Familias huyen del crimen; hallan refugio en la costa

VANESSA ARTEAGA.

Más de 350 de familias que han sido obligadas a salir por la violencia llegan al municipio de Coahuayana, ubicado en la costa, para protegerse con la guardia comunitaria.

No es una zona de guerra, son las casas abandonadas de las familias desplazadas por el crimen organizado.

Marcas de balas, muebles destrozados, ventanas y puertas arrancadas es lo que queda como señal de la violencia que se vive en varias regiones de Michoacán.

Son cientos de familias las que son obligadas a salir de su lugar de origen, o te vas o te quitan la vida.

Amenazaron con que nos iban a matar a todos, a toda la familia, entonces por eso fue que nosotros nos salimos, nos venimos para acá en cuanto a él lo enterramos”, indica Genoveva Huerta, vecina desplazada.

Mientras que otra de ellas, Lucina Pulido, asegura que además de matar a un familiar los sacan del lugar.

Te matan un familiar, te sacan del lugar, te despojan de tus cosas, no puedes ni siquiera traer tus cosas personales”, narra.

El municipio de Coahuayana, ubicado en la costa michoacana, se ha convertido en refugio de las familias desplazadas, debido a que en este lugar se les protege a través de la llamada guardia comunitaria.

Son más de 350 familias, conformadas por alrededor de mil personas provenientes, no sólo de Michoacán, sino de Guerrero y Colima, las que han llegado a este lugar en buscar refugio.

Encontramos tres o cuatro familias en una sola casa, entonces es un tema que nos ha estado pegando mucho, estamos buscando la manera cómo lograr que se aterricen proyectos para generar más casas”, señaló Gildardo Ruiz, alcalde de Coahuayana.

Por iniciativa de los refugiados pronto se construirá la “colonia de la paz”, con características únicas en el mundo, pues aquí habitarán solamente familias desplazadas por la violencia.

La colonia es una realidad porque no es de parte del gobierno”, asegura Evangelina Contreras, una vecina desplazada.

Mientras esto se hace realidad, los desplazados sobreviven como pueden, aunque, a decir de ellos, trabajo no les falta.

A pesar de que este problema no es nuevo, aseguran que los gobernantes han manifestado total indiferencia, pues en la mayoría de las regiones no brindan la mínima seguridad y una vez que son obligados a abandonar su lugar de origen, tampoco les brindan el apoyo necesario para sobrevivir.

cva

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