La necesidad de infraestructura hídrica en México

México enfrenta un problema de desabasto de agua debido a la poca infraestructura hidráulica existente; 47% de la población no tiene acceso constante al líquido vital. Conagua es la organización gubernamental encargada de distribuir agua al país, mediante su programa Proagua, el cual subsidia servicios básicos hidráulicos en territorio nacional, trabajan agua potable, drenaje y tratamiento de aguas residuales.

El dinero público que recibió esta organización desde junio del 2019 hasta el mismo mes del 2020 fueron 3,302 millones se pesos, mientras que la inversión anual sugerida, según los datos del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), es de 49 mdp, a lo largo de 21 años, para que exista una sólida sustentabilidad y seguridad hídrica, pero esta inversión no se ha hecho.

“México vive en una paradoja: en el norte del país no se cuenta con el abasto suficiente del recurso natural, pero sí se tiene infraestructura, mientras que en el sur existe disponibilidad del agua, sin embargo, su infraestructura es nula”, manifestó Hugo Roberto Rojas, director de la Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento de México (ANEAS).

El país cuenta con 979 plantas potabilizadoras, 2,642 de tratamiento y 3,531 de uso industrial. El problema es que la tecnología y los recursos que obtienen estos lugares no es suficiente para la labor que deben llevar a cabo. Las aguas residuales a las que se les da uso de nuevo oscila entre el 30% y 40% de lo que se produce. Los líquidos residuales que se limpian pueden usarse para el riego y para el sector agricultor.

El reúso, según el doctor Carlos López Morales, investigador del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales del Colmex, es una alternativa necesaria para disminuir la explotación de los acuíferos subterráneos que proveen a México. El agua que se extrae de estos se hace a un ritmo que duplica el volumen de recarga natural.

Además cuando la excavación es muy profunda, la concentración de fluoruro y de arsénico aumenta, ambas sustancias son nocivas para la salud si exceden los 0.025 microgramos por litro y los 1.5 microgramos por litro respectivamente, según la Norma Oficial Mexicana NOM-127-SSA1-1994 con su última reforma en 2010. La extracción del subsuelo se debe a que el 80% de los cuerpos de agua están contaminados o secos por la sobreexplotación.

El agua es un recurso público, de hecho, el artículo 4° de la constitución mexicana establece, desde el 2010, que toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible, sin embargo, en la práctica los resultados son otros.

Gracias a la contaminación y el mal manejo hay una desconfianza en el agua potable de la federación y mucha gente ahora consume de los negocios privados que embotellan este líquido. Mismos que, gracias al extractivismo sin moderación, son responsables de muchas sequías en el país.

La doctora Judith Domínguez Serrano, coordinadora académica del doctorado en estudios urbanos y ambientales de El Colmex, indicó que esta ley no se cumple. Que el agua llegue en pipas a muchos lugares no cumple con el derecho al agua, ya que no garantiza acceso de 24 horas. En 2016, según López Morales, la demanda del agua fue del 33% en el Valle de México y la región norte del país, 57% en la región centro y solo 9% en el sur.

Esta desigualdad es visible a menor escala: la CDMX gasta un promedio de 366 litros al día por persona, cuando, según la OMS, lo necesario para vivir dignamente es entre 20 y 50 litros diarios. Las zonas de alta actividad económica como Polanco tienen un gasto promedio de 500 litros, otras zonas como Iztapalapa usan entre 50 y 100. Volviendo al tema de la infraestructura, los acueductos en la ciudad tienen más de 50 años de antigüedad, son de asbesto y tienen muchas fugas que aumentan el malgasto del líquido. La doctora Domínguez insistió en que el mal uso en la ciudad afecta a todo el país y que se debe resolver.

Según el INEGI hay un 90% de cobertura nacional en agua, pero estos datos no consideran la constancia del agua y la infraestructura. Considerando lo anterior, solo el 25% del cumplimiento hídrico está bien gestionado.

“El agua, además de ser vital para el consumo humano y el sostenimiento cotidiano de la vida, es esencial para la producción de prácticamente todo. No hay nada en la economía que no utilice agua de algún modo u otro”, enfatizó López Morales.

“Tenemos que evolucionar para incorporar en los procesos de producción y generación el componente tecnológico, si no cada día que pasa nos quedaremos rezagados en contraste con lo que ocurre con el resto del mundo”, adviertió Roberto Ballinez de HR Ratings.

Judith Domínguez y Carlos Andrés López participaron en el Foro Problemas Metropolitanos: Acciones para su Atención: Temática Agua, organizado por el Colmex, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Ambos coinciden en que se tiene que poner el tema del agua en toda agenda pública, mediática y política para así reformar nuestra relación con el líquido sin el cual no hay vida. De otra manera, la situación en 2030 será de emergencia.

Dario Quijano Cal y Mayor

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