Grave situación en la SEPyC por actos de corrupción

Por Bernardo Vega Carlos

En las sociedades del mundo la corrupción es un fenómeno que está presente en mayor o menor grado. En ese sentido no existen sociedades o gobiernos puros, transparentes e infalibles a los actos de corrupción .
Lo publicado en redes sociales y lo expresado por el gobernador Rubén Rocha Moya en torno a que en la SEPyC fueron destituidos cinco funcionarios por actos de corrupción, da al traste con los principios del gobierno de la 4T, de no robar, no mentir y no tricionar.
Los actos de corrupción que se originan por el abuso del poder público donde el interés o beneficio personal rebasa impunemente el interés o beneficios de la colectividad, son inadmisibles en un sector donde los maestros de Sinaloa estamos haciendo el mayor de los esfuerzos para transformar el sistema educativo que permita formar en el presente y futuro, ciudadanos íntegros y de excelencia que requiere nuestro país .
La falta de controles internos, la carencia de valores, la desarticulación de las areas internas y sus autoridades que confluyen en el otorgamiento del servicio educativo, entre otras cosas, da origen a la corrupción.
La corrupción es sistemática, en ella participan corruptos y corruptores; crean al interior un sistema de relaciones interinstitucionales que realizan actos corruptos. El soborno, el incumplimiento de normas internas, venta de plazas, acoso laboral y sexual entre otros actos, se han vivido y se viven lamentablemente en el sector educativo. Urge poner freno a este tipo de actos.
El que se hable de la existencia de una red de corrupción al interior de Sepyc enciende la luz roja ya que se pone en riesgo la estabilidad de un sector de gobierno de lo más importante para el desarrollo de nuestro estado. Se pone en riesgo además el derecho del magisterio organizado de Sinaloa y de la sociedad en general para participar en igualdad de circunstancias en el derecho a crecer profesional, laboral, cultural y económicamente.
El gobierno de Sinaloa y particularmente la autoridad educativa estatal debe poner manos en el asunto, de manera puntual, salvaguardando en todo sentido el prestigio del sector educativo y de trabajadores de la educación que actualmente fungen como funcionarios en SEPyC que se han ganado su espacio y que merecen ser tratados con respeto.
Hago votos por una real transformación del sistema educativo estatal que haga realidad en el aula, en la comunidad, los fines y propósitos de la nueva escuela mexicana.

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