Vacunas y clases

Delfina Gómez Álvarez arribará a la Secretaría de Educación Pública en el peor momento. Tal vez ningún otro secretario llegó al mando en un contexto tan enrevesado, donde confluyen crisis de salud, economía y seguridad.

Al presidente Andrés Manuel López Obrador le urge regresar a la antigua normalidad. Cierto, la pandemia fastidia, la gente ya está cansada de una vida irregular, pero la salud es primero, pienso. El Presidente argumenta que, si en Campeche se vacuna a los maestros, se podrá regresar a clases, claro, después de que reciban las dos dosis.

La pregunta es, ¿qué tan seguro resultará el retorno cuando aún es palmario que el semáforo epidemiológico puede cambiar de color más de una vez? Covid-19 porfía y avanza con cepas nuevas antes de que lleguen las vacunas. Además, si se inmuniza a los docentes, ¿qué garantiza que los otros trabajadores de la escuela no se contagien?; ¿qué hay de los padres que llevan a los niños hasta la puerta; qué hay de los mismos alumnos? ¿Acaso se espera que no se junten ni platiquen ni jueguen? Los riesgos son grandes.

También es cierto, como razonan algunos de mis colegas, que Aprende en Casa II tiene muchos defectos, que no está a la altura de las circunstancias y que agrava la desigualdad. También, que es una ilusión que con la educación a distancia se alcanzarán los aprendizajes esperados. Pero hasta el momento es la mejor alternativa, o la menos mala, si se quiere.

Regresar a clases, lo tenía claro el saliente secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, demanda de protocolos sanitarios de dimensión considerable; el componente principal es agua potable y pura. Lo que nunca mencionó el secretario Moctezuma es el costo y logística que implica montar dichos formulismos. Sigue sin ponerse en claro, pero lo cierto es que demanda recursos considerables, justo cuando la austeridad republicana le quita fondos a la educación pública y a los estados.

Pero si la pandemia es empecinada, el Presidente también lo es. Parece que le apremia que todo regrese a como era antes, un mundo, su mundo, donde nada más había buenas noticias.

Y al parecer, en un mes, más o menos, regresarán las clases en Campeche, aunque quién sabe cómo reaccione la población que no recibe vacunas. Si Moctezuma y el gobierno local ofrecían cierta resistencia, ya siendo la maestra Delfina Gómez secretaria es probable que se desvanezca esa negativa; el Presidente la seleccionó esperando lealtad ciega.

Delfina Gómez Álvarez arribará a la Secretaría de Educación Pública en el peor momento. Tal vez ningún otro secretario llegó al mando en un contexto tan enrevesado, donde confluyen crisis de salud, economía y seguridad. Una coalición explosiva.

Tiene a su favor la política del Presidente de mercedes hacia los maestros y privilegios a los líderes de las facciones del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación; por ello no le pondrán muchos obstáculos. Al contrario, la apoyarán (no de gratis) y hasta serán vehículo de la propaganda oficial, los de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación con muchas reservas.

De cualquier manera, vacunar a 20 mil maestros no garantiza que disminuya el riesgo de un regreso a clases apresurado.

CARLOS ORNELAS

EXCELSIOR

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