Investigadores de la UG patentan moléculas que permiten detectar sustancias tóxicas en bebidas y alimentos

¿Qué es lo que hacemos nosotros? Moléculas, pero no al azar, siempre estamos pensando en qué potenciales aplicaciones tienen. Así describe el Dr. Eduardo Peña Cabrera su trabajo en el Departamento de Química de la Universidad de Guanajuato, el cual recientemente le llevó a obtener una patente por la creación de moléculas con las que se puede, entre otras cosas, evaluar la calidad de alimentos e incluso detectar drogas en bebidas.

«En nuestro laboratorio nos hemos encaminado a dos grandes campos: uno podría ser las aplicaciones en electrónica y otro la aplicación médica o biológica. En ambos casos siempre se trata de que aterricen en un beneficio a la sociedad», detalla el académico, quien ha colaborado durante 24 años en lo que hoy es la División de Ciencias Naturales y Exactas del Campus Guanajuato.

Al exponer en qué consiste la línea de investigación en la que ha enfocado los últimos 13 años, el doctor en Química Orgánica señala: «Nosotros trabajamos con el color, el cual es una propiedad muy importante en la naturaleza tanto desde el punto de vista estético como desde el punto de vista biológico», porque posibilita fenómenos tan importantes como la polinización o el apareamiento, y así, la reproducción y preservación de las especies.

En su laboratorio desarrollan moléculas colorantes fluorescentes y monitorean sus transformaciones mediante el cambio de color. «Con una sola molécula base, si nosotros le quitamos o le colocamos más grupos orgánicos, diferentes átomos, van a emitir una respuesta visual completamente diferente. Ese es el valor del compuesto que estamos reportando en la patente, el poder preparar estos derivados que tengan esa respuesta completamente diferente».

Así, al cambiar de color en presencia de analitos (agentes que se desea detectar), es posible saber, por ejemplo, si hay metales tóxicos en fuentes de agua potable, pesticidas tóxicos en frutas y verduras, o drogas en bebidas. Incluso se puede determinar la calidad de alimentos como la leche, el pescado y carnes.

Las aplicaciones de la patente son múltiples: medio ambiente, salud, alimentos, electrónica, entre otras, asegura el Dr. Eduardo Peña, experto en Química Organometálica, nivel 3 en el Sistema Nacional de Investigadores y quien recibió la Medalla 2017 que otorga la Asociación Internacional de Materiales Avanzados (International Association of Advanced Materials, IAAM) por sus contribuciones en esta área.

La patente –aclara- es parte de un proyecto multidisciplinario en el que colaboran físicos, biólogos, y científicos de distintas otras áreas, pero principalmente existe una colaboración con un grupo de fotofísica de Bilbao, «ellos son los que miden las propiedades y nos indican hacia qué aplicaciones las podemos encaminar», refiere el Dr. Peña Cabrera.

Además, indicó que recientemente se inició una colaboración con el grupo de Biología del Dr. Héctor Mora y el Dr. Bernardo Franco de la propia División de Ciencias Naturales y Exactas de la UG para investigar cuál es el efecto de esos compuestos dentro de una célula y ver si existe alguna posibilidad de aplicación.

Trabajo en equipo

Sobre el proceso que les permitió obtener la patente, el Dr. Eduardo Peña precisó que, una vez identificada la oportunidad de proteger y comercializar la invención, recurrieron a la asesoría de los expertos de la Universidad de Guanajuato, quienes los guiaron hasta concluir el registro.

En la patente intervino además el Dr. Ismael Valois Escamilla, un profesor que estaba haciendo una estancia posdoctoral en el grupo de investigación liderado por el Dr. Peña Cabrera, y César Fernando Azael Gómez Durán, un estudiante que estaba terminando su doctorado.

Un aspecto que recalcó el Dr. Eduardo Peña es que los procesos que realizan para hacer esos compuestos son «en la mayoría de los casos, operaciones muy sencillas en el laboratorio, de tal forma que en la preparación de esos compuestos están involucrados chicos desde el servicio social, y hacen un excelente papel».

De esta manera, desde los primeros semestres de la licenciatura los estudiantes de la UG son atraídos por este tipo de proyectos, «y terminan haciendo cosas brillantes en investigación… a los que les gusta hacen su servicio social con nosotros, luego el profesional y estancias de investigación. Toda esa información que colectan les sirve para sus tesis», por lo que se titulan prácticamente cuando terminan sus créditos.

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