POSTURAS CRÍTICAS EN LA ESTRATEGIA POLÍTICA PARTIDISTA

Alfonso Carlos Ontiveros Salas

La elección Presidencial del 2024 ha desatado opiniones diversas de actores políticos y periodistas de pluma y dibujos en cuyas imágenes dejan clara sus preferencias personales.

La participación social como actores o electores en el cuadrilátero electoral, despierta pasiones y enojos pero que ayudan a construir consensos respecto de los aciertos y desaciertos de quien ejerce el poder político en los diferentes órdenes de gobierno. Los aspirantes políticos asumen retos que a veces les dificulta desterrar estigmas ciudadanos.

Como sociedad, todos tenemos el mismo derecho de participar y aspirar a puestos políticos, conseguir el voto y atraer las simpatías populares es el reto que tiene que enfrentar cualquier pretenso a puestos gubernamentales de elección. El descredito de los políticos es el común denominador en estos tiempos.

Desde el momento en que se descubre el interés de participar es ponerse en el filo que lo puede cortar. Los intereses que anidan en el circulo del que forma parte puede ser tranquilo en tanto no manifieste algún interés de participar en la elección en puerta. Puede poner en riesgo los intereses de otros.

La crítica surge de inmediato y se ponen en práctica las descalificaciones desde conceptos sin importancia hasta llegar a los diamantes. El político mexicano no es de los más puros y transparentes. La historia partidista y de los hombres del poder político los ha juzgado y les asignó un lugar en sus páginas.

Sin embargo, los reproches sociales deben ser objetivos y no ofensivos. Los límites de la crítica imponen fronteras de respeto y ética ciudadana. De lo contrario se corre el riesgo de que esa crítica se convierta en delito y aparezcan las denuncias no deseadas.

Esa reconvención social debe ser objetiva, imparcial y profesional, para que el votante cuente con elementos de análisis y tome las mejores decisiones en favor de la comunidad de la que forma parte. La crítica no tiene por qué invadir las esferas privadas del aspirante, porque ese tipo de reproches solo desacredita a quien lo hace y no a quien se dirigen esas denostaciones.

El enojo o la inconformidad con algún actor político, no debe llegar a la difamación o a la injuria. Hay grupos de opinión política que por sus relaciones con medios de comunicación masiva aprovechan esas posiciones para llega a la ofensa mediática. Inmoralidad que se vuelto muy común y continuamente recurrida para difundir notas o imágenes plagadas de animadversiones o corajes personales, pero sin sustento en opiniones que permitan al votante contar con esos elementos objetivos de análisis y convencimiento de no votar o votar por tal o cual aspirante.

La lógica del ciudadano debe imponerse. El mejor termómetro político es el del grupo que gobierna. Se analiza si ha sido capaz de conciliar con sus grupos antagónicos. Si respeta las diferencias políticas con los que no son parte o no simpatizan con su grupo. Si sus actos de gobierno han sido para favorecer a las mayorías. Si sus definiciones políticas son autoritarias o antidemocráticas o si es un grupo político en el gobierno revanchista.

En política se permite que los grupos o partidos políticos se organicen y definan sus estrategias. Pueden ir solos, en candidaturas comunes o en alianzas. La suma de colores partidistas lleva un propósito común. El bienestar de la población y el fortalecimiento de nuestro sistema democrático nacional.

Que el Partido Sinaloense haya hecho alianza con el frente o Alianza por México o como se le llame, no se le puede descalificar, aun cuando las empatías de algunos cuantos que piensan diferente no sean para el dirigente partidista. La denuncia denostativa realizada en algunos medios, por gente del gobierno o ligadas a el, no harán mella en un partido y en una militancia que ha demostrado organización y coraje para cimentar las bases de un partido político que se arraiga en Sinaloa.

Bien por la Alianza. Fortalece la posibilidad de salir exitosos en la elección de los candidatos del Frente en Sinaloa. Los críticos inmorales solo dejan correr sus lágrimas de dolor porque saben que van a perder. En Sinaloa, no es Morena quien gobierna, es el revanchismo político utilizado desde el gobierno.

La UAS no se toca, la autonomía universitaria se respeta.

¿Usted qué opina?

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