La Universidad de Nagoya: una alhaja japonesa

Tiene convenios de colaboración e intercambio científico con más de 100 universidades e instituciones de otros países, en México nada más con la UNAM y la Universidad de Sonora.

En un día de clases cualquiera, el campus principal de la Universidad de Nagoya se percibe poblado por decenas de cientos de estudiantes que caminan, trotan o van en su bicicleta; la mayoría sale de prisa del metro.

Pero sólo entre las 8:20 y las 8:43 de la mañana, más o menos. A las 8:45 comienza la primera clase y la ciudad universitaria parece desierta hasta las 11:45, cuando todas las calles, pasillos y veredas se anegan de gente porque es la hora del almuerzo.

En las horas de clases parece una ciudad fantasma (exagero, pero es por una buena razón). Aquí nadie falta ni llega tarde a clases. El otro día recorrí la biblioteca central y la encontré colonizada por estudiantes. Todo mundo está ocupado, hace su tarea.

Aquí los estudios se toman en serio.

La Universidad de Nagoya no es tan antigua, surgió de la aglomeración de varias escuelas profesionales en los 1920; en 1931 la Prefectura de Aichi, le otorgó la categoría de universidad y en 1939 el gobierno central la reconoció como la Universidad Imperial de Nagoya.

El enorme costo para establecerla estuvo cubierto por donaciones de la prefectura y de pocas corporaciones.

La Universidad Imperial de Nagoya se estableció con dos escuelas: la Escuela de Medicina y la Escuela de Ciencia e Ingeniería.

En 1942, ésta se dividió en dos. Al año siguiente se estableció el Instituto de Investigación de Medicina Aeronáutica. Cuando la guerra llegó a su fin, en agosto de 1945, el gobierno estadounidense de ocupación abolió las universidades imperiales (y las escuelas normales), pero no desapareció las instalaciones. MacArthur quiso modelarlas a imagen de las de Estados Unidos.

Desde 2004, la Universidad de Nagoya es corporación nacional. Sus 16,387 estudiantes (de los cuales 6,272 son de posgrado), reciben clases de 2,116 profesores en varias categorías, la mayoría titulares. Además, la Universidad paga salarios a 39 docentes de la escuela secundaria y preparatoria anexas. Las escuelas de Ingeniería (5,003), Medicina (2,611) y Ciencias (1,797) matriculan a la mayoría de los estudiantes. Siete de sus facultades nada más ofrecen posgrados:

Desarrollo internacional, Matemáticas, Lenguas y Culturas, Estudios Ambientales, Ciencias de la Información, Ciencias Farmacéuticas e Informática Humana.

Esta es una universidad que se orienta a la investigación.

Seis de los 22 japoneses laureados con el premio Nobel pasaron o están en sus aulas; los conmemoran en un museo dentro del campus. Ellos son: Ryoji Noyori, Osamu Shimomura, Makoto Kobayashi, Toshihide Maskawa, Isamu Akasaki e Hiroshi Amano.

El 21 de octubre de 2019, el Ministro de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología de Japón designó al presidente de la Universidad de Nagoya, Seiichi Matsuo, como el primer jefe del Sistema Nacional de Investigación y Educación Superior Tokai, que se establecerá en abril de 2020. Otro motivo de reconocimiento.

Por esos logros y muchas otras virtudes, la Universidad de Nagoya disfruta de un prestigio impresionante en el concierto de la educación superior de Japón y Asia.

Tiene convenios de colaboración e intercambio científico con más de 100 universidades e instituciones de otros países, en México nada más con la UNAM y con la Universidad de Sonora.

Soy profesor visitante en la Escuela de Posgrado en Desarrollo Internacional desde hace casi dos meses (el domingo platicaré de ella). Me he dado cuenta de la calidad de su profesorado, de sus cualidades científicas y humanas. Con todo y que la ética laboral (trabajo duro) pervive en cada persona, siempre encuentro rostros sonrientes y gente dispuesta a ayudar.

Para cualquier universidad mexicana, pienso, sería un honor tener convenios con esta pujante institución. Hay infinidad de cosas que podemos aprender de ella, de sus profesores y estudiantes. También tenemos ofertas que aquí podrían apreciarse. ¡Crece el interés por México!

CARLOS ORNELAS

EXCELSIOR

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