¿ELECCIÓN DEMOCRÁRICA Y LIBRE O ELECCIÓN DEL NARCO?

Alfonso Carlos Ontiveros Salas

La participación de la delincuencia organizada en el proceso electoral es una realidad que debe preocupar al ciudadano libre.

La amenaza es real y atemorizante. La mejor ventaja para Morena y sus aliados cómplices, no son los partidos que participan por separado con el ánimo de restarle votos a la Alianza por Amor a México sino el poder de facto que amenaza el voto libre.

Los ciudadanos debemos tener cuidado, pero al mismo tiempo la templanza suficiente para evitar que el temor nos haga presa y cedamos ante un poder efectivo de ataque a nuestras libertades. La delincuencia interesada en seguir teniendo libertades para operar.

Los abrazos y no balazos han tenido un impacto muy negativo en la tranquilidad de los ciudadanos. Las policías y la milicia han sido rebasados para detener el avance de esos caballeros del mal ¿Civiles armados detienen a ciudadanos que visitan municipios alteños y los interrogan sobre el motivo de su presencia en esos lugres y las autoridades porque lo permiten?

Se van dando golpes que provocan el retiro de aspirantes a puestos de elección popular en paridos políticos que derrotarán a Morena en este proceso electoral. Si bien los candidatos que han sido obligados a renunciar a sus aspiraciones fueron sustituidos por otros militantes, ello no quiere decir que no hay temor a las represalias por quienes se sienten amenazados de perder sus privilegios delincuenciales.

Si bien los riesgos de una derrota electoral para el partido político en el poder es una realidad, no les está quedando otra alternativa para seguir teniendo el control político del País, que el asesinato de sus oponentes.

En Sinaloa, la fragilidad gubernamental es una realidad que la gran mayoría de los habitantes apuesta que la derrota es un hecho insoslayable. No hay gobierno y la delincuencia se ha apoderado prácticamente del control estatal.

El gobierno morenista, aliado para obtener el control político estatal con el Partido Sinaloense, lo traicionó y sumió al Estado en una confrontación política que ha frenado toda posibilidad de desarrollo y fracturado el mando político estatal para gobernar.

Se inicia una ola de ataques entre el Gobernador y sus incondicionales en el Congreso del Estado como Feliciano Castro, Serapio Vargas, Sergio Mario Arredondo y otros testaferros en contra de la fuerza política pasista y la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Se aferran en atacar a Héctor Melesio Cuén Ojeda líder del Partido Sinaloenses, porque ven en ese liderazgo todas las posibilidades de ser derrotados en esta contienda electoral. El avance de los pasistas les ha provocado pánico de perder el Congreso, buena parte de las Presidencias Municipales y el control de los Cabildos. El PAS no va solo, lleva como aliados la participación de partidos políticos que tienen historia y con experiencia para gobernar.

Lo saben bien, que el PRI, el PAN y el PRD, todavía es mucho el daño que le pueden propinar a los morenistas y a esos partidos como el Verde Ecologista y el del Trabajo, que solo existen amparados en la sombra de quien les pueda permitir seguir succionando de un financiamiento público inmerecido otorgado por el Instituto Nacional Electoral.

¿En riesgo la elección ciudadana libre o se le apuesta a que esta será una nueva elección dominada por ese poder de facto que representa el narco? Ya son varios los candidatos amenazados y obligados a bajarse del encordado político. Todos ligados a los partidos políticos que conforman la Alianza por Amor a México ¿Sinaloa se convertirá en un Estado donde el gobierno esté dominado por las fuerzas del mal?

El último hecho deleznable fue la privación ilegal de la libertad de dos militantes del Partido Sinaloense, uno de ellos dirigente pasista y candidato a Regidor por el Municipio de Culiacán y otro militante del mismo partido político. A Luis Alonso y Juan Francisco los tuvieron en cautiverio por casi tres días y la Fiscalía Estatal sin dar ningún informe de que fue lo que ocurrió y menos anunciar la detención de los presuntos responsables.

Por amor a Sinaloa, votemos el próximo dos de junio, por un estado seguro, por una sociedad libre y democrática y por el destierro de una delincuencia aliada del gobierno, que debe ser perseguida y expulsada de Sinaloa.

La UAS no se toca, la autonomía universitaria se respeta.

¿Usted qué opina?

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