México, sin mayores preocupaciones

Ernesto Villanueva

La más reciente encuesta mundial de la consultora internacional IPSOS sobre las preocupaciones de las personas explica, en buena medida, los resultados de las elecciones del 2 de junio último y son consecuentes con el análisis que hice en días pasados en estas páginas (https://acortar.link/i0NAia). En efecto, los resultados de la encuesta de referencia (https://acortar.link/eXykQY) son ilustrativos de la importancia de las percepciones como el más importante instrumento para la conducta de los seres humanos más allá de la realidad objetiva (Baron y Byrne. Social psychology: Understanding human interaction. 1994) Veamos.

Primero. Como punto de partida, el estudio plantea como interrogante inicial si las cosas van bien en el país; 62% de las respuestas de la muestra de 29 países sostiene que no. En México, por el contrario, 59% respondió que sí, las cosas van bien en el país. Tanto en Canadá como en Estados Unidos 69% contestó en sentido negativo. 

Llaman la atención los hallazgos encontrados en países como Japón, donde para 76% de sus habitantes las cosas en su país van mal, similar respuesta se registra en Suecia, con 75%. Sobre la pobreza y la desigualdad social únicamente para 25% de los mexicanos es motivo de inquietud, lo mismo que para 26% de los suecos y 13% de quienes habitan en Singapur.  

A los mexicanos les preocupa la inseguridad menos que a los suecos. Foto: Leonardo Garza 

Por otra parte, en México abundan datos y cifras sobre la violencia, el crimen y la inseguridad y, en efecto, para 52% de los mexicanos es una preocupación. En Suecia, sin embargo, hay mayor inquietud, toda vez que 64% de su población así lo manifiesta. De manera también reiterada en México se ha insistido, con datos e indicios, al menos, sobre la pervivencia de la corrupción política y financiera. Pese a todo, esa temática le preocupa sólo a 26% de los mexicanos. Tienen mayor inquietud en este rubro, por ejemplo, los japoneses, con 31 por ciento.

Qué puede decirse de la atención médica, de la calidad en los servicios de salud a los que tiene acceso la población, sobre la que, de nuevo con evidencias, se ha denunciado en México sus debilidades y carencias en los medios y, además, de ello da cuenta la inmensa mayoría de la comunidad médica.  Sea como fuere, para 78% de los mexicanos no es un problema, contra 22% qué si lo ve con preocupación. Idénticos datos se registran en Estados Unidos. Paradójicamente en Suecia hay mayor inquietud (23%) o en Canadá (44%). 

Segundo. En materia económica, México va bien. En efecto, para 58% de la población la situación económica del país es buena. Preocupados están los japoneses, quienes sólo para 13% la economía de su país es adecuada y los suecos, quienes únicamente 35% opina en el mismo sentido. Más o menos igual opinan en Alemania (38%), Estados Unidos (37%) y Canadá (30%). 

Cabe apuntar que de mayo de 2013 (fecha que empieza a registrar esos datos este índice internacional), cuando la satisfacción con la situación económica del país era positiva solamente para 30% de la sociedad, registra un incremento sustancial a partir de mayo de 2019 al subir 19 puntos porcentuales al ubicarse en 49%, con una reducción en el porcentaje durante la pandemia, cuando tocó piso con 12% en mayo de 2020, pero se ha ido recuperando rápidamente y llega a su máximo histórico con el citado 58%; si se observa, las percepciones de los mexicanos sobre su situación-país en general son mejores que las existentes en Suecia y Japón.

Servicios de salud en México. Para 78% de los mexicanos no es problema. Foto: Miguel Dimayuga

Los datos oficiales arrojan, empero, una realidad objetiva muy distinta entre Suecia, Japón y México. El Índice de Desarrollo Humano de la ONU, que mide esencialmente tres indicadores: salud, longevidad y condiciones de vida, apunta que México ha tenido una mejoría importante si se le compara en el transcurso del tiempo. De 1990 a 2022 (fecha más reciente de este Índice) México subió de 0.66 a 0.78 en el Índice de Desarrollo Humano; es decir, un incremento de 17.3% por ciento. (https://acortar.link/6OuZXS) y se encuentra en el lugar 77 de 193 países. 

Sin desdoro de ese aumento, Japón tiene sustancialmente mejores cifras, pues de 1990 a 2022 Japón pasó de 0.84 a 0.92 lo que coloca a este país con un nivel muy alto de desarrollo humano al estar en el sitio 24 de 193 países (https://acortar.link/IyuoZF).  

Lo propio puede decirse de Suecia, que pasó de 0.88 en 1990 a 0.95 en 2022 y ocupa el sitio cinco en desarrollo humano de ese universo de naciones. (https://acortar.link/DsX8np). 

Tercero. ¿Cómo explicar lo que sucede en México respecto, por ejemplo, de Japón y Suecia? ¿Por qué en México hay mejor estado de ánimo colectivo que en Japón y Suecia? Las respuestas, a mi juicio,  los podemos encontrar en los siguientes razonamientos: a) La narrativa inédita del presidente AMLO que no ha requerido de los medios tradicionales para contagiar su visión de la realidad de manera efectiva durante la conferencia matutina a la mayor parte de la población, como apunta el incremento del mejoramiento del estado de ánimo público justo en el año  2019 del estudio internacional de IPSOS ; b) En México existe una cultura de resiliencia y optimismo frente a la adversidad; c) Se perciben las mejores graduales positivamente porque hay ausencia de grandes expectativas, derivadas de una historia de grandes asimetrías económicas, sociales y educativas y las consecuentes dificultades en las oportunidades de vida (ver El perfil del hombre y la cultura en México de Samuel Ramos); d) En países como Japón y Suecia hay grandes expectativas, una cultura de la exigencia que sanciona cualquier desviación  a esos estándares y e) Un pensamiento crítico acumulado históricamente de manera transversal. 

Economía. A los japoneses les preocupa más que a los mexicanos. Foto: Montserrat López

Lo anterior no significa que se abone a la idea de que la conciencia social (entendida como el conocimiento racional de la estructura del Estado, la importancia de la cultura de la legalidad y el pensamiento crítico) sea sinónimo de una depresión mayor de la colectividad, sino que esa acepción de conciencia social genera un doble efecto: por un lado, una visión menos favorable del estado de cosas al confrontar percepción vs. realidad objetiva y, por otro, permite la identificación y evaluación de problemas para su solución. 

Lo anterior debe enfocarse en particular un optimismo razonado (que incluye oportunidades posibles, proactivismo gradual e innovación) que todavía no existe en México, pero se deben desplegar los esfuerzos de cada uno para lograrlo. 

Con información de Proceso

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