La piratería y una ‘vieja’ ley frenan la inversión en el desarrollo de semillas en México, advierte la AMSAC

Enrique Hernández

Mario Puente Raya, director ejecutivo de la Asociación Mexicana de Semilleros (AMSAC), asegura que la piratería y la Ley General de Variedades Vegetales, publicada en 1994, frenan los planes de inversión de las compañías transnacionales en el desarrollo de semillas en México.

“Hay algunas actividades de empresas transnacionales, que producen semillas en Chile, Europa y Asia y no han desarrollado sus investigaciones e inversiones en México, porque no se ha armonizado la legislación de protección de la variedades vegetales a nivel internacionales”, señala.

Si hay una gran oportunidad de que aumente la inversión en investigación y desarrollo en las hortalizas como tomate, pimiento y otros productos cultivados en el país, dice a Forbes México.

México tiene mucho potencial en el mejoramiento global de las semillas, pero hay “unas leyes que afectan e impactan al sector”, expresa el representante de una industria valuada en mil millones de dólares.

La Ley General de Variedades Vegetales fue publicada en 1994 y desde entonces no ha sido actualizada: “La agricultura de los años 90 ha sido muy diferente a lo que tenemos en está época, pero la ley no se ha modernizado”, declara el dirigente empresarial.

Desde hace varios años se ha trabajado de la mano con el gobierno para actualizar la Ley, desafortunadamente no se ha podido lograr su modificación y cambios en el Congreso de la Unión, recuerda.

“Hay grupos que se oponen a la actualización de la Ley, ellos han trabajado con algunos diputados y senadores para que no avance la modificación”, comenta Mario Puente Raya.

Con el gobierno de Claudia Sheinbaum se seguirá trabajando e identificando las preocupaciones de los grupos para solventar y tener una ley actualizada, que responda las necesidades del campo actual, comenta el director ejecutivo de AMSAC.

Agrega que la Ley General de Variedades Vegetales estuvo varios años en la Cámara de Diputados, así como se trabajó bastante tiempo con la Comisión de Agricultura, pero no se salió, no logró avanzar y el proyecto murió. 

Ahora se necesita hacer un nuevo proyecto para modificar la Ley General de Variedades Vegetales, que refleje los interés de todos los actores e ir con el nuevo Congreso de la Unión en septiembre de 2024, detalla.

Según Mario Puente Raya, las empresas semilleras invierten hasta el 30 por ciento de sus ingresos en el desarrollo de nuevas variedades.

Las empresas siempre están haciendo inversiones en nuevas semillas que ayuden a enfrentar el desafío de los agricultores como menos agua, mayor rendimiento y resistencia a las plagas, añade.

“Una de las cosas que preocupa en el sector semillero es que hay piratería de semillas o sigue incrementando y perjudica los proyectos de inversión, ya que si no logras recuperar lo que invertiste te sales del negocio”, manifiesta. 

La piratería afecta a los agricultores, porque no obtienen “el rendimiento que les ofrecen con las semillas mejoradas y hay un ambiente negativo para toda la parte productiva”.

“El valor de la piratería representa el 10 por ciento  del mercado de semillas en México, que es de mil millones de dólares. Y si estamos hablando de mil millones de dólares, pues son 100 millones de dólares que podrían estar alcanzando esa práctica desleal”, sostiene el director ejecutivo de la Asociación Mexicana de Semilleros.

Si al agricultor le dan una semilla pirata, en lugar de tener una cosecha de 4 toneladas por hectárea solo tiene 2, 1 o no recoge nada, asevera.

La semilla pirata puede llevar una plaga al campo y contaminarlo, por lo que se necesita invertir en agroquímicos y otros métodos, expone.

A veces, los agricultores les venden grano pintado, simulando ser semilla, en otras ocasiones usan ilegalmente las marcas registradas, falsifican etiquetas, rellenan envases originales con semillas piratas y hasta comercializan semillas que no han sido producidas bajo procesos que aseguren su calidad.

Por la piratería de semillas de granos, hortalizas y forrajes se han visto afectados productores de Guanajuato, Jalisco, Sinaloa y Chihuahua.

También han sido impactados los agricultores dedicados a las plantas y flores ornamentales del Estado de México Morelos, Puebla, Ciudad de México, Veracruz, Colima, Guerrero y Michoacán.

Con información de Forbes

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