Viene mercado negro al prohibirse el glifosato, advierten

La OMS ha clasificado el glifosato como “probablemente cancerígeno para los seres humanos”

No es una ocurrencia que el presidente Andrés Manuel López Obrador haya emitido la prohibición de usar el glifosato en los cultivos mexicanos a partir de 2024, sino que tiene base científica, asentó Miguel Ángel Escalona, coordinador universitario para la Sustentabilidad de la Universidad Veracruzana, quien añadió que si bien hay cierta preocupación porque se cree que la producción bajaría, lo cierto es que se tendrán dos años para hacer la transición a prácticas agroecológicas más benéficas.

Israel Castillo Cano, coordinador de la Ugocp Veracruz, ve un problema para los grandes productores de maíz con la prohibición del glifosato porque no se ofrece alternativas para eliminar las malezas, lo que podría ocasionar un mercado negro del producto y con ello el incremento de corrupción para adquirirlo. Acepta que el producto debe prohibirse, pero también su producción que va contra los derechos humanos al enviarlo a países en vías de desarrollo como México.

Escalona Aguilar y Castillo Cano coincidieron en que el agroquímico se utiliza desde los años 70 para controlar la maleza principalmente en las grandes extensiones de monocultivo que se utiliza principalmente para exportar, lo que vino a sustituir el cultivo tradicional que junto con la milpa produce quelites, calabaza, chiles y muchos más productos, que muchos colectivos están retomando. Asimismo se prevé desarrollar, a través del Conacyt, productos menos dañinos tanto para el campo como para la sociedad.

Castillo Cano dijo que el problema no es que el producto se prohíba sino que no hay a la vista sustitutos, porque no hay investigaciones sobre el tema en el país al desmantelarse los institutos de investigación y dejarlos sin recursos económicos. Asimismo prevé la reducción de la producción de maíz porque se tendrá que emplear otros productos o más mano de obra.

Por otro lado, considera que si no se dan alternativas, se podría generar un mercado negro del producto debido a la demanda que tiene, lo que generaría un nicho de corrupción y el incremento de la ilegalidad.

En su opinión, algunas leyes afectan más al “jodido”, pues fueron hechas para beneficiar a los que más tienen. Antes la gente tenía cariño por la tierra y el control de las plagas era biológico pero al pasar al monocultivo de alta productividad tuvo que echarse mano de los herbicidas para mantener a raya a los parásitos, pero ahora no hay investigación ni transferencia tecnológica y no llega la información al productor; el gobierno tampoco contrata ya a los técnicos especializados para ayudar a los productores, lo que reduciría la producción nacional.

Escalona Aguilar señaló que si se toma en cuenta las evidencias científicas el decreto resulta interesante porque considera un proceso de transición, así como que invita a reflexionar sobre el uso de una gran cantidad de productos altamente peligrosos. “No es una ocurrencia, tiene base científica”, por lo que invitó a que estemos informados.

Además «el cambio no será de un día para otro sino que se prevé un proceso de transición en el que se podría usar alternativas naturales», otros agroquímicos, prácticas agroecológicas o más mano de obra.

Las alianzas con las entidades de investigación como el Conacyt representan una gran oportunidad para promover la investigación para sustituir el producto y que se diseñen las estrategias necesarias, por lo que concluyó esto representa una gran oportunidad histórica para el país al vincular a los productores con los laboratorios.

Reiteró que es un “reto maravilloso” pues invita a promover prácticas sustentables al contribuir con investigación donde todos ganaremos al tener una alimentación más sana y los productores al poder vender a precios justos.

Celia Gayosso

Diario de Xalapa

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