Subvariantes de Ómicron, hasta 1.4 veces más contagiosas: expertos

Menos letales, aunque pueden reinfectar con facilidad

La elevada movilidad social que habrá durante las vacaciones de verano que están por iniciar disparará aún más los contagios de la enfermedad respiratoria Covid-19 en México, advirtieron especialistas.

La elevada movilidad social que habrá durante las vacaciones de verano que están por iniciar disparará aún más los contagios de la enfermedad respiratoria Covid-19 en México, advirtieron los especialistas Jorge Baruch y Malaquías López Cervantes.

“Ante la temporada de verano, que es de elevada movilidad social e interacción, sí se espera que los contagios aumenten”, afirmó Baruch, jefe de la Clínica del Viajero y coordinador del Centro de Diagnóstico Covid-19 de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Cuestionado sobre si se espera un alza considerable de la epidemia del virus SARS-CoV 2 en el país después del periodo vacacional en puerta, López Cervantes, académico del Departamento de Salud Pública e integrante de la Comisión para Atención de la Emergencia de Coronavirus de la UNAM, respondió:

“Todos los eventos sociales que propician cercanía y contacto también van a fortalecer el número de casos que estamos viendo, pero hay un momento en que la población se satura en términos inmunológicos que ya no encuentra el bicho más gente susceptible y ahí es donde empieza a declinar.

¿Cuánto va a subir? No lo sé. No me atrevo a hacer predicciones. Los datos son demasiado endebles y creo que los modelos matemáticos tienen un margen de error muy alto”.

Anticipó que afortunadamente y pese al incremento de contagios “ahora vamos a ver mucho menor número de personas con enfermedad grave y todavía menor número que llegue a morir”.

Nueva ola

Alejandro Macías, infectólogo, excomisionado de salud en 2009 durante la pandemia de influenza AH1N1 e integrante también de la Comisión para Atención de la Emergencia de Coronavirus de la UNAM, dijo que la nueva ola de contagios en México no es una sorpresa porque ha ocurrido en buena parte del mundo y era de esperarse.

“Es un fenómeno que ha estado impulsado, también en todo el mundo, por la bajada de las infecciones de la variante original Ómicron y la entrada de sus subvariantes, particularmente este segundo semestre del 2022, BA. 2.12, BA. 4 y BA. 5 sobre todo. Al final es BA. 5 la que predomina y tiende a quedarse sola”.

Respecto del repunte, explicó que obedecen a la dinámica de las variantes.

“Cuando una variante es más transmisible y más evasiva de la inmunidad, o sea que es más capaz de reinfectar a los que ya infectó o infectar a los vacunados, tiene ventaja sobre las anteriores y tiende a suprimir a las anteriores, que es lo que está ocurriendo”.

La variante BA. 5, abundó, es la que tiene hasta ahora la mejor combinación de transmisibilidad y evasión del sistema inmune y sobre su virulencia consideró que por fortuna en la medida en que el virus se hace más transmisible y más evasivo de la inmunidad se ha vuelto menos maligno y que es lo que explica que la enfermedad se acompañe de cuadros cada vez más leves y pese a la muy intensa actividad de casos haya pocos hospitales completamente saturados o terapias intensivas en colapso.

Recomendó “mantener un mensaje de optimismo” para que “la gente sepa que lo peor ya pasó” y no tenga pánico, pero recordó “que esto no ha terminado” y que “todavía hay que usar cubrebocas en interiores, ventilar los espacios cerrados, evitar tumultos de personas, favorecer las actividades en exteriores, completar los esquemas de vacunación. Mantener eso como una campaña permanente puesto que este virus no se va a erradicar y vamos a tener que aprender a coexistir con él”.

Baruch precisó que las subvariantes en circulación, que son hasta 1.4 veces más contagiosas que las anteriores, sobre todo la BA. 4 y BA. 5 que propiciarán que la ola de contagios sea mucho más intensa y de mayor magnitud próximamente, pueden llegar a variar significativamente la forma en que el sistema inmunológico las identifica, es decir que tienen más capacidad de evadir la protección inmunológica de las vacunas e incluso la inmunidad adquirida de manera natural al enfermar de Covid-19.

Rolando Ramos

El Economista

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