México polarizado y desigual

La polarización política se ha convertido en un tema de creciente preocupación en el país.

Desde hace décadas, hay factores que alimentan la división en México como la desigualdad económica y la corrupción.

Sin embargo, en los últimos cinco años, las diferencias entre la ciudadanía se han intensificado debido a ciclos electorales particularmente polémicos e incluso violentos, así como a relaciones cada vez más antagónicas entre las voces dentro del gobierno, por un lado, y los medios de comunicación, por el otro, lo que a su vez alimenta la polarización dentro de la ciudadanía en general, explica el Instituto para la Economía y la Paz (IEP).

Hasta diciembre del año pasado, datos del “Índice de Paz México 2023”, revelan que el 52 por ciento de los mexicanos creía que su país estaba muy o extremadamente dividido y que el 65 por ciento creía que era poco probable que las diferencias entre las múltiples ideologías pudieran superarse.

Desgaste partidista

La aprobación que el partido en el poder tiene entre la población tanto que votó por él como por parte de los que no lo apoyaron en las urnas, es una forma de medir qué tan fragmentada está la ciudadanía.

De acuerdo con el texto “Polarización política y la contención de la violencia” del IEP, hace 20 años “había diferencias comparativamente menores en las tasas en que las personas que se identificaban como de izquierda o de derecha veían al Gobierno federal.

“En ese momento, el 45 por ciento de las personas de izquierda y el 66 por ciento de las personas de derecha aprobaban al presidente, una diferencia de solo 21 puntos”.

Sin embargo, esa brecha se ha ampliado con cada administración sucesiva. Para 2020, la brecha en las tasas de aprobación entre los dos grupos había crecido a 83 puntos, explica el IEP.

Efecto directo en la violencia

De acuerdo con el “Índice de Paz México 2023”, la polarización socava la capacidad del gobierno para operar de manera efectiva y cohesiva.

También disminuye la confianza de los ciudadanos y su disposición para participar en los procesos cívicos.

“Si bien la polarización dificulta la acción unificada en muchas áreas de preocupación social, una de las más importantes está relacionada con la violencia, especialmente en México.

“La falta de confianza en el gobierno y sus instituciones conduce a una menor disposición para denunciar actividades delictivas a la policía. Hoy en día, el 15 por ciento de los mexicanos dice que no denuncia delitos por falta de confianza en las instituciones, y solo el 51 por ciento confía en el Gobierno federal, mientras que menos de la mitad confía en sus gobiernos municipales o estatales”.

Aunado a esto, el IEP advierte que los estados donde existen marcadas divisiones entre ideologías políticas rivales, tienden a tener instituciones más débiles y menor cohesión social.

“Mediante el uso estratégico del aumento de la violencia, los grupos criminales pueden ganar poder en tales contextos, aprovechando las divisiones y la falta de cooperación entre la ciudadanía y el estado”, dice la institución en su artículo “Polarización política y la contención de la violencia”.

Por el contrario, la cooperación entre los cuerpos gubernamentales puede contribuir en gran medida a controlar la violencia desmedida que vive el país.

El papel de las redes sociales

La hostilidad en las plataformas de redes sociales también ha exacerbado la polarización en México.

De acuerdo con la investigación “The Hidden Drug” (La droga oculta, en español), publicada por +Democracia y la agencia global de comunicación Llorente y Cuenca, la evolución de la polarización en Iberoamérica se ha agudizado un 8 por ciento en lo que va del 2023 y, con ello, la adicción al conflicto y a mantener conversaciones cada vez más incendiadas que habitan las redes sociales.

En los últimos cinco años, este fenómeno ha crecido en un 39 por ciento en Iberoamérica. Los países más divididos actualmente son: Brasil con un 63.9 por ciento de polarización, Argentina con un 62.2 por ciento, España con el 57.8 por ciento, Colombia con el 57 por ciento y Chile con el 55.9 por ciento.

México, de entre las 12 naciones más polarizadas se encuentra en el decimoprimer lugar con un 43.3 por ciento.

De acuerdo con Patricia Fernández, psicóloga clínica, esta división social que deriva en violencia y falta de certidumbre entre la ciudadanía no es exclusiva de los medios digitales, sin embargo, plataformas como Facebook, Twitter, TikTok o Instagram han fomentado la problemática.

“La polarización no sólo se da en el mundo online. De este mundo salta al offline provocando efectos en todo”, dice la especialista.

Entre los efectos que causa la polarización a nivel social destacan: crispación generalizada, falta de acuerdos entre la población y el Estado, distanciamiento social y aumento de los discursos de odio.

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