El PAS llegó para quedarse
El Partido Sinaloense (PAS) es un proyecto social que llegó para quedarse. Y eso lo han decidido los propios ciudadanos de nuestro estado con su voto en cada proceso electoral. Somos el Partido local más grande de México, el más consistente, con mejor votación y con presencia permanente en el Congreso y los ayuntamientos del estado.
En nuestro debut electoral en el 2013 obtuvimos más de cien mil votos; en el 2016 encabezando la candidatura al gobierno del estado, poco más de 270 mil sufragios y en los últimos dos procesos locales donde hemos sido parte de coaliciones electorales sin encabezar nuestro partido el proyecto electoral, la votación siempre ha sido cercana a los 85 mil sufragios, consolidando un piso electoral firme de respaldo ciudadano incluso en las condiciones más adversas de guerra sucia, lawfare y asedio político.
Hoy el PAS, pese a inercias electorales de origen federal y manifestaciones locales de animadversión y acecho desde el poder, sigue obteniendo triunfos muy valiosos gracias al apoyo de la gente. En esta ocasión ganamos contundentemente el municipio de Angostura con un gran candidato, extraordinaria persona y pasista de corazón, Alberto “el Capy” Rivera, fundador del Partido y gestor social incansable; y mantenemos nuestra presencia con regidores en casi todos los ayuntamientos del estado.
Asimismo, seguiremos trabajando intensamente desde el Congreso del Estado con nuestro grupo parlamentario que en esta ocasión estará integrado por la maestra Angélica Díaz Quiñónez y el doctor Víctor Antonio Corrales Burgueño, dos congresistas de mucha calidad que ya han demostrado con resultados lo que son capaces de hacer en materia legislativa.
El doctor Corrales Burgueño ha sido el primer diputado emergido de un partido local en encabezar el Congreso del Estado de Sinaloa al presidir su mesa directiva en octubre del 2017 y durante todo el segundo año de la LXII Legislatura. Por su parte la maestra Angélica Díaz ha sido reconocida por instancias especializadas como Buro Parlamentario y la revista Nexos como la diputada local más productiva a nivel nacional. Al margen del número de integrantes, el grupo parlamentario del PAS siempre ha sido la fracción más productiva y que más posicionamientos y acciones legislativas genera a favor de los sinaloenses, y en esta ocasión vamos a redoblar el ritmo.
Para un servidor es un orgullo presumir en todas partes la calidad de los diputados pasistas. Desde el primer grupo parlamentario del PAS que tuve el honor de coordinar en la LXI Legislatura 2013-2016, siempre hemos cumplido cabalmente las tres funciones sustantivas de un congresista profesional, serio y con vocación de servicio; es la mística que nos guía: 1) actualizar y crear un marco jurídico que mejore la convivencia de los ciudadanos, 2) ser un contrapeso fiscalizador de los recursos públicos que ejercen las instancias de gobierno, y 3) Ser un puente de gestión de los ciudadanos ante cualquier instancia de los poderes del Estado.
Ahora que ya hemos cruzado la aduana del 2 de junio y se ha reconfigurado el mapa de la representación política, en el PAS seguiremos siendo una fuerza política propositiva, construyendo a favor de México, combatiendo lo que afecta a la gente y mirando siempre hacia adelante. Abiertos al diálogo cuando se respeta la pluralidad y firmes en el disentimiento cuando se le niega a la oposición legitimidad y derechos.
En el PAS somos demócratas y aceptamos la decisión manifestada en las urnas. El pueblo de México se ha expresado en su pluralidad, eligiendo a una nueva presidenta por la voluntad de 6 de cada 10 mexicanos que asistieron a votar este primer domingo de junio. Pero hay que recordar que 4 de cada 10 mexicanos votaron por una opción distinta y no se sienten representados por la opción que obtuvo la mayor cantidad de adhesiones.
Como reza el axioma electoral “en una democracia no hay victorias definitivas ni derrotas para siempre”. Los ganadores de hoy pueden ser los perdedores de mañana y viceversa. Por lo pronto a quien obtuvo la mayoría le corresponde mejorar el estado de cosas que recibe y a la oposición ofrecer a los ciudadanos una mejor alternativa de gobierno. Esta dialéctica democrática es lo que necesita el país.
