Un desinfectante, posible cura del Covid-19: Antonio Romo Paz

Quiero agradecer al Profesor Investigador Antonio Romo Paz, por el tiempo que se tomó para darnos esta sustanciosa entrevista.

En medio de esta pandemia por el coronavirus, los expertos en el tema están enfocados en descubrir la cura para que la humanidad siga transitando libremente por el mundo, se han estado haciendo toda clase de pruebas para acabar con las enfermedades, no de hoy, sino por todos los tiempos y en el proceso de descubrir cuál será la posible solución para acabar con este virus que nos trae a todos de cabeza y atacando a lo más profundo de nuestros derechos humanos y de nuestras conciencias, salen a la luz remedios que se han estado utilizando para acabar con muchas enfermedades, hablé de uno en especial con el Profesor Investigador de la Universidad de Sonora, Antonio Romo Paz

Para aclarar dudas al respecto de este desinfectante, entrevisté al profesor Antonio Romo, te invito a que leas detenidamente y a que te documentes más sobre este gran tema que pongo sobre la mesa.

JB – El Presidente Donald Trump, mencionó un desinfectante que tal vez pudiera inyectarse para curar el covid-19. ¿A qué desinfectante se refería?

AR – Se trata del dióxido de cloro, también conocido como MMS.

De esta sustancia se ha hablado mucho y se seguirá hablando mucho más, porque se dice que este compuesto podría acabar con la pandemia del coronavirus. En días pasados el presidente Donald Trump lo mencionó, haciendo el cuestionamiento de que, si esta sustancia pudiera inyectarse en las personas, lo que causó polémica entre diversos sectores de la población y aunque no dijo exactamente cuál era el desinfectante, el periódico inglés The Guardian, lo refirió como el dióxido de cloro.

JB – ¿Qué es el dióxido de cloro y para que se usa?

AR – Es un agente oxidante que se obtiene en forma gaseosa y es muy soluble en agua fría. Hay que aclarar que el dióxido de cloro es diferente a lo que en México llamamos cloro y que en otros países le denominan lejía o lavandina. Estos son dos productos totalmente diferentes, que a veces se confunden.

El Dióxido de Cloro se utiliza para potabilizar el agua en muchos países. Es un desinfectante autorizado por la agencia gubernamental norteamericana Food and Drug Administration la FDA por sus siglas en inglés, como un aditivo alimentario para limpiar aves de corral, también está autorizado para desinfectar frutas y verduras. Otro uso es para esterilizar material médico y de laboratorio. Como es un oxidante fuerte que elimina virus, bacterias y hongos, se utiliza en muchos países por ley, para desinfectar las bolsas de sangre para transfusiones.

JB – ¿Cuál es la historia del uso terapéutico del dióxido de cloro?

AR – Este compuesto se empezó a utilizar desde el año de 1926 por el médico Williams Koch para el tratamiento de algunas afecciones mentales, pero existe poca información sobre los resultados de estos tratamientos, lo único que se sabe es que usaba el clorito de sodio al 3.5% para generar el dióxido de cloro, al que le llamaban “oxigeno estabilizado”.

Después ya en el año de 1996, lo utilizó el ingeniero texano Jim Humble para tratar casos de malaria o paludismo, con un éxito de 100% en tan solo 24 horas. Se dice que la misma gente no lo podía creer al ver que las personas se aliviaban luego, luego y la empezó a llamar solución mineral milagrosa, de ahí viene el nombre de MMS.

El paludismo o malaria según datos de la Organización Mundial de la Salud OMS, en el mundo mueren cada año alrededor de 400 000 personas, donde la mayoría de ellos son niños.

Existen otros investigadores que han trabajado en el desarrollo de protocolos y tratamientos del MMS o dióxido de cloro, entre ellos están la doctora Teresa Forcades, Josep Pamies y merece mención especial el investigador Andreas Kalcker, que ha desarrollado otros productos además del MMS, para el tratamiento de muchas enfermedades.

