de detección de la enfermedad.

Otro elemento importante fue la falta de una comunicación clara, precisa y transparente, lo que generó más riesgos y propensión de miles de personas a respetar y cumplir las medidas sanitarias. Es pocas palabras, hubo una clara falta de concientización por no tener una respuesta mucho más rápida y decisiva e implementar medidas estrictas de cierre y restricciones para salir a la calle y más aún para salir o entrar al país y evitar la propagación de la enfermedad.

En lugar donde aparece, López-Gatell es cuestionado sobre la “estrategia” para hacer frente a la pandemia, principalmente por sus declaraciones francamente estúpidas como que la fuerza del presidente es moral y no de contagio, que los cubrebocas no servían y que era bueno abrazarse.

Hugo López Gatell y el presidente Andrés Manuel López Obrador. | Foto: Cuartoscuro.

De hecho, fue tan mala su gestión, que aquel momento donde López Obrador lo encumbró como el súper poderoso subsecretario le duró muy poco y Hugo López-Gatell recibió manotazos desde Palacio Nacional y fue increpado en varias ocasiones por la estrategia para combatir la tercera ola de la pandemia. El otrora súper funcionario se vio arrinconado y con su peculiar forma de responder, habló sin decir nada.

La entonces jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum y el canciller Marcelo Ebrardse lanzaron contra él. La primera señaló el lento avance en el Plan Nacional de Vacunación y la falta de ética por tener ‘guardadas’ más de 20 millones de dosis en un momento donde 21 de los 56 hospitales COVID habilitados en la Ciudad de México tenían entre el 80 y 90% de saturación y 11 más ya tienen una ocupación del 100% en camas generales, de acuerdo con el Sistema de Información de la Red IRAG.

Por su parte, Ebrard explicó que la fallida estrategia contra la pandemia impactó en la relación con Estados Unidos, pues las negociaciones para reabrir la frontera se habían complicado ante la duda de su eficacia y la aplicación de vacunas que no están autorizadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense.

Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard.

Fue claro que el autonombrado ‘técnico’decidió no establecer medidas extraordinarias de aislamiento hasta que el país se estableciera en la fase 2 de la propagación del virus. Según él, debido a que dichas medidas eran recomendaciones internacionales basadas en evidencia científica y meramente técnica.

Posteriormente, ya con un escenario catastrófico y en el afán de apuntar a los responsables de la fallida estrategia, López Obrador optó por señalar al secretario de Salud, Jorge Alcocer, quien quedó como florero desde el inicio de la pandemia. En su oportunidad, “la eminencia” (como lo llegó a llamar) levantó la voz y reclamó que lo hayan dejado a un lado cuando su experiencia era más que necesaria en un momento como este.

Sin recriminar para no afectarlo, el secretario dejó ver que se empoderó demasiado a su pupilo.

México pudo haber tenido un mejor manejo si hubiese tomado más importancia a las políticas y comunicados que emitían las organizaciones internacionales como la OMS y la OPS desde un inicio y haberlas tomado con la seriedad correspondiente y no haber tenido un país modelo para un mejor manejo. También pudo buscar mucho más la cooperación entre países y organizaciones para la ayuda de financiación en sector salud y tener una mejor organización para los hospitales y medicamentos, sobre todo en hospitales públicos.

Este país obtuvo la vacuna de una forma rápida o al menos no fue tan lenta su adquisición, sin embargo tuvo un pésimo manejo para la aplicación de las dosis y la combinación que tuvo entre diferentes vacunas existentes, por lo que si se hubiese tenido una mejor organización las comunidades marginadas hubieran podido tener un acceso más fácil y no hubiesen sido los últimos en recibir tales dosis.

Solo a manera de recordatorio, el 9 de abril de 2020, en plena pandemia, durante la conferencia de prensa vespertina, López-Gatell, reveló que “es un error metodológico suponer que solo lo que se ve existe y al revés (…) la epidemia es ocho veces más grande de lo que se ve”. Actualmente, Hugo López-Gatell enfrenta una investigación ordenada por un juez por las muertes provocadas por COVID-19 y el manejo de la pandemia en nuestro país.

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