Tres profecías electorales

Onel Ortíz Fragoso.

Basta observar las tendencias, modas y procesos en la sociedad, la ciencia y tecnología para saber que la democracia sobrevivirá, los partidos políticos no.

No necesitamos una bola de cristal, recurrir al espiritismo o a la astrología para conocer el futuro. No necesitamos ser Michel de Nostradamus para realizar tres profecías en materia político electoral en México y el mundo. Basta observar las tendencias, modas y procesos presentes en la sociedad, la ciencia y tecnología para saber lo que vendrá, como lo hizo desde la literatura Julio Verne.

Si no pasa alguna tragedia, como un desastre natural de enormes proporciones o una nueva guerra de dimensiones planetarias, que regrese a la Humanidad a sus primeras etapas de desarrollo, el capitalismo e individualismo prevalecerán. La era del vacío. La urgencia de lo inmediato. Nada es sólido. Todo es efímero, líquido. Las relaciones personales, el empleo, el poder. Nada se valora más en este momento como el tiempo propio y el ajeno.

El avance de la sociedad está en el mercado, en la ciencia, en las relaciones personales y en la guerra que, como dicen, es la partera de la Historia. Las políticas y políticos son la retaguardia, los conservadores y en la mayoría de los casos, el lastre.

Desde el siglo XIX, los partidos ejercen el monopolio de la representación política. Una situación insostenible en el mundo actual. El planeta dividido por la ideología nació y terminó en el Siglo XX. Las plataformas programáticas de los partidos se desquebrajaron.

¿Dónde está la izquierda? ¿Dónde está la derecha? El ciudadano ahora es un consumidor de contenidos, de percepciones y el político, un producto. Lo importante es la persona, no la organización. En poco tiempo, los partidos no representarán la pluralidad y diversidad social.

Las identidades no pertenecen a los partidos, sino a intereses específicos y temporales, que reclamarán para sí el acceso al poder público. Ya no se necesitan ni partidos, ni árbitros, ni jueces electorales, permanentes. El Estado ha financiado a los partidos, porque según representan intereses públicos. En México esto es falso. Los partidos políticos mexicanos representan intereses personales, de grupos o familiares.

Mis tres profecías son:

Primera profecía: Los partidos políticos desaparecerán antes de que el Siglo XXI termine.
Segunda profecía: Las campañas electorales se realizarán totalmente con recursos privados.
Tercera profecía: Los árbitros electorales serán electos por los ciudadanos y tendrán carácter honorífico.

Finalmente, una realidad inminente. Antes de que esta década termine, los ciudadanos votarán, por sus teléfonos móviles. Los servicios digitales seguirán avanzando, la transferencia de datos tendrá cada día mayores niveles de seguridad. Desde ahora resulta inaceptable el desperdicio de papel y otros materiales. En unos años más, no podrá justificarse la impresión de millones de boletas, tantas como la lista nominal, para que en el mejor de los casos se utilice sólo 60 por ciento.

La democracia sobrevivirá a estos cambios, los partidos políticos no. Eso pienso yo, ¿usted qué opina?

La política es de bronce.

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