Verdad o mito: ¿Me truenan las rodillas por la edad? Te lo decimos

Rebeca Gallardo

El sonido de las rodillas que truenan, conocido como crepitación, puede tener diversas causas.

Es común escuchar que el crujido o “tronido” de las rodillas es un signo inevitable del envejecimiento. Pero, ¿es realmente así? ¿Es normal que las rodillas truenen con la edad? Vamos a desentrañar la verdad detrás de este mito con la ayuda de expertos en salud y ortopedistas.

El sonido de las rodillas que truenan, conocido como crepitación, puede tener diversas causas. Según los ortopedistas, una de las razones más comunes es la presencia de burbujas de gas en el líquido sinovial, que se libera cuando se mueve la articulación. Este fenómeno no está directamente relacionado con la edad y es generalmente inofensivo.

Otra causa puede ser el roce de tendones o ligamentos sobre las estructuras óseas, o el contacto de superficies articulares irregulares, especialmente en personas con lesiones previas o artritis. La edad puede ser un factor contribuyente en estos casos, ya que con el tiempo, el cartílago se desgasta y puede generar superficies desiguales que producen sonido al moverse.

La crepitación en sí misma no suele ser dolorosa ni perjudicial. Sin embargo, si va acompañada de dolor, hinchazón o pérdida de movilidad, puede indicar condiciones subyacentes como artritis, desgarros meniscales o problemas con la rótula. En estos casos, es esencial buscar atención médica.

El Dr. Juan ManualeEscoto, ortopedista con 20 años de experiencia, menciona: “El crujido de las rodillas sin dolor no debería preocuparnos demasiado. Pero si se presenta con síntomas adicionales, podría ser indicativo de una patología que requiere tratamiento”.

¿Qué hacer para evitar que te truenen las rodillas?

Aunque no siempre se puede evitar la crepitación, hay medidas que pueden ayudar a mantener la salud de las rodillas:

Mantener un peso saludable: El exceso de peso aumenta la presión sobre las rodillas, acelerando el desgaste del cartílago.

Ejercicio regular: Actividades de bajo impacto como caminar, nadar o andar en bicicleta fortalecen los músculos alrededor de la rodilla sin causar demasiado estrés.

Estiramientos: Los estiramientos antes y después del ejercicio ayudan a mantener la flexibilidad y la salud de los tendones y ligamentos.

Fortalecimiento muscular: Ejercicios específicos para fortalecer los músculos del muslo y la cadera pueden mejorar la estabilidad de la rodilla.

El crujido de las rodillas no es necesariamente un signo de envejecimiento. Puede ser una parte normal del funcionamiento de las articulaciones y no siempre indica un problema de salud. Sin embargo, si se experimenta dolor o hinchazón junto con la crepitación, es importante consultar a un especialista para descartar condiciones más serias. Mantener un estilo de vida activo y saludable puede ayudar a minimizar estos sonidos y mantener las rodillas en buen estado.

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