Frijol de EU germina en cocinas mexicanas; sequía afectó, en gran parte, la producción

Ernesto Méndez.

Pese a contar con 70 especies de 150 que hay en el orbe, México importó desde el país norte en 2023 casi la tercera parte del consumo nacional

Bayos, pintos o negros. México es el centro de origen, diversidad genética y domesticación del frijol. En el país hay presencia de 70 de las 150 especies reportadas en el mundo.

A pesar de ser un alimento que brinda identidad a los pueblos de México y que se cultiva en territorio nacional desde hace más de ocho mil años, el frijol que llega a nuestras mesas proviene en muchas ocasiones de Estados Unidos, es decir, el “frijol gringo” inunda gran parte de la República, como ocurre en la fronteriza Ciudad Juárez.

“Este año vendimos 80% de frijol estadunidense, contra 20% de frijol mexicano”, calculó Miguel Ángel Gutiérrez, propietario de GUMA Abarrotes.

En 2023, México rompió récord en importación de frijol, con 313 mil toneladas, que equivale a casi la tercera parte del consumo nacional, con un valor de mercado de 369 millones de dólares. Esta cifra representó un incremento de 231.5% en compras al exterior, con respecto a 2022, de acuerdo con datos del Inegi.

Además del Tío Sam, nuestro país recurrió el año pasado a Canadá, Argentina, China, Guatemala y España, para cubrir sus necesidades de frijol.

Hernán Hernández, presidente del Sistema Producto Frijol en Chihuahua, reveló que 2023 fue un año “catastrófico”, para los productores del estado, debido a la falta de lluvias, “y con trabajos logramos guardar frijoles como semillas para poder sembrar este año”.

Para el primer semestre de 2024, el panorama no cambió mucho a nivel nacional, ya que las importaciones vía EU, Canadá, Argentina, Brasil y China, sumaron 232 mil 913 toneladas, es decir, 143% más que de enero a junio del año pasado, según cifras del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).

Invariablemente, el principal proveedor es EU, que en los primeros seis meses del año envío 178 mil 237 toneladas, provenientes principalmente de Colorado, Dakota del Norte e Idaho.

“La mayoría del frijol importado es el que se va quedando de un año atrás. En el anaquel, el frijol americano se oxida, se va poniendo color rojizo”, advirtió Jesús Arnulfo Arreola, representante de la Producción Primaria del Sistema Producto Frijol en Chihuahua.

A la baja

La caída en la producción nacional del mexicanísimo frijol tocó fondo en 2023 con apenas 723 mil 642 toneladas, en comparación con 2021, cuando se cosecharon un millón 289 mil toneladas, conforme a reportes de la Sader.

Mientras que en 2024, la llegada tardía de las lluvias dejó muchas tierras ociosas en Chihuahua, donde se sigue alejando, cada vez más, el sueño de la autosuficiencia alimentaria.

Arreola destacó que en el municipio frijolero de Namiquipa se quedaron sin sembrar alrededor de 60% de las tierras, y ahora los productores se tendrán que conformar con cultivar avena para forraje.

Menos frijoles en la mesa

Además del desplome de la producción, los mexicanos cada vez comemos menos frijoles, frases como: “¿Frijoles?, ¡ni cuando era pobre!”, van ganando terreno mientras aumenta el consumo de alimentos altamente procesados como las sopas instantáneas.

De 1980 a la fecha, el consumo per cápita de frijoles en México se desplomó a menos de 50%, al pasar de 16 kilos al año por persona a tan sólo 7.7 kilogramos, como establece el Panorama Agroalimentario 2024 editado por el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).

Germán Núñez, propietario de la Comercializadora Queso, Crema y Nata, en la Central de Abasto de Ciudad Juárez, comentó que ahora las amas de casa, que en su mayoría trabaja, ya no quieren cocinar los frijoles porque el proceso es tardado.

Entre 2019 y 2023, Chihuahua pasó de ser el cuarto productor nacional al sexto debido a la sequía, las altas temperaturas de más de 40° por el cambio climático y la desaparición de los créditos de la banca de desarrollo.

Hernán explicó que la desaparición de la Financiera Rural pegó fuertemente a los agricultores, porque en el estado se requieren más de cinco mil millones de pesos al año en créditos para sembrar, “y ahora esa derrama ya no existe y la banca privada no le entra con los frijoleros”.

Frijol gringo

En Ciudad Juárez se vive a diario la batalla entre el frijol mexicano y el frijol gringo.

Miguel Ángel Gutiérrez, propietario de GUMA Abarrotes, reconoció que los consumidores prefieren el producto nacional, pero cada vez es más escaso.

“Cuando hay frijol mexicano lo piden más, porque es más claro, se cuece más rápido, es de mejor calidad, pero este año que no hubo frijol mexicano se vende el estadunidense sin ningún problema”. 

Cruzada por el frijol mexicano 

Ante esta situación, el edil de Ciudad Juárez, Cruz Pérez, puso en marcha una campaña para promover el consumo del frijol chihuahuense.

“La idea es ayudar a los productores locales de Chihuahua, porque somos grandes productores de frijol pinto, y en segundo lugar, promovemos que se coma sanamente, porque todos sabemos los problemas de obesidad que tiene nuestro país”, manifestó.

Con espectaculares y calcomanías que se pegan en los locales de los centros de abasto se invita a la población a consumir lo hecho en México, lo hecho en Chihuahua.

De esta forma se impulsa la demanda, pero también es necesario buscar alternativas para apoyar la producción y aumentar la oferta, por lo que se requiere una gran cruzada nacional por el frijol mexicano para que el próximo sexenio se le otorgue el carácter de producto básico y estratégico, como establece la Ley de Desarrollo Rural Sustentable.

“Que la Secretaría de Educación en sus desayunos incluya frijol, que en sus comidas reparta burritos de frijol; ojalá logremos en el anaquel del autoservicio cambiar un poco las comidas chatarra por el frijol”, señaló Hernández.

Es más nutritivo que la carne

El frijol es uno de los alimentos del futuro por su alto valor nutricional, beneficios ambientales y aporte a la salud humana.

El frijol mexicano, de la familia de las leguminosas, es una excelente fuente de proteínas vegetales, fibra y minerales como el hierro, magnesio y zinc, además de ácido fólico y bajo índice glucémico. El color de su cascarilla contiene compuestos antioxidantes.

El cultivo de frijol ayuda a la mitigación del cambio climático porque utiliza 20 veces menos agua en comparación con alimentos de origen animal como la carne roja o el pollo.

Además el frijol, es piedra angular de nuestra gastronomía. De México para el mundo.

Ernesto Méndez

Excelsior

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