La última jalada de la CNTE

La última mala broma que la CNTE nos ha gastado es que este grupo de barbajanes ha pedido que las siglas de su Coordinadora sean inscritas en letras de oro en la Cámara de Diputados. Además de secuestrar a la educación del país, a los niños y al gobierno, que como dije la semana pasada y retomando a López Dóriga, nadie se puede llamar sorprendido porque fue una de las principales promesas de campaña del Presidente, pero una cosa es la promesa de campaña y otra es ceder a las mamarrachadas de este grupo, que no tiene ningún interés en mejorar la educación del país.

Seamos claros, la reforma no sirvió para nada, aunque en el papel sonaba extraordinaria, con evaluaciones para los maestros, con un concurso para aquellos que pretendieran estar al frente de un salón, de la época de la reforma del copete romántico neoyorquino y empelucado, no ha cambiado nada. Nuestros chavos siguen en el mismo nivel patético de conocimiento en las diferentes evaluaciones internacionales. No soy ingenuo, con esta reforma sin duda no se va a mejorar la educación, desde mi óptica por el contrario, aún se hará más grande la brecha y nuestros niños y jóvenes van a pagar las vencidas de los políticos en pos del poder.

Entiendo la promesa de dar certidumbre en una plaza a un chavo que sale de la Normal: ¿Pero sin ninguna evaluación? Esto se traduce en que si de la Normal sale un estúpido, formará hasta 60 estupiditos, por su falta de capacidad. Me parece una irresponsabilidad. Si la promesa es asegurarles la plaza, qué nos quita incluir en la ley un enunciado en donde se determine que recibirá la capacitación necesaria hasta que sea apto para estar frente a un grupo.

Lejos de conceder y negociar con la CNTE todas sus demandas, este grupo de cabrones jamás saldrán de la calle. Por las razones que ahora explico:

1. Su patrimonio es la protesta y el chantaje. Si aceptan que las leyes secundarias han sido legisladas de conformidad a sus demandas, equivaldría a tener que salir de las calles y de los bloqueos.

2. Por ende perderían toda capacidad de negociación, pues de luchadores sociales tendrían que pasar a las aulas.

3. Si pasan a las aulas, no tendrían la capacidad de dar clases, porque simplemente les importa un carajo la educación y los niños (lenguaje presidencial).

4. Su patrimonio político es el chantaje y no van a cesar, ahora con una petición tan peregrina como poner sus siglas en letras de oro en la Cámara de Diputados.

En este punto, sí déjenme encabronarme y de verdad. En el muro de San Lázaro hay inscripciones que nos llenan de orgullo y de enseñanza: “El exilio español” que vino a enriquecer la espiral cultural de la época. “El movimiento del 68” que cambió nuestra historia con ejemplo y pensamiento y que ése sí fue reprimido de forma mortal desde el poder, entre muchos otros próceres y movimientos que han engrandecido a nuestra cultura y al país.

Pero los señores de la CNTE tienen entre sus logros haber depredado el centro de Oaxaca, quebrando a comerciantes y oferentes de servicios, desmadrando hasta el exceso las oficinas de la Secretaría de Educación de Guerrero en Chilpancingo, destruir el Congreso del mismo estado en la misma ciudad, bloquear en México avenidas y el propio Congreso. Estos desmanes son ilustrativos y no limitativos. De verdad, consideran aún que los mexicanos somos pendejos. No pongo interrogación porque estoy cierto que así lo piensan.

No pongo en duda la precaria e indignante situación de la educación en México. Escuelas en Michoacán cuya infraestructura es un techo de lámina, una fosa séptica y piedras como pupitres. Pero estoy cierto que estos señores no son la solución. Desde esta columna no puedo más que rendir un homenaje a tantos maestros de vocación. Ésos que se gastan su pingüe quincena en comprarle comida a famélicos alumnos que llegan a estudiar al borde del desmayo. Son los más. Lo sé y lo reconozco. Pero ahora, un maestro llega a un grupo por salir de la Normal, si quiere cambiar de escuela es decisión de su líder sindical y si la escuela necesita mantenimiento, será una acción conjunta de padres y maestros. Ojalá que todas las escuelas tengan padres ingenieros y arquitectos o de menos maestros de obra, de lo contrario lo vamos a lamentar con vidas.

Quiero que quede claro, esto es aparte de la discusión ideológica, si la evaluación es punitiva o no, de eso nos podemos sentar a discutir el modelo mil horas, pero el de Peña y el anterior sólo ha servido para formar niños con deficiencias educativas. Hay más propuestas para las letras de oro tan mamonas como la de la CNTE, por ejemplo, frases emblemáticas como: “Y ahora quién podrá salvarnos” (Chapulín Colorado); “Vámonos tentando bajo, que se siente gran consuelo” (Anónimo). “Ay madre” (Gordolfo Gelatino), hasta la de Chabela Vargas “Los mexicanos nacemos donde nos da la chingada gana” o “A la camita” (Topo Gigio). Si vamos a andar con jaladas, entre otras que tienen igual mérito de ser inscritas como la mamerta propuesta de la CNTE.

En el estribo.- Celebro de verdad iniciativas entre las universidades y el empresariado en materia de seguridad. La única forma en que vamos a salir de este bache enorme de violencia es con la integración de los distintos estratos de la sociedad. Si hablamos en materia de seguridad en México, muchas veces nos tenemos que atener a la improvisación, porque no son muchos los profesionales en la materia. Por eso, celebro la colaboración de Alejandro Desfassiaux de Multisistemas de Seguridad Industrial y la Universidad Anáhuac, al realizar la firma de un convenio para capacitar a 1,200 ejecutivos de todo el país. Ésta es la única vía, profesionalizar a los tomadores de decisiones en la materia y dejar de estar dando palos de ciego.

FRANCISCO ZEA

Línea estratégica

EXCELSIOR

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