Harakiri: el “cártel de jubilados” planea nuevas conspiraciones contra la UAS

Dejó de ser tabú. Antes, en la Universidad Autónoma de Sinaloa, únicamente los iluminatis uaseños escribían o hablan abiertamente de las jubilaciones dinámicas. Quienes no pertenecían a esa “cofradía ideologizada” eran satanizados o sometidos al apartheid si se atrevían a hablar sobre ese tema.

La casta de privilegiados que se hacían pasar como los dueños de la verdad universitaria soltaban a cuentagotas la información. Ocultaban la realidad y trataban la jubilación universitaria como un asunto doméstico, no público, demonizando las críticas

Pero la transparencia y rendición de cuentas llegó a la UAS y el tabú se derrumbó. Hoy, la sociedad sinaloense sabe que en la Casa Rosalina todo aquel que se jubila ahí goza de dos prestaciones, la del Instituto Mexicano del Seguro Social y la jubilación dinámica, otorgada por la institución, la cual consiste en el salario íntegro, prima vacacional y aguinaldo y otros beneficios.

Porque no se sabía de la pensión-jubilación del IMSS, no hace muchos ayeres los Rectores eran sometidos al escarnio público, al linchamiento mediático, cuando corría la “noticia” de que se podría cancelar el pago de la jubilación dinámica universitaria.

Hoy, no encaja, no pega mediáticamente el querer lapidar al Rector Juan Eulogio Guerra Liera cuando en la agenda universitaria entra a discusión el tema de la jubilación dinámica y el riesgo de que desaparezca.

Sobre la alerta de que la Universidad puede entrar en una crisis irreversible si no realiza una reforma administrativa y una modificación a las “regalías” del sistema de pensiones y jubilaciones, la mejor herramienta del Rector es estarle hablando de frente y con franqueza a los universitarios y a todos los sinaloense.

Sin sustento de pago

En los años setenta, cuando el gobierno federal necesitaba “pacificar” las izquierdas, les cedió el control de las Universidades Públicas, pero luego esas corrientes “revolucionarias” comenzaron a convertir las tesorerías de esas instituciones en un codiciado botín.

De ahí para acá se tejió uno de los capítulos más desgastantes de las finanzas universitarias con la maquinación del “modelo” de jubilaciones dinámicas, sobre la pensión ordinaria pagada por el IMSS o el ISSSTSE, “legalizando” la prestación en los Contratos Colectivos de Trabajo, sin contar con un real sustento de pago.

Así las cosas, en aquellos años setenta, bajo la presión de una izquierda furibunda, el gobierno federal del PRI les soltó las universidades, y en esa disputa-cesión por el poder, algunas de las Instituciones de Educación Superior se mutaron en entes pagadoras de pensiones y jubilaciones, bajo la “complacencia” del régimen, pero sin la autorización de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ni la de Secretaría de Educación Pública.

Los entes de educación superior, las Universidades Públicas, creadas para impartir conocimiento, para transmitir los saberes de la ciencia, la tecnología, las artes, para ilustrar a la sociedad, se convirtieron, también, en poder de la vieja izquierda, en dependencias pagadoras de pensiones y jubilaciones, usando los presupuestos o subsidios de las instituciones para cubrir las “conquistas sindicales” o “revolucionarias”.

Esa jubilación dinámica, con la que gobierno federal del PRI complació a la izquierda para mantenerla quieta, metiéndola en un juego de intereses perversos, y que consiste en pago del salario completo al trabajador en retiro como si estuviera en activo, sumió ya a algunas Universidades Públicas del país en agudas crisis económicas y otras en la quiebra.

Por citar un ejemplo: la UAS, destina mil 750 millones de pesos anuales al pago de las jubilaciones dinámicas que benefician a 5 mil trabajadores en retiro.

El fideicomiso «reventado«

Como en los años setentas se autorizó, unilateralmente, al interior de la UAS, la jubilación dinámica pero nunca se buscó la forma de financiar esta prestación, en el 2000 el gobierno comenzó a escamotear los apoyos para cubrir esta prestación.

