Federación deja de gastar más de 16,000 millones de pesos en salud

Arturo Rojas.

El Ejército, Función Pública y la cancillería registraron sobreejercicio en el mismo periodo.

Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) reveló que el gobierno federal destinó un total de 92,841 millones de pesos para contrataciones públicas en el primer trimestre del año, el menor monto gastado y el menor número de contratos ha tenido en un primer trimestre de todo el sexenio.

Con base en las cifras mostradas por MCCI, obtenidas mediante Compranet, el total gastado en los primeros tres meses de este año significaron un 69.28% menos que los 302,262 millones gastados en el mismo periodo de tiempo de 2023, la mayor cantidad en la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Y 57.89% menos que los 220,503 millones de pesos que gastó el gobierno de Enrique Peña Nieto en 2018, su último primer trimestre anual.

Para el primer trimestre del año hubo un subejercicio importante, según MCCI, ya que no se ejercieron 42,693 millones de pesos, lo que equivale al 68% de los 135,533 millones de pesos programados para contrataciones públicas en el periodo de tiempo.

La organización indicó que una de las áreas más afectadas por el subejercicio fue el sector salud.

Instituciones como el ISSSTE, IMSS y la Secretaría de Salud dejaron de gastar 16,459 millones de pesos, ya que utilizaron 74% del presupuesto programado para este trimestre.

MCCI ejemplificó el caso del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia, que contaba con 2,648 millones de pesos para adquirir vacunas contra el Covid-19 pero “sin embargo”, no hay registro de la adquisición de estas vacunas al corte del primer trimestre de Compranet”.

En el análisis que realizó la organización se detalló que las instituciones con mayor diferencia entre el monto programado en Programa Anual de Adquisiciones, Arrendamientos, Servicios y Obras Públicas (PAAASOP) contra lo gastado en Compranet fueron el ISSSTE (8,826 millones de pesos menos), Seguridad y Protección Ciudadana (7,456 millones de pesos menos), Medio Ambiente y Recursos Naturales (6,545 millones de pesos menos), Salud (4,902 millones de pesos menos), y Turismo (4,891 millones de pesos menos).

“Es importante mencionar que no es ilegal reprogramar el gasto para otros trimestres. Está permitido por la ley. Sin embargo, hay ramos, instituciones y sectores donde no se debería dejar de gastar: el sector salud es uno de ellos. La programación en las contrataciones públicas es, en cierto sentido, una calendarización de las necesidades de compra para atender a la ciudadanía”.

Por otra parte MCCI destacó que a diferencia de lo que sucedió con Salud, en los ramos de Defensa Nacional (2,195 millones de pesos más), Relaciones Exteriores (301 millones de pesos más), Hacienda y Crédito Público (240 millones de pesos más) o la Función Pública (183 millones de pesos más) hubo un sobreejercicio.

Contrataciones directas

Según Leonardo Núñez, director de la Unidad de Investigación Aplicada de MCCI, la falta de eficiencia en los procesos de contratación pública ha generado situaciones críticas, especialmente en el ámbito de la salud.

Aunado a que la alta proporción de adjudicaciones directas, en lugar de concursos públicos, aumenta el riesgo de corrupción e irregularidades.

“Lo que estamos teniendo, en este caso, ya no es una noticia, desafortunadamente, porque esta proporción se ha mantenido igual a lo largo del sexenio, es el contraste con una mala planificación de las compras, en donde se está utilizando el proceso más riesgoso de todos para corrupción, en el cual seguimos identificando grandes irregularidades, que es precisamente la adjudicación directa”, detalló el especialista.

En este sentido, instó a una mayor transparencia y participación ciudadana para exigir la rendición de cuentas y promover la eficacia en la gestión de recursos públicos.

También, resaltó la importancia de conectar los problemas públicos con las demandas de soluciones tangibles y la necesidad de un escrutinio constante por parte de la sociedad civil y las instituciones para garantizar una administración responsable y eficiente.

“Cuando no hay información tenemos que confiar en lo que nos dicen las autoridades, no tenemos elementos de contraste y entonces hay que hacer esas conexiones permanentemente (…) es necesario hacer esta vigilancia porque, precisamente, el gobierno desafortunadamente no se vigila a sí mismo, no se vigila solo”, compartió.

arturo.rojas@eleconomista.mx

El Economista

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