UNAM: La ansiedad puede convertirse en una enfermedad incapacitante

De acuerdo con la UNAM, y aunque no lo creas, la ansiedad puede llegar a convertirse en una enfermedad incapacitante.

Durante muchos años las causas, síntomas y efectos de enfermedades, como la depresión y la ansiedad han sido constantemente minimizados y quienes las padecen estigmatizados.

Sin embargo, recientes estudios y la difusión de la importancia de la salud mental poco a poco nos han ido demostrando que, como cualquier otro padecimiento, deben ser tratados.

Recientemente la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) indicó que la ansiedad, de no recibir el tratamiento adecuado, puede llegar a convertirse en una enfermedad incapacitante.

José Alfredo Contreras Valdez, académico de la Facultad de Psicología de la UNAM, explicó que, aunque no es común, la ansiedad puede llegar a ser incapacitante, especialmente cuando se desarrolla un trastorno de pánico.

De acuerdo con la UNAM, y aunque no lo creas, la ansiedad puede llegar a convertirse en una enfermedad incapacitante. Conoce sus síntomas

Este tipo de ansiedad ocasiona que las personas tengan ataques de miedo intenso, sin haber un peligro aparente, de forma repentina y que en ocasiones pueden llegar a durar varios minutos.

Además, ese sentimiento de temor e inquietud, por el cual las personas desarrollan temor exacerbado a lo que les rodea, suele ocasionar pensamientos catastróficos, incertidumbre, irritabilidad, enojo, preocupación y algunos síntomas físicos como sudoración, aceleración de la respiración y latidos cardiacos, bochorno y falta de aire.

Es por esos motivos, que Contreras Valdez destacó que a veces los ataques de ansiedad se confunden con un cuadro de infarto, por lo que los individuos se asustan y acuden a una consulta de emergencia.

Ante esta situación, el especialista recomendó la asistencia a terapia psicológica para modificar patrones de comportamiento que pueden mejorar la calidad de vida del paciente.

Y para  combatirla se sugirió cuidar la alimentación, dormir bien, practicar un deporte, hacer ejercicios de respiración, identificar los pensamientos negativos y cuestionarlos, e interpretar los problemas como un desafío y no una amenaza.

Mariana Martell

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