No a la violencia

No a asumir como inevitable padecer la desaparición de 25 personas en promedio diario. No a que cada día mueran asesinadas 10 mujeres en el país.

Mahatma Gandhi nació el 2 de octubre de 1869, en Porbandar, cuando India era una colonia del imperio británico, y murió 78 años después, luego de haber encabezado y consumado con éxito la lucha por la  independencia.  

Hace 15 años, la ONU decretó el 2 de octubre como Día Internacional de la No Violencia en honor a este líder ejemplar, quien, en una de esas paradojas insultantes de la historia, murió asesinado el 30 de enero de 1948.

Gandhi tuvo una sola línea de aplicación de su doctrina de la No Violencia: la lucha persistente de un pueblo frente al poder de un Estado colonizador, un pueblo que siguiendo la postura de su guía renunció a la posibilidad de alcanzar su independencia mediante las armas, el sabotaje o el terrorismo. Había que salir a la calle, avanzar, mantenerse unidos, aguantar agresiones y persecuciones, demandar, argumentar, escuchar, negociar, y alcanzar la libertad. Y todo de manera pacífica. La enseñanza esencial de Gandhi, la no violencia, puede extrapolarse, con sus correspondientes matices, a todos los ámbitos de la relación humana. Por eso, en ocasión de la celebración del Día Internacional de la No Violencia, podemos decir:
No, no admitimos vivir con violencia ni a ser sus víctimas. 

No a la normalización de 80 homicidios dolosos cada día. 

No a asumir como inevitable padecer la desaparición de 25 personas en promedio diario. No a que cada día mueran asesinadas 10 mujeres en el país. 

No a que se asesine a tres niñas, niños o adolescentes cada día, y no a que grupos criminales recluten a menores de edad. 

No a que personas de bien que viven de su trabajo tengan que pagar extorsiones al crimen para conservar la vida o su medio de subsistencia. 

No a ser asaltados, vejados, amenazados, secuestrados y asesinados en calles y carreteras. 

No al discurso que violenta la convivencia social.

No a que el ciberespacio se convierta en escenario de insultos, amenazas y rencores que pueden pasar de las pantallas a las calles. 

No, no y no a la normalización de la violencia ni a la resignación.

“La no violencia es la mayor fuerza a disposición de la humanidad”, dijo Gandhi, pero también afirmó: “Tal vez mañana tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos y decirles que fuimos derrotados. Pero no podremos mirarlos a los ojos y decirles que viven así porque no nos animamos a pelear”. 

Por eso, sí a la vigencia del Estado de Derecho. A la fuerza del Estado para castigar el delito y acabar con impunidad mediante la aplicación de la ley.
No a la violencia. 

MAURICIO FARAH

El Heraldo de México

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