JB – ¿Cuál es su experiencia con el MMS?

AR – Al principio como muchos investigadores y académicos, tenía mis dudas con respecto a esta sustancia y me puse a investigar.

Hace ya más de 10 años me tocó elaborar un enjuague bucal con dióxido de cloro, para participar en un concurso estudiantil en la Universidad de Sonora, y fue todo un éxito con ese producto.

También participé como integrante de una fundación promovida por el descubridor del MMS Jim Humble y otros profesionistas, para ayudar a los grupos más vulnerables de las etnias del estado de Sonora, logrando tratar con éxito muchas enfermedades.

Así mismo, me tocó llevar a cabo una investigación para el tratamiento de la tuberculosis logrando la curación de este padecimiento en tan solo 15 días, como sabemos el tratamiento normal para este padecimiento con medicamentos dura de 6 a 9 meses.

También tratamos parasitosis intestinal con el MMS, logrando erradicar el parásito de la Giardia lambia en tan solo 5 días, sin ningún efecto secundario, cuando el tratamiento tradicional con Metronidazol dura de 10 a 15 días, donde muchas veces no se logra erradicar este parásito y el medicamento provoca muchos efectos secundarios.

Otra experiencia con el MMS fue conmigo mismo, hace como 6 años padecí el herpes zoster, llamado latigazo por las lesiones y el dolor que provoca en la espalda. El tratamiento duró una semana y fue totalmente erradicada esa infección viral.

JB – ¿Cuál es la toxicidad del dióxido de cloro?

AR – Sabemos que toda sustancia puede tener toxicidad, hasta el azúcar y la sal son tóxicos y todo depende de la cantidad en la que se consuma.

Los protocolos que existen para dióxido de cloro disuelto en agua para ser ingerido y no inhalado están muy por debajo de las cantidades permitidas por la Agencia Norteamericana de Protección Ambiental de los Estados Unidos, la EPA por sus siglas en Ingles, que dice que la ingesta del dióxido de cloro en agua no debe de superar 1 ppm. Los protocolos existentes del MMS, no superan esa cantidad.

En conclusión, comenta el Profesor Investigador Antonio Romo Paz “Como lo decía Paracelso, el médico suizo padre de la toxicología, que la dosis hace al veneno y mientras no se supere ese límite recomendado por la EPA no hay peligro, también es importante recalcar que ese producto se debe de preparar y administrar por personas capacitadas para más seguridad de la población y que no vaya a ocurrir un accidente, porque para la elaboración del dióxido de cloro, se requieren sustancias muy corrosivas”.

Quiero agradecer al Profesor Investigador Antonio Romo Paz, por el tiempo que se tomó para darnos esta sustanciosa entrevista y aclararnos las dudas sobre lo que dijo el presidente Donald Trump acerca de este desinfectante que podría ser una posible cura para el coronavirus, y lo que para muchos en un principio nos pareció hasta de risa, pues resultó ser más real que cualquier otra cura hasta el momento.

Por lo anterior puedo deducir que la posible solución está a la mano de todos, pero es cuestión de que las autoridades correspondientes y sobre todo la clase dominante, se encarguen de tomar las medidas necesarias, promover más la investigación de este producto, para que logren unificar estándares que puedan distribuir a toda la población mundial; así como se tomaron medidas en su tiempo para erradicar la polio, la viruela y otras enfermedades de la niñez, que cada día son menos frecuentes debido a las vacunas que se le ponen a los recién nacidos. Ninguna cura o remedio natural puede ser tan descabellado, como lo está siendo esta parálisis global sobre los derechos humanos de la humanidad, juntos exijamos como ciudadanos del mundo que se enfoquen todas las energías para liberar al mundo del mayor mal de la humanidad que insisto y seguiré insistiendo, sin duda; es la pobreza y el hambre que genera.

Por: Janny Barrera

SDP NOTICIAS

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