El argumento para “pichicatear” los recursos era: “los Universitarios ya tienen la pensión-jubilación del IMSS y no tiene por qué pagárseles otra jubilación”.

Bajo la presión de la ANUIES y los sindicatos, previa negociación, el gobierno federal ofreció a las Universidades ceder recursos, pero bajo la condición de que crearan fondos o fideicomisos tripartitas -con aportaciones de los trabajadores, gobierno estatal y federal-, para hacer una mezcla de recursos con el propósito de pagar esas jubilaciones.

En la UAS se creó en el 2007 el Fideicomiso Pro-Jubilación. Universidad-Sindicato aprobaron iniciar con un dos por ciento del salario hasta terminar con un 10 por ciento de la aportación por cada trabajador en activo y jubilados para un futuro cercano tomar los recursos y de ahí mantener esa jubilación.

Ese Fideicomiso, de acuerdo a los datos contables del Rector Juan Eulogio Guerra Liera, estuviera constituido, si existiera, con una bolsa superior a los 2 mil millones de pesos.

Pero el Fideicomiso se liquidó en el 2016. Un grupo conocido como el “cártel de los jubilados”, integrado por Carlos Calderón Viedas, Juan de Dios Mendoza López, Jorge Delgado Cortés, Facundo Leal Leal, Lorenzo Terán Olguín, Georgina Ruelas Inzunza, Florina García Bórquez, Andrés Audelo Villegas, Candelaria Ramírez, Ernesto Hernández Norzagaray, y otros más, “tronaron” el fondo.

Se negaron a aportar para el sostenimiento del Fideicomiso inventando un cúmulo de mentiras. Llevaron su caso ante la Junta de Conciliación y Arbitraje y al Segundo Tribunal Colegiado del Poder Judicial de la Federación. Ahí, por una “falla técnica”, porque la autoridad judicial no analizó a fondo el esquema de la jubilación dinámica universitaria ni el hecho de que los jubilados ya recibían su pensión del IMSS, ordenó la suspensión de descuentos o cuotas.

Se trató de un litigio para la no aportación de cuotas al Fideicomiso, jamás para dirimir la legalidad o la inconstitucionalidad o la anticonstitucionalidad de la Jubilación dinámica.

La UAS y el Fideicomiso regresaron las aportaciones a los trabajadores en activo y jubilados y la Universidad se quedó sola con la carga del pago, que hoy llega a una cantidad anual de mil 750 millones de pesos. El “cártel de jubilados” es entonces culpable de la crisis financiera que vive la Casa Rosalina.

Cambio estructural en las Universidades

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador emprendió un cambio estructural en las Universidades Públicas y condiciona los apoyos a las reformas que se desarrollen en las instituciones.

Puso en la agenda de las modificaciones a la Universidad Autónoma de Guerrero, la Universidad Autónoma del Estado de México, la Autónoma de Zacatecas, la Autónoma de Chiapas, la Autónoma Nayarit, la Autónoma de Sinaloa (UAS), la Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, la Autónoma del Estado de Morelos, la Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, la Universidad Veracruzana y la Universidad Autónoma de Baja California.

El acuerdo signado por las autoridades de la SEP y la SHyCP y que imponen bajo la presión de negar el presupuesto implica un duro golpe a los docentes y trabajadores administrativos, ya que condiciona el rescate de las universidades a cambio de un estricto programa de “disciplina financiera” que contempla el despido de académicos y trabajadores administrativos, la suspensión de nuevas contrataciones, cancelación de los estímulos o las becas al desempeño, el congelamiento de plazas vacantes, la reducción de personal de honorarios y la reestructuración del sistema de pensiones y jubilaciones.

Luciano Concheiro, subsecretario de Educación Superior (SEP) dijo que “la condición del sistema de jubilaciones y pensiones es dramática. No hay una solución sencilla; la problemática no es sólo de las universidades, sino del conjunto del país. Hay algunas jubilaciones que son insostenibles, que fueron establecidas a partir de relaciones con los gobiernos de los estados, condiciones especiales, luchas de trabajadores, etcétera, que, sin embargo, hoy en día, y lo digo claramente, son insostenibles. En alguna universidad es mayor el gasto en los pensionados que en los trabajadores en activo”.

Simultáneamente, en algunos estados los Congresos Locales dan entrada a iniciativas de reformas a Leyes Orgánicas, sin el consenso de los Consejos Universitarios, para, una vez aprobadas, desde el exterior y el interior, modificar o desaparecer los sistemas de jubilaciones. Las iniciativas de “ley” vienen del exterior de las instituciones de educación superior.

Curiosamente, en Sinaloa, el “cártel de jubilados” que “reventó” el Fideicomiso Pro-Jubilación se mueve también en la vertiente de la modificación de la Ley Orgánica de la UAS, para una vez vulnerada la autonomía de la institución, socavarla, paralizar al sindicato. La intentona es un claro atentado a la autonomía de la Universidad. En el fondo, lleva implícita la desaparición de la jubilación dinámica, en un claro acto de sadomasoquismo jubilatorio o de harakiri geriátrico o de la tercera edad.

El “cártel de jubilados” es un grupúsculo externo, ligado únicamente a la UAS por el cobro de la jubilación dinámica y por su sueño de regresarla al pasado, movido por sus afanes de tomarla por asalto.

La acción del gobierno de Morena

Bajo el entendido de que las Universidades no fueron creadas para pagar jubilaciones -ponen como ejemplo la UNAM y el IPN, donde no cuentan con el sistema de jubilación dinámica-, y porque, a juicio de las autoridades federales no hay interés de los universitarios en consolidar mecanismos financieros que ayuden a soportar la carga del pago de la prestaciones de retiro, el gobierno de Morena, exige, ya no pide, exige la revisión o la extinción de los diferentes “modelos” de jubilaciones dinámicas, bajo los siguientes argumentos:

1.- Quienes gozan de esta prestación cuentan con las pensiones o jubilaciones del IMSS

2.- La jubilación es muy onerosa ya que representa el salario completo de un trabajador en activo y otras prestaciones.

3.- Los trabajadores en activo y jubilados no aportan recursos para recibir la prestación. En ningún país del mundo se otorga jubilaciones o pensiones a las personas que no destinan cuotas que ayuden al sostenimiento del beneficio o del régimen pensionario al que están inscritos.

4.- El gobierno de Andrés Manuel López Obrador considera ilegal que se otorguen dos pensiones a una persona por las mismas horas/días/años laborados en el mismo centro de trabajo.

5.- Los recursos que se destinan al pago de las jubilaciones serían suficientes, de cancelarse, para rescatar financieramente a las Universidades y desarrollar nuevos programas educativos, científicos y tecnológicos y dar cauce al proyecto de gratuidad y obligatoriedad de la educación superior. Es decir. No cobrar matrícula o cuotas de ingreso a los estudiantes.

La nueva izquierda le manda así un mensaje a la vieja izquierda de las Universidades en el sentido de que esas jubilaciones dinámicas fueron creadas fuera del esquema de financiamiento de la SEP y de la SHyCP y de que los Contratos Colectivos contienen cláusulas excesivas, toleradas por los gobiernos del PRI de la época de los años 70, en el que se cedió el control de las Universidades a la izquierda para mantenerla quieta.

El Rector de la UAS, Juan Eulogio Guerra Liera, hizo un llamado a los universitarios a defender la Casa Rosalina ante un virtual atentado a su autonomía y a mantener la unidad en la lucha para conservar vigente la jubilación dinámica y otras prestaciones de los trabajadores administrativos y académicos.

El tema de las jubilaciones dinámicas ya no entonces un tabú…

POR TIERRA

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