Sin independientes para la presidencial

Emilio Buendía.

El 6 de enero concluyó el plazo para que las personas interesadas en buscar una candidatura independiente presentaran ante la autoridad electoral sus apoyos ciudadanos. A partir de la información proporcionada por el Instituto Nacional Electoral (INE), podemos afirmar que en la elección presidencial que se llevará a cabo en junio del presente año, no habrá candidatos independientes. Ello, pues ningún aspirante de los nueve registrados ante el Instituto Nacional Electoral cumplió con el umbral mínimo de apoyos ciudadanos que ordena la ley.

La ley es clara al establecer que quienes se encuentren interesados en ser candidatas o candidatos independientes debían presentar una solicitud ante el INE y satisfacer diversos requisitos para adquirir el carácter de aspirante. Entre ellos se encuentran el formar una asociación civil, tramitar ante el SAT el registro federal de contribuyentes de la asociación y abrir una cuenta bancaria. Una vez satisfechos los mismos, la autoridad electoral emite la constancia de aspirante y ello detona el inicio para buscar el respaldo ciudadano.

El INE reportó en septiembre del año pasado que un total de ciento once personas manifestaron su intención de participar como candidatos independientes a los diferentes cargos de elección popular federal. Sin embargo, solamente 60 (9 para la presidencia de la República, 6 para una senaduría y 45 para diputaciones federales) fueron considerados por la autoridad electoral como aspirantes.

La búsqueda por el respaldo ciudadano puede materializarse de diferentes maneras. Ya sea través de reuniones públicas, asambleas, marchas, y cualquier actividad dirigida a la ciudadanía en general. En el caso de quienes aspiraban a la candidatura presidencial por la vía independiente, la legislación les otorgaba 120 días para obtener dicho apoyo. En el caso de las Senadurías son 90 días y en Diputaciones federales 60.

Sin duda, no se trata de un plazo menor para obtener el apoyo de la ciudadanía para respaldar una candidatura. En ninguna circunstancia estar en la boleta electoral puede o debe ser una ocurrencia y, por ello, la legislación establece que todos los aspirantes, dependiendo de la candidatura, deben tener un número mínimo de apoyos.

A modo de ejemplo, la legislación establece que para que una persona aspire a ser candidato independiente para la presidencia de la República, debe tener el respaldo del 1% de la lista nominal de electores con corte al 31 de agosto del año previo al de la elección, esto es, por 961,405 mujeres y hombres. Para que ello sea válido, dicha cantidad de apoyos debe estar integrado por el 1% de electores en por lo menos diecisiete entidades federativas. En el caso de los otros cargos de elección federal, como son las Senadurías y las Diputaciones, la legislación establece otros umbrales mínimos de apoyo.

Como ha ocurrido en elecciones federales previas, de nueva cuenta el INE, para homologar la forma en la búsqueda del apoyo ciudadano y para garantizar la autenticidad de éste, volvió a implementar la aplicación para celulares. Una vez más esta aplicación demostró que la tecnología puede ser una alternativa para modernizar los procedimientos electorales y garantizó la seguridad de los datos personales de la ciudadanía. También implementó un régimen de excepción, lo cual permitía que en aquellos lugares donde no hubiera condiciones tecnológicas, los apoyos podían ser presentados en papel ante la autoridad electoral.

No cabe duda que las candidaturas independientes son el resultado del ejercicio de un derecho fundamental e implican una alternativa adicional de elección para la ciudadanía. Los requisitos que establece la legislación para obtener el registro son de difícil cumplimiento, pero no imposibles. Las experiencias locales y federal demuestran lo contrario, recordemos que incluso ya hubo una gubernatura ganada por un candidato independiente.

Llama la atención que Eduardo Verástegui, ante los pocos apoyos ciudadanos que obtuvo para respaldar su aspiración como candidato independiente a la presidencia, haya decidido culpar a las autoridades electorales. Como se ha apuntado, las reglas son claras y no son novedosas. Los mecanismos aprobados por la autoridad electoral para captar los apoyos ciudadanos están debidamente probados.

Quien decida participar en política, debe tener presente que las candidaturas independientes no son concursos de popularidad, son una vía alterna a los partidos políticos para acceder a cargos públicos. Los apoyos ciudadanos nunca podrán ser equiparados a fans o seguidores en redes sociales. Lograrlo implica arduo trabajo político de campo y convencer a la ciudadanía que pueden competir contra las candidaturas propuestas por los partidos políticos. En este proceso electoral ello no se pudo para la elección presidencial y las autoridades electorales poco o nada tienen que ver con ese fracaso.

*Maestro en derechos humanos y democracia.

El Sol de México

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