Pensiones hunden a las Universidades Estatales: ANUIES

El crecimiento de la matrícula, las obligaciones laborales, el pago de dobles jubilaciones y la insuficiencia de sus presupuestos han generado que la mitad de las universidades públicas estatales operen con algún grado de déficit financiero, de acuerdo con la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES).

Pero la situación del déficit financiero también «es resultado de prácticas poco responsables de las autoridades universitarias, las organizaciones gremiales y los gobiernos estatales, al haberse pactado prestaciones laborales por encima de lo establecido en la Ley», se señala en el documento Visión 2030 de la ANUIES.

La ANUIES reconoce el problema y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHyCP) no acepta los contratos colectivos de trabajo que validan las jubilaciones dinámicas o dobles pensiones. Considera “prácticas poco responsables” el haber creado estos contratos, aprovechando los alcances de la autonomía universitaria.

La SHyCP rechaza el pago de jubilaciones con recursos que son destinados exclusivamente a la educación superior o con el llamado subsidio ordinario, sin ningún aporte de los trabajadores en activo ni los beneficiados con este “privilegio”.

El gasto federal destinado a actividades de educación superior y posgrado de 2000 a 2016 pasó de casi 68 mil millones de pesos anuales, que representaban 0.49 por ciento del producto interno bruto, a cerca de 128 mil millones, es decir, 0.66 por ciento del PIB. Esto significa que creció 88 por ciento.

La matrícula creció en el mismo periodo 116 por ciento al pasar de un millón 377 mil estudiantes en 2000 a 2 millones 971 en 2016. El gasto federal del 2017 al 2018 está bajo análisis de la Secretaría de Educación Pública y la SHyCP.

El mayor número de alumnos, el crecimiento de la oferta académica, la creación de nuevas instalaciones y otros elementos han llevado a que los costos de operación de las universidades se hayan incrementado de manera significativa. Pero «esta expansión ha estado disociada de la evolución del financiamiento», considera la ANUIES.

De 2009 a 2016 la matrícula creció 51 por ciento y el gasto federal en educación superior sólo 18 por ciento, lo que resultó en una disminución de 22 por ciento en el subsidio por alumno.

Los recursos públicos y las transferencias de los gobiernos federal y estatales son la principal fuente de financiamiento de las universidades. Con estos recursos se pagan los salarios del personal y los gastos fijos de operación; en varias instituciones el pago de servicios personales representa más de 90 por ciento del presupuesto.

Para hacer frente a sus compromisos laborales, sobre todo al pago de jubilaciones dinámicas o dobles jubilaciones, diversas universidades han incumplido sus obligaciones fiscales y con instituciones de seguridad social (como Issste, Fovissste y Servicio de Administración Tributaria y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público) o bien han recurrido a préstamos bancarios. Además, a la fecha algunas de ellas tienen adeudos con sus empleados.

De las 33 universidades públicas estatales del país, al menos siete están en quiebra o en riesgo, de acuerdo con fuentes universitarias. Las instituciones en peligro de bancarrota son la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco y la Universidad Autónoma del Estado de México; en quiebra técnica están la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca y las Autónomas de Nayarit, Zacatecas y Morelos. La Universidad Autónoma de Sinaloa reporta un déficit de mil 700 millones de pesos anuales, recursos que invierte en el pago de jubilaciones.

El rubro que más impacta a las finanzas universitarias, precisa la ANUIES, es el relacionado con el pago de pensiones y jubilaciones. «La mayor parte de las erogaciones por este concepto se están cubriendo con recursos presupuestales del subsidio ordinario, aunque la evolución previsible de las mismas hace inviable continuar con esa práctica».

Aunque la mayoría de las universidades han modificado sus sistemas de pensiones en la última década, la asociación prevé que la demanda de recursos para su pago se hará más crítica en los próximos años.

Piden a AMLO fin a las jubilaciones dobles

Mediante un nuevo comunicado, el Frente Nacional de Apoyo a la Educación Superior (FNAES) volvió a denunciar que en algunas universidades públicas del país se pagan dobles jubilaciones o pensiones, conocidas como jubilaciones dinámicas, a sus trabajadores.

El (FNAES) retomo la petición hecha al presidente el mes de agosto del 2018 al presidente Andrés Manuel López Obrador, para que cese de ésta práctica, ya que insistió que derivado de esto universidades públicas del país de diversos estados se encuentran en crisis.

“Algunas Universidades Públicas pagan salarios completos, bonos, vacaciones, etc., a sus jubilados como si se tratara de empleados en activo. Estos reciben también sus pensiones o jubilaciones del IMSS o del ISSSTE. Gozan de dos pensiones… Forma parte de la casta de privilegiados”, volvió a detallar en otro documento el organismo.

En esta ocasión el Frente Nacional de Apoyo a la Educación Superior mencionó los nombres de las universidades incurren en esta práctica son las 10 que cayeron en crisis el año anterior y lo les alcanzó el presupuesto anual asignado; las instituciones, basándose en una “autonomía universitaria mal entendida se pactaron contratos colectivos de trabajo atentatorios a las propias universidades”.

A decir de la organización las públicas estatales tendrán dinero pagar salarios los últimos meses del 2019 ni para pagar pensiones. Según proyecciones de la Auditoría Superior de la Federación hay 14 universidades con sistemas de pensiones perennes, cuya deuda ya no es sostenible.

“¿Por qué la SEP y la SHCP permiten el pago de dobles jubilaciones con recursos de las Universidades a sabiendas que esos ex empleados están inscritos en los regímenes de Seguro Social o del ISSSTE?”, insistió el Frente Nacional de Apoyo a la Educación Superior.

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