Día Internacional de los Pueblos Indígenas: La supervivencia de las comunidades en México

Ana Karen García

En México persisten 7.4 millones de guardianes de lenguas indígenas, un 30% menos que hace 10 años. De las 68 lenguas habladas en el país, cerca de 23 están en riesgo de desaparecer.

México es un país con amplia diversidad cultural y, pese a todos los esfuerzos por conservar a sus comunidades nativas, cada vez es más chica la población que se identifica como indígena y que habla alguna lengua.

En 2023, por ejemplo, falleció Pedro Salazar, habitante de Santa María Ixcatlán, región Mixteca en Oaxaca. El era uno de los últimos hablantes del xjuani o ixcateco; con su muerte se anuncia también la muerte de una lengua.

Y como decía el investigador, autor y etnólogo mexicano José Manuel del Val Blanco: «Cada que muere una lengua, muere una forma de ver el mundo».

En la última década, la población hablante de lenguas indígenas en México se contrajo poco más del 30%, de acuerdo con datos del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía).

Mientras en 2014 se registraban 11.1 millones de hablantes de lenguas indígenas, para el 2023 la cifra cayó a 7.4 por ciento.

En línea con una menor población hablante, se ha ampliado la lista de lenguas en riesgo de desaparecer. Se tienen registros de, al menos 68 lenguas indígenas que sobreviven en el país, de las cuales 23 se encuentran amenazadas.

Además del ixcateco, otras de las lenguas más amenazadas son: cakchiquel, chichimeca jonaz, chocho, chuj, cochimí, cucapá, guarijío, ixil, jacalteco, kekchí, kicapú, kiliwa, kumiai, lacandón, matlatzinca, mocho, pa ipai, pápago, pima, quiché, seri y tlahuica.

Resalta que en los casos del wakateko (Chiapas), ayapaneco (Tabasco), kaqchikel (Chiapas, Campeche), teko (Chiapas) y oluteco (Veracruz) actualmente tienen menos de 100 hablantes. La mayoría de ellos son adultos en la tercera edad.

Además de tener menos hablantes, se considera en el «riesgo de desaparición» la dispersión geográfica de sus integrantes y el abandono en la transmisión de costumbres y creencias a las nuevas generaciones.

De acuerdo con la UNESCO, gran parte de esta pérdida cultural se explica por las condiciones adversas que enfrentan las comunidades indígenas para relacionarse con la población no indígena y para integrarse en la actividad productiva, laboral, educativa y social.

La ausencia de una perspectiva de preservación cultural en todas las esferas de la vida genera una importante exclusión social de la población indígena. Esta exclusión obliga a los niños a transitar al español como su lengua principal para poder estudiar; obliga a las familias a migrar y dejar sus costumbres atrás; y a los padres y madres a dejar de hablar sus lenguas para no ser discriminados.

Para garantizar la supervivencia de las comunidades indígenas es fundamental integrarlas a la sociedad e incluirlas en la política pública, pero sin vulnerar el ejercicio de su cultura.

¿Quiénes son los guardianes de las lenguas?

Según cifras del Inegi, el 52.4% de los hablantes de lenguas indígenas son mujeres y 47.6% son hombres.

De los 7.4 millones de guardiantes de estas lenguas se observa que la mayoría están envejeciendo. El 35% de los hablantes tienen 50 años o más, mientras que los niños y adolescentes menores de 15 años representan sólo el 15% del total.

El 50% restante se distribuye en jóvenes mayores de 15 años y adultos menores de 50 años.

La mayor parte de los hablantes de estas lenguas residen en el sur y el sureste del país. Los estados con más población indígena son: Oaxaca (27.3%), Yucatán (26.1%), Chiapas (23.4%), Quintana Roo (14.1%) y Guerrero (13.9 por ciento).

Y pese a todas las adversidades que enfrentan, la mayoría de los hablantes de lenguas indígenas permanecen en sus lugares de origen. En México 9 de cada 10 viven en el estado en el que nacieron, apenas el 14% migraron hacia otras entidades.

Práctiamente toda la población indígena en México reside en zonas rurales, lo que implica altas vulnerabilidades sociales y económicas.

Los hablantes de lenguas enfrentan obstáculos importantes para acceder a derechos sociales básicos, como la seguridad alimentaria, la educación, la salud, la vivienda digna y el esparcimiento.

En México 7 de cada 10 (68.9%) personas indígenas se encuentran en algún grado de pobreza, según los datos de Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social).

Además de la exclusión, la pobreza —en todas sus dimensiones— es otra de las grandes amenazas para la supervivencia de las comunidades indígenas de México.

¿Cómo contribuir a la protección de las comunidades nativas?

A nivel individual también hay algunas acciones que pueden impactar positivamente en la preservación del capital cultural de México. Las Naciones Unidas recomiendan:

  • Reconocer las competencias tradicionales de estas comunidades
  • Condenar los discursos discriminatorios y de odio que contribuyan a la exclusión de estas comunidades
  • Promover el desarrollo multidimensional de la cultura indígena
  • Potenciar laa traducción de contenidos de todo tipo a las lenguas nativas
  • Priorizar las compras locales y familiares

Como reconocimiento a las dos lenguas indígenas más hablandas en México, el náhuatl y el maya, aquí te dejamos algunas frases cotidianas.

Gráfico: Nayelly Tenorio

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