Mas agresiones: Rubén Rocha criminaliza a Wilfrido Ibarra y manda asaltar RADIO UAS
Enloquecido por las críticas radiofónicas y porque no ha podido doblegar con su narrativa negativa ni con su “batería de demandas” a los directivos de la Universidad Autónoma de Sinaloa y sumamente molesto por la intervención de la secretaría de Gobernación que lo presiona para se apegue a la ley, el gobernador Rubén Rocha Moya ordenó criminalizar, linchar públicamente, a Wilfrido Ibarra Escobar, y tomar por asalto el edificio de Radio UAS.
En efecto: el gobernador regresó de la ciudad de México a Sinaloa, encolerizado, pues, allá, el presidente Andrés Manuel López Obrador lo obligó a sostener una mesa de diálogo con el Encargado del Despacho de la UAS, Robespierre Lizárraga Otero, encuentro en el que la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde Luján, precisó que la autonomía de la institución “no se toca” y que está a salvo de cualquier acción externa de los Poderes Ejecutivo y Legislativo.
No conforme con los compromisos, que él aceptó de frente a Luisa María Alcalde, en vez de bajar las agresiones contra los directivos, trabajadores y colaboradores de la UAS, Rubén Rocha mandó al diablo los acuerdos que fueron el objetivo de la mesa de diálogo promovida por el presidente de la República y elevó el grado de su violencia instrumentando una furiosa conspiración mediática contra la Wilfrido Ibarra, Radio UAS y Punto Universitario, criminalizándolo, y cumpliendo con una amenaza: la toma de las instalaciones de la Radio Universitaria.
El 15 de julio, a tan solo diez días de que un comando armado intentó asesinar al ingeniero y periodista Arnoldo Valle Leyva, director de Comunicación Social de la Universidad Autónoma de Sinaloa, en su conferencia La Semanera, el gobernador, señalado como el autor intelectual de ese atentado, invitó, incitó a que se tomara por asalto Radio UAS, rabioso porque Wilfrido Ibarra y los colaboradores de Punto Universitario, José Luis López Duarte y Álvaro Aragón Ayala, critican su administración e impiden que avance la narrativa de denostación contra los directivos de la UAS.
“Lo que deberían de hacer los universitarios es írsele a parar ahí al medio día; oye tu fulanito, te pagan tanto para que estén difamando, para estar diciendo, y no convirtiendo a Radio UAS en una basura en lugar de que sea la radio cultural que debe ser, pero que estén ahí los universitarios. Que se reúne el Consejo Universitario, bueno, que estén afuera gritándoles, que no acuerden nada más lo que le dé la gana, ustedes representan a la universidad. Ya está bueno que ocurra eso, ya no los dejen quietos, que no los dejen quietos; ellos no me dejan quieto a mí”, puntualizó.
La amenaza se cumplió la mañana de este viernes 19 de julio: una “brigada de choque”, integrada por no más de 15 universitarios en activo, 10 jubilados liderados por el exuniversitario Marco Antonio Medrano Palazuelos, militantes de Morena y estudiantes del Cobaes, arribaron a las puertas de Radio UAS intentando penetrar a sus instalaciones y llegar a la cabina para impedir la conducción del programa Punto Universitario. Los guardias lo impidieron cerrando de inmediato los accesos de la emisora.
La “brigada de choque” permaneció afuera del edificio universitario por espacio de una hora lanzando insultos y descalificaciones contra Radio UAS, vomitando difamaciones y calumnias contra Wilfrido Ibarra, quien se ha convertido en el “objetivo prioritario” de Rubén Rocha. El atentado no fue casual. La toma de la estación de radio fue meticulosamente planeada.
Cuando menos 48 horas atrás, el gobernador ordenó a los directivos de NOROESTE que “manipularan” y usaran a la Asociación de Periodistas 7 de Junio para que una de sus “socias”, visualizada como agitadora en la manifestación anti-UAS organizada en la Ciudad de México por Rubén Rocha, acusara de difamación a Ibarra Escobar y que desplegara contra él una “guerra” por varias plataformas digitales.
La perversa idea de Rubén Rocha agarró mas vuelo: en la escena, Aurora Díaz Quiñónez, jubilada universitaria identificada con la “corriente rochista”, quien, además, se dijo “periodista”, pero que en los últimos 10 meses no tiene ningún registro de su trabajo informativo, se llamó difamada porque se retomó de las redes digitales fotografías y videos y se difundió, cuando en las cercanías de El Zócalo de la Ciudad de México, claramente se le ve y se le escucha, a ella, megáfono en ristre, gritando e incitando a la violencia contra los directivos de la UAS.
Por ese hecho se le criticó en Radio UAS. En su defensa, ella se ostentó como “periodista”, pero no publicó ninguna información sobre la marcha universitaria y la “contramarcha” organizada por Rubén Rocha. Es más, Jesús Bustamante, presidente de la Asociación 7 de Junio, no pudo comprobar, con argumentos sólidos, de que en Radio UAS se haya atentado contra la libertad de expresión ni el derecho a informar de Aurora Díaz. Si demanda “va a ser a título personal”, expuso Bustamante.
Sin embargo, fabricado el cuento de agresión a la “periodista”, la Asociación de Periodistas 7 de Junio sostuvo la criminalización de Radio UAS y en una acción sincronizada los periodistas, columnistas y analistas y los medios que mantienen millonarios contratos de publicidad con Rubén Rocha, se lanzaron, todos, contra la radio, y hoy en la mañana, en el periódico NOROESTE, Wilfrido Ibarra fue satanizado, descrito, retratado, como si se tratara de un delincuente, y simultáneamente a la publicación la “brigada de choque” llegó a tomar el edificio de Radio UAS.
El gobernador, pues, usando a la “periodista”, hermana de Dennise Díaz Quiñónez, presidenta de la Junta de Conciliación y Arbitraje, y la “brigada de choque” -considerados “porros” por Juan Manuel Partida, presidente de la Asociación de Periodistas de Sinaloa-, con el apoyo de NOROESTE y la Asociación 7 de Junio armaron la pantomima, el escenario “ideal” para justificar el atentado a Radio UAS y escalar en la criminalización de Wilfrido Ibarra, y lanzar amenazas de una escalada de demandas en contra los colaboradores de Punto Universitario.